DEMOCRACIAS OCCIDENTAES
ruthaydee12 de Noviembre de 2013
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DEMOCRACIAS OCCIDENTALES
LAS DEMOCRACIAS EN EUROPA OCCIDENTAL Y OTRAS REGIONES
GRAN BRETAÑA ESTADOS UNIDOS SUIZA FRANCIA
LAS DEMOCRACIAS EN EUROPA OCCIDENTAL Y OTRAS REGIONES
En las democracias occidentales, el Estado se organiza para resguardo de los derechos humanos. Todo cambio político es posible a través del sufragio. Inclusive los partidos socialistas respetan a ley y asumen el poder cuando logran la mayoría parlamentaria o la elección del ejecutivo. La violencia y la insurrección proletaria, que son los medios preconizados por el marxismo, ceden paso a una trasposición, pues la lucha de partidos equivale a la lucha de clases.
Las formas puras de democracia clásica se dan en Europa Occidental y en el Norte de América (Canadá y los Estados Unidos). El Japón y la India, en el Asia, así como Australia y Nueva Zelanda, en Oceanía, reflejan la existencia política liberal. Con excepciones notorias, en el resto del mundo la democracia occidental o democracia representativa se da bajo formas imperfectas, a veces casi sísmicas.
Los gobiernos existentes en el Occidente realizan una de las cuatro formas siguientes: parlamentaria, presidencial, híbrida y colegiada.
El parlamentarismo típico se da en Gran Bretaña, pero con predominio del primer ministro y del gabinete. La modalidad de parlamentarismo con predominio de las cámaras se dio marcadamente en Francia hasta la Constitución de 1958. Tiende a desaparecer en razón de que paraliza el desarrollo y de que los parlamentos sufren un descrédito creciente en casi todo el mundo. Los casos de Alemania y Francia son novedosos. Pueden calificarse de parlamentarismo controlado el uno, y presidencialismo frenado, el otro. La forma de gobierno existente en Alemania merece ser llamada de parlamentarismo controlado porque, el ejecutivo, aunque elegido por la Cámara, tiene en la práctica la misma duración que ella. No puede censurarse al gobierno si la Cámara no designa al mismo tiempo al sucesor; en lo que se denomina voto de censura "constructivo". La estabilidad de los gabinetes es muy grande y la mayoría parlamentaria se somete a la conducción política del ejecutivo. El sistema francés es el de un Ejecutivo firme y una Cámara frenada por la interferencia que el Ejecutivo ejerce sobre el funcionamiento parlamentario. En el resto de Europa Occidental, se conserva el parlamentarismo de molde clásico, pero la cultura política y el buen sentido priman siempre, de modo que permiten gobiernos estables, salvo el caso de Italia, entregada a factores de juego casi anárquicos.
En cuanto al sistema presidencial, se presenta, por su valor típico, el de Estados Unidos, país en el que el Congreso no puede interpelar ni censurar a los Ministros. Como quiera que la composición de las Cámaras refleje casi siempre una mayoría distinta a la corriente política del Presidente de la República, la acción de éste, si bien muy poderosa, se halla frenada parcialmente. El sistema de "frenos y contrapesos", elogiado por los fundadores del país, impide el predominio total de uno de los poderes, inclusive cuando las elecciones brindan al Ejecutivo una definida mayoría en las Cámaras.
En la América Latina se ha reproducido la Constitución de los Estados Unidos, pero introduciendo una forma híbrida, que comparte inexplicablemente el presidencialismo y el parlamentarismo, ya que las Cámaras pueden derribar a los ministros y coaccionan permanentemente al Presidente. Lo real es que, según sea la personalidad del Jefe del Estado y el apoyo popular con que cuente, puede ejercer o no una dirección enérgica. Las dictaduras militares o civiles, tan frecuentes en el pasado, han sido sucedidas por lapsos de vida democrática y por una crisis institucional planteada, sobre todo, por la incapacidad del juego democrático para lograr las transformaciones que el tiempo histórico exigía.
En Asia, dos países de población muy numerosa, la India y el Japón, practican la democracia representativa. Los Estados surgidos a la vida independiente en el África, carecen muchas veces de una organización eficiente, por ausencia de unidad básica. Una miseria extrema, odios triviales enconados y sucesivos caudillismos, obstruyen el acceso a la civilización política. Nacionalismo y socialismo inspiran cartas constitucionales miméticas, sea de origen metropolitano o de calco monocrático siguiendo la respectiva influencia.
