DISCURSO VIOLENCIA CONTRA LA MUJER

“VIOLENCIA CONTRA LA MUJER”

Empezó con una cachetada, después los golpes fueron más fuertes, hasta que un día Germán le clavó un cuchillo en la pierna izquierda a Bertha, fue entonces cuando ella pidió ayuda.

“No te golpea por ser alta o baja, gorda o flaca, necia o inteligente, licenciada o analfabeta… te golpea por ser mujer.”

La violencia contra la mujer es un problema que afecta a todas las clases sociales, no distingue edad, raza, economía, educación o religión.

Una mujer tiene mayor probabilidad de ser discrimada, maltratada, violada o asesinada, todo por el simple hecho de ser mujer. Y todo comienza desde muy temprana edad con la diferente educación que recibimos los niños y las niñas, mientras que el hombre es enseñado a dominar con fuerza y a no mostrar signos de debilidad, con frases como: “los hombres no lloran”, “compórtese como un macho”, “que no es hombre”, las mujeres aprendemos a ser sumisas y dependientes “sírvele a tu hermano, respétalo, que no ves que es el hombre de la casa” o “¿Para qué estudiar? la mujer se hizo para estar en su casa y atender al marido”.

Los principales problemas de violencia a los que como mujeres nos enfrentamos son:

La violencia psicológica, que es en la que se reciben amenazas, insultos, gritos y humillaciones y en la que se destruye por completo la autoestima de la mujer, sufriendo un ataque total a sus emociones, a la dignidad de ser mujer y sobre todo  provoca la destrucción de la seguridad y la confianza en sí misma, haciendo incluso que el maltrato sea quizá más doloroso que los golpes.

Pero la más grave y una de las principales causas de muerte en la mujer, después del cáncer y los accidentes de tráfico, es la violencia física, la más utilizada y realizada principalmente por la pareja, quien  a través de agresiones y golpes genera el temor en la mujer, quien por este mismo miedo prefiere ocultar lo que sucede en el interior de su hogar, y sigue soportando los golpes y agresiones, aunque estos golpes puedan ocasionarle la muerte.

Si ahora se “supone” que nuestra sociedad se ha modernizado, que las mujeres tenemos mayores oportunidades y si la discriminación de género está siendo combatida, entonces ¿Por qué aún existe la violencia contra la mujer?

Las respuestas son varias, y entre las principales encontramos que a pesar del tiempo nuestra sociedad, sigue siendo una sociedad machista, en la que el hombre ha creído que tiene el derecho de controlar y disciplinar la vida de la mujer.

Esto ha sucedido por el rol  que representa el hombre ante la sociedad, y quien por la sola razón de “mantener” económicamente el hogar, se siente con el derecho a decir que la mujer que está a su lado es de su propiedad y que incluso tiene el derecho a manipular todas las acciones que ella realiza.

Y cuando ella quiere demostrar que es capaz de realizar otras actividades aparte de las que realiza en su hogar, es calificada como malagradecida, egoísta y ambiciosa, pues según el hombre, él para eso trabaja, para que ella sólo se preocupe por cuidar bien a sus hijos y por atender su casa “como debería hacerlo una mujer”. 

Pero las  mujeres somos personas dueñas de nuestra propia vida, personas independientes, dignas, con deseos, necedades, gustos y diferencias, exigimos ser vistas y tratadas de manera justa, queremos vivir en un mundo sin violencia y sin discriminación hacia nuestro género, al igual que el hombre, nosotras también tenemos derecho a ejercer una profesión y a ser reconocidas ante la sociedad.

Las estadísticas de la Organización Mundial de la Salud señalan que entre 3 y 4 millones de mujeres son golpeadas anualmente en el mundo; y que entre el 25 y 50 % de la población femenina mundial ha experimentado violencia por lo menos una vez en su vida.

También arrojan que la violencia contra la mujer está convirtiéndose poco a poco en un problema de salud pública, que no sólo afecta a la víctima sino también a la sociedad, por esto es importante que la mujer conozca sus derechos para que pueda defenderse y sepa que existen centros de apoyo a los cuales acudir, deben establecerse límites y decir ¡Basta!, no más golpes ni agresiones contra de la mujer, deben plantearse nuevos métodos de educación, establecerse formas de convivencia pacífica entre hombres y mujeres como iguales pero diferentes a la vez.

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