Desaparición Forzada un caso para Ayotzinapa
Ángel A. Sena A.Monografía12 de Septiembre de 2020
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LAS DESAPARICIONES FORZADAS UN FENÓMENO EN AUMENTO:
EL CASO AYOTZINAPA DE 2014
“Hay diferencias fundamentales de la Escuela
que educa para la esclavitud y la Servidumbre
y la Escuela que educa para la democracia”
José Santos Valdés (1905- 1990)
Escritor, educador y promotor de la Educación Campesina
Índice
Introducción 3
Justificación 5
Obejtivos 6
Capítulo 1: Desaparición forzada de personas 7
1.1. Breve Contexto Histórico Mundial 7
1.2. Conceptos y Definiciones 9
1.3. Causales de la Desaparición forzada de Personas 11
1.4. Evolución de la Instrumentación Internacional 11
Capítulo 2: Situación en México 14
2.1. Estadísticas en México 14
2.2. Legislación en México para errradicar la DFP 17
2.3. Convención Interamericana sobre Desaparición Forzada de Personas 17
2.4. Convención Internacional para la protección de todas las personas contra las DF 19
2.5. Reformas Constitucionales de 2011 19
2.6. Ley general en materia de desaparición forzada de personas, desaparición cometida por particulares y del sistema nacional de búsqueda de personas 20
2.7. Recomendaciones de Organismos Especializados en materia de DFP 21
2.8. Visita del GTDFI a México en 2011 21
Capítulo 3: Caso Ayotzinapa 24
3.1. Ideología casi secular de las Escuela Normales Rurales 24
3.2. Un antecedente violento 25
3.3.26 de Septiembre de 2014 27
Conclusión 32
Referencias Bibliográficas 34
Introducción
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La Escuela Normal “Conrado Abundes” fundada en 1926, ubicada al sur poniente del pueblo de Tixtla, Guerrero, se creó con el objetivo otorgar espacios a hijos de campesinos y personas escasos recursos, para tal efecto en aquella época una vez acreditando el examen de admisión se adquiría una beca que incluía alimentación, dormitorio, una muda de ropa y calzado, esto durante el tiempo que el estudiante cursara la carrera.
En los albores del establecimiento del plantel educativo no se contaba con instalaciones propias, por lo cual gracias a las gestiones del Director del Plantel, el Maestro Rodolfo Bonilla se logró por parte de la Beneficencia de Tixtla, la enajenación de un terrero de siete hectáreas que antiguamente albergaba a la Hacienda de Ayotzinapa.
Puesto que los recursos gubernamentales no llegaban, la edificación de la Escuela fue una consumación de un esfuerzo colectivo entre miembros de la comunidad estudiantil, académica y dado que desde un principio los alumnos de Ayotzinapa ejercieron prácticas educativas en casi todo la zona, dando clases nocturnas a campesinos e implementado talleres de alfabetización; la sociedad civil también participo de forma gustosa en el proyecto de construcción.
Fue hasta 1932, cuando la escuela ya a cargo de un nuevo Director de nombre Raúl Isidro Burgos, se trasladó a su nueva sede. Además de la construcción de la nueva Escuela, la comunidad Normalista también estuvo a cargo de la obra del tramo carretero que conecta a Ayotzinapa con Tixtla.
Con la llegada de Isidro Brugos a la Dirección, la Escuela de Ayotzinapa se cimentó en principios democráticos de justicia y libertad basados en los pensamientos Marxista-Leninista del Maestro Santos Valdés; doctrina que los mismos estudiantes mantienen como eje cultural hasta hoy. Tan es así, que el legado de personajes radicales como Lucio Cabañas, quien ingresó a la normal en 1956, y llegó a ser líder FECSM (Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México) en la década de 1960, sigue latente en los pasillos de la Escuela Normal “Raúl Isidro Burgos”.