Raymond Aron se pregunta en su ensayo sobre La era tecnológica cuál es el sistema con mayores probabilidades en la fase inicial de desarrollo. Para él, la tensión aumenta o disminuye según sea la relación entre el volumen de población y la cuantía de los recursos. El proceso de despegue o modernización exige un mayor intervencionismo estatal, sobre todo ahí donde falta espíritu empresarial o son insuficientes los capitales privados. Es poco probable que países en desarrollo logren compatibilizar las instituciones representativas con la participación activa de las masas en el gobierno. "Donde las masas ya son activas, es probable, por decir lo menos, que triunfe una u otra de las muchas formas de sistema autoritario con partido único. Pero los inevitables aspectos políticos o económicos de tal sistema no supone necesariamente sovietización". Los peligros de una revolución de tipo soviético en un país en desarrollo aumentan o disminuyen de acuerdo a varios factores, entre ellos el contexto internacional, el comportamiento de la clase más culta y el papel ejercido por acontecimientos y personas. Los países prósperos pueden reformar la democracia representativa para aproximarse a la justicia social, como lo han probado las naciones escandinavas y las que integran el mercado común europeo, así como el Japón, Australia, Canadá o los Estados Unidos. Del lado opuesto, por el camino de una cierta liberalización, algunas sociedades marxistas avanzan hacia la coexistencia pacífica y conceden a sus individuos una mayor amplitud de consumo y mayor margen de tolerancia a medida que el nivel va en ascenso.
CAPITULO XXIV GRAN BRETAÑA
I- Evolución histórica: período anglosajón y período normando.- La Carta Magna.- Orígenes del Parlamento.- Advenimiento del Estado moderno con los Tudor.-Lucha por la supremacía del Rey o del Parlamento.- La petición de Derecho; la guerra civil y la commonwealth. -Restauración de la monarquía.- La revolución de 1688 y la Declaración de Derechos.- El parlamentarismo oligárquico.- La transición hacia la democracia.- Asentamiento del poder de la Cámara de los Comunes. IL- Sistema constitucional: sus principios fundamentales.- Fuentes del derecho constitucional británico.- La Corona, el Parlamento, el Gabinete.- El sistema electoral- Organización municipal- El bipartidismo.
Las democracias occidentales, de carácter pluralista, se han inspirado en el sistema británico de gobierno. Tienen de común la filosofía política de libertad, la existencia de varios partidos, la legitimidad de la oposición, el poder abierto, esto es, la posibilidad de acceso para cualquier corriente y el ejercicio garantizado de las libertades públicas.
La ejemplaridad de Gran Bretaña está dada por su respeto a la tradición y por el imperio de la legalidad. Una evolución lenta ha ido madurando las instituciones, siempre permeables a la innovación que traen los tiempos. El sentido de continuidad ha permitido conservar las viejas formas, equilibrando cambios sustanciales con el apego al pasado, el cual se mantiene a pesar de tenerse conciencia de que su ausencia es irrevocable. La formación del régimen de gobierno británico es fruto de una larga evolución y no de una elaboración conceptual orgánica. Ello determina que la exposición se haga en dos partes: histórica y sistemática.
La estructura constitucional británica es producto de la experiencia, que ha venido creando instituciones y modelándolas sabiamente, sin responder a esquemas previos. Difiere por ello sustancialmente de los sistemas de otros países, formados por virtud de una elaboración racional o bien trasplantada simplemente. Inglaterra es la cuna de las instituciones democráticas modernas, tales como el Parlamento, el Gabinete Ministerial, el control del Presupuesto, la alternabilidad en el gobierno, los partidos políticos y el sufragio.
Posteriormente, el pensamiento francés, siempre cartesiano, fundamentó doctrinariamente dichas instituciones. Ha sistematizado y ha procurado dar un carácter orgánico a lo que era el fruto de una tradición peculiar, hecha de contrastes, de precedentes variados y de una tolerancia que no está en el carácter humano pero que fue instaurada por necesidad, tras de cruentos conflictos políticos y religiosos. El régimen inglés muestra una gran heterogeneidad de formas e instituciones.
Por último, cabe subrayar la habilidad con que el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, que comprende Inglaterra, Escocia y la región norte de Irlanda, ha nucleado en su alrededor la vasta comunidad de pueblos libres, unidos por vínculos históricos, que se conoce por la denominación de Comunidad Británica de Naciones. No constituye una asociación, ni una confederación, pero las ventajas de seguridad colectiva y de comercio preferencial han robustecido los vínculos étnicos y culturales poderosa-mente. El Estatuto de Westminster, de 1931, traza las grandes líneas de una convivencia independiente\y soberana, dentro de un sistema eminentemente flexible. Son ideales vigentes la igualdad y la libertad política, las elecciones pluralistas, los derechos del hombre y el régimen parlamentario.
En los años que corren, la conculcación de los derechos humanos en Irlanda del Norte y la crisis laboral vienen poniendo sombras
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