Desarrollo/ aportes sacados de los discursos
maribet12Resumen7 de Junio de 2025
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DESARROLLO/ APORTES SACADOS DE LOS DISCURSOS.
Entre 2016 y 2024 se observa una fuerte disputa entre modelos de desarrollo contrapuestos:
- Modelo neoliberal o de ajuste: predominó durante los gobiernos de Mauricio Macri (2015–2019) y se profundiza con Javier Milei (2024–). Este modelo prioriza la apertura económica, la desregulación del Mercado – libre juego del Mercado, el achicamiento del Estado, el endeudamiento externo y una fuerte reducción del gasto público.
- Este modelo se alinea con un paradigma dominante, ya que refuerza los intereses del mercado, el capital financiero y los sectores concentrados de poder.
- Modelo intervencionista, de corte keynesiano y de protección social: durante el gobierno de Alberto Fernández (2019–2023), con una intención de reconstruir el tejido social y económico a partir del fortalecimiento del Estado, la reactivación de políticas públicas y la inversión en programas sociales, fomento de la economía interna.
- Representa un paradigma emergente, que intenta reconstruir un Estado presente, garante de derechos, con políticas inclusivas y solidarias.
Mauricio Macri (2015–2019):
- Gobierno de derecha, con fuerte presencia empresarial ("Gobierno de los CEO’s").
- Desregulación del mercado, apertura económica, endeudamiento.
- Desfinanciamiento del Estado, despidos masivos, retroceso en políticas sociales.
- Enfoque individualista ante problemáticas sociales, con intervención estatal muy limitada.
- Hubo desfinanciamiento de programas alimentarios y sociales.
- se eliminó la intermediación en asistencia, lo que redujo el alcance de la ayuda.
- Relación con el enunciado:
Durante este período aumentaron considerablemente la pobreza y la inseguridad alimentaria.
Muchas familias perdieron sus empleos o vieron caer sus ingresos, dificultando el acceso a alimentos, salud y vivienda. Los comedores comunitarios se multiplicaron, y hubo reclamos por emergencia alimentaria, que fueron desoídos durante años. El Estado se retiró de muchas funciones básicas, dejando a la población en situación de mayor vulnerabilidad.
Alberto Fernández (2019–2023):
- Gobierno peronista de corte progresista.
- Reapertura de ministerios, recuperación del rol del Estado.
- Enfrentó crisis heredada + Pandemia COVID-19.
- Emergencia económica y social. Medidas para sostener el empleo, el consumo y la asistencia social.
- Se reactivaron y ampliaron programas como: Tarjeta Alimentar / AUH y asistencia de emergencia (IFE) / Apoyo a comedores y merenderos.
- Se promovió una mirada más integral y colectiva del derecho a la alimentación.
- Aunque hubo avances, la inflación y la crisis económica limitaron su impacto.
- Relación con el enunciado:
El gobierno reconoció el problema del hambre y la pobreza estructural, e intentó aplicar medidas para contenerlo. Sin embargo, la inflación y la recesión económica limitaron la efectividad de estas políticas. Aunque hubo presencia estatal, muchas familias siguieron sin poder cubrir necesidades básicas, y los niveles de pobreza infantil no lograron revertirse significativamente. El derecho a la alimentación fue abordado desde un paradigma colectivo y social, pero con resultados parciales.
Javier Milei (2024):
- Gobierno libertario, de derecha extrema.
- Apuesta por un Estado mínimo, privatizaciones, dolarización, eliminación de ministerios.
- Continuación y profundización del ajuste estructural iniciado en el macrismo.
- Fuerte confrontación con estructuras estatales, sindicales y educativas.
- Se eliminaron ministerios clave como el de Desarrollo Social.
- Se suspendió o retrasó la entrega de alimentos a comedores comunitarios.
- Se agravó la situación alimentaria y social de millones de familias.
- Relación con el enunciado:
Este modelo agrava directamente la situación expresada en el enunciado.
La reducción del Estado en áreas clave como desarrollo social, educación y salud acentúa el hambre y la exclusión. La emergencia alimentaria se profundiza, con comedores sin recursos y familias que no llegan ni siquiera a cubrir lo básico.
Discurso: Alberto Fernández (2019- 2023):
Buenas tardes a todas y todos. Señores gobernadores, señores miembros de la Corte Suprema, representantes de gobiernos extranjeros, invitados especiales, integrantes del Congreso, muy queridos argentinos, nos reunimos, aquí - como marca la Constitución Nacional – para comunicar el estado de nuestra Nación a todo el pueblo argentino, que nos está mirando a lo largo y a lo ancho de todo el país. Hemos encontrado una situación extremadamente delicada. Recibimos un país dañado en su tejido social y productivo, con su alma herida por divisiones profundas.
Como disparador del debate, poniéndolo en el centro de la discusión sobre el modelo de desarrollo en Argentina entre 2016 y 2024. A partir de esto, se pueden construir posturas argumentativas contrapuestas, ancladas en los datos que ya analizamos.
Encontramos un Estado debilitado, donde casi desaparecieron los instrumentos de regulación. Ha habido problemas recurrentes con el mantenimiento de la infraestructura y el patrimonio del Estado. Se lastimó la relación con los trabajadores del Estado, postergados por la llegada de supuestos gerentes de alta calidad, que fueron recompensados con sueldos que el resto de los empleados no recibieron.
La primera etapa, el preámbulo de nuestro nuevo contrato de ciudadanía social, consistió –y aún consiste– en detener la caída de argentinos en la pobreza, tranquilizar la economía, recuperar el trabajo y recomponer los ingresos de quienes menos tienen. Por eso deseo expresar a este Congreso mi reconocimiento por la oportuna sanción de la Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva. Ha sido el punto de arranque muy necesario para tomar medidas urgentes en estos primeros días de gobierno, que estuvieron destinados a recomponer la capacidad de consumo de los sectores más desprotegidos.
Discurso: Mauricio Macri (2015–2019):
Buenas tardes a todas y todos. Señores gobernadores, señores miembros de la Corte Suprema, representantes