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Derechos Humanos


Enviado por   •  7 de Abril de 2013  •  2.085 Palabras (9 Páginas)  •  231 Visitas

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¿SABEMOS DE DONDE SURGEN NUESTROS DERCHOS?

INTRODUCCIÓN

MARCO TEÓRICOS

El contenido teórico que se debe destacar en este primer objetivo específico es el de que los derechos humanos son exigencias éticas que deben estar incorporadas en el marco jurídico y en la cultura pública, y se puede desarrollar de la siguiente manera.

Los derechos humanos como exigencias éticas

Una visión de la vida social que sea coherente con la democracia debe fundamentarse en la dignidad de las personas que la componen. En las sociedades actuales la dignidad humana se manifiesta como la posesión y el reconocimiento de derechos humanos universales.

Los derechos humanos no son “esencias” que existan fuera de las sociedades en las que se exigen, se reconocen y se viven; son respuestas a necesidades humanas vitales que se han ido manifestando a través de la historia y han ido tomando la forma de leyes jurídicas, o instituciones formales, que garantizan su tutela por parte del Estado y de normas culturales, o instituciones informales, que los integran en la visión común de lo que un ser humano merece por el sólo hecho de serlo.

En este sentido, los derechos humanos son una realidad histórica en dos sentidos: porque no existen fuera de las sociedades reales que los viven y porque se han ido construyendo a lo largo del tiempo; esto quiere decir que los que hoy conocemos como “derechos humanos” no siempre fueron una realidad social, por ejemplo, en nuestro país el derecho de la mujer a votar lleva poco más de medio siglo de “existencia”, lo mismo ha sucedido en muchas sociedades con los derechos al libre tránsito, a la libertad de expresión, etcétera.

Por eso, podemos afirmar que un derecho humano empieza a existir cuando alguien lo exige, para sí mismo, como cuando las mujeres exigen el derecho a una vida libre de violencia, o para otros, por ejemplo cuando los adultos exigen ciertos derechos para los niños o para otros adultos incapacitados para hacerlo.

Los derechos humanos son entonces exigencias éticas:

• Porque el origen de los derechos humanos está en la capacidad que tenemos los seres humanos de elegir nuestro propio modo de vida y de exigir los bienes que necesitamos para llevarlo a cabo;

• Porque los derechos humanos sólo pueden existir en el seno de una sociedad que se compromete moralmente a reconocerlos y a que sean cumplidos, y

• Porque los derechos humanos expresan necesidades vitales: la subsistencia biológica (por ejemplo, el derecho a la alimentación), la integración psíquica (por ejemplo, el derecho a la educación), la pertenencia a una sociedad (por ejemplo, el derecho de asociación) y dar sentido a la propia vida (los derechos culturales).

Por ello, una democracia no se puede limitar a la vigencia de los derechos políticos, sino que debe tender a la formación de una “ciudadanía integral”, es decir, una ciudadanía que incluya el ejercicio de los derechos civiles, de los derechos políticos, de los derechos sociales y de los derechos culturales, de tal manera que formen un conjunto indivisible y articulado.

Entonces, ¿por qué insistir en los derechos políticos? Porque “la democracia no sólo es un valor en sí mismo sino un medio necesario para el desarrollo […] la gobernabilidad democrática es un elemento central del desarrollo humano, porque a través de la política, y no sólo de la economía, es posible generar condiciones más equitativas y aumentar las opciones de las personas. La democracia es el marco propicio para abrir espacios de participación política y social, en especial para quienes más sufren: los pobres y las minorías étnicas y culturales”.

Es así como la educación cívica debe favorecer la formación de un círculo virtuoso entre democracia y desarrollo humano, en el que el bienestar de todas las personas favorezca la participación política democrática, porque la participación política requiere un mínimo de capacidades humanas que dependen de realidades como el ingreso y la educación, y en el que, a la vez, el ejercicio de la democracia se convierte en un medio para el desarrollo humano, porque el ejercicio de la autonomía política y el uso de los instrumentos de participación política hacen posible la incidencia de quienes tienen menos poder económico en el diseño y la implementación de las políticas económicas del gobierno.

Los derechos humanos y su legalización

Los derechos humanos en su versión moderna nacieron como exigencias de protección de ciertas necesidades básicas de la vida humana ante el inmenso poder del Estado burocrático. Se trataba, a fin de cuentas, de la protección del individuo frente al Estado, al cual se le delegaba el poder de la sociedad con la condición de que aquél cumpliera con la obligación de ejercer ese poder garantizando la dignidad de todos los miembros de la sociedad. Así nacieron y se fueron integrando al marco jurídico los derechos civiles, los derechos políticos, los derechos sociales y los derechos culturales que hoy conocemos como derechos humanos.

La cultura de los derechos humanos

En las sociedades actuales la vida común se rige por dos tipos de reglas: las de su marco jurídico (Constitución, legislación, reglamentos) y las que surgen de las diversas culturas (normas culturales). La relación entre derecho y cultura en una sociedad es muy estrecha: el marco jurídico requiere de la aceptación social para hacerse efectivo, y las normas culturales requieren del marco jurídico para dar certidumbre a la convivencia social.

Por eso no basta con la legislación de los derechos humanos, se necesita como complemento una cultura de los derechos humanos, es decir, una sensibilidad común ante su violación, en cada miembro de la sociedad una serie de convicciones sobre la exigencia de que sean cumplidos, y un conjunto de hábitos que impulsen a los individuos a exigir su cumplimiento y a cumplirlos. Las dos virtudes básicas que caracterizan a un ciudadano como sujeto de derechos humanos son:

• El autorrespeto o respeto a sí mismo como conciencia del propio valor como persona, la cual le capacita para exigir derechos y asumir obligaciones; cuando alguien no se respeta es incapaz de exigir sus derechos y de respetar a los demás, y

• el sentido de la justicia como disposición para aceptar reglas equitativas en la convivencia social, la cual le sensibiliza ante la injusticia; cuando

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