Dado el contrapeso y la voz crítica y de lucha que ejercen las Escuelas Normales Rurales, principalmente “Raúl Isidro Burgos” en Guerrero, el Gobierno Estatal optó, desde hace años, por obstaculizar el desarrollo de las Escuelas Normales Rurales, a través cancelación de becas y de la convocatoria de nuevo para alumnos de nuevo ingreso, además de la negación de recursos monetarios y didácticos que permitan el desarrollo, y funcionamiento inmediato de la Escuela.
En ese orden de ideas, no es de extrañarse por qué los Alumnos Normalistas se organizan año con año para presionar al Gobierno para respete la convocatoria y otorgue los recursos que les corresponden.
Sin embargo, la actitud represora-violenta Gubernamental contra Estudiantes Normalistas no es un acto que cause novedad, pues en diciembre de 2011, durante el bloqueo de la Carretera Ciudad de México-Acapulco, dos estudiantes resultaron muertos.; la masacre de Iguala y desaparición de 43 estudiantes de la normal rural de Ayotzinapa marcó un hito en la historia nacional contemporánea al tocar las fibras más sensibles y profundas de la sociedad mexicana; indignación y repudio. Sentimientos que hasta ese momento permanecían incautos.
Ante lo ocurrido el 26 de septiembre de 2014 la sociedad Mexicana rompió ese paradigma de pasividad que se había mantenido constante ante eventos de esta índole, dando lugar a un movimiento social inédito con una participación ciudadana sin precedentes. Los datos del Laboratorio de Análisis de Organizaciones y Movimientos Sociales del CEIICH-UNAM, que se vale de la metodología del Análisis de Eventos de Protesta, destacan que después de los sucesos en comento, hubo un incremento de protestas masivas, habiéndose realizado después de esta fecha el 47% de las acciones colectivas de todo 2014, año que tuvo un incremento de la protesta del 120% sobre la tendencia media anual. (Gravante, 2018).
Los hechos transcendieron de tal forma que en 2015, la ONU envió a México al Alto Comisionado de Derechos Humanos, para verificar el estado que guardaba el caso. Durante la visita el Alto Comisionado (Hussein, 2015) aseguró que desde 2007 existen por lo menos 26,000 casos de personas cuyo paradero se desconoce, de los cuales en su mayoría presuntamente han sido llevadas a cabo por autoridades federales, estatales y municipales, incluyendo la Policía y algunas partes del Ejército. También, destacó que México registra niveles de desapariciones forzadas similares a países que han experimentado guerra civil y violencia política como Siria y Paquistán y “para ser un país que no se encuentra en medio de un conflicto, las cifras calculadas son, simplemente, inconcebibles”, aseveró el Alto Comisionado
La estructura de esta monografía es de tres capítulos, a lo largo de los cuales se llega a una conclusión, plasmada al final del trabajo. En el primer capítulo, se pretende proporcionar al lector, el contexto histórico que dio origen a la Desaparición Forzada, los conceptos jurídicos de autores reconocidos y las definiciones adoptadas por organismos humanitarios internacionales e instancias involucradas en la DFP así como el marco legal que la enviste, los cuales se centran en Latinoamérica y principalmente en México, no excluyendo algunos acontecimientos a nivel mundial que cobran relevancia en el tema. Igualmente se analiza el origen de los instrumentos internaciones relacionadas.
A través del segundo capítulo se analizará la situación actual de México, la evolución legislativa en el tema, la interacción de Organismos Internacionales Especializados con México las recomendaciones de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y del Grupo de Trabajo sobre Desapariciones Forzadas o Involuntarias.
Para el tercer capítulo el lector ya contará con un panorama completo de la situación además conocerá el marco legal relacionado a las desapariciones forzadas. Por tanto se abordará de lleno el caso Ayotzianapa, tomando como antecedentes los rasgos de identidad socialistas que caracterizan a las Escuelas Normales Rurales desde hace casi un siglo, después se tocará los hechos que tuvieron a lugar el 12 de diciembre de 2011.
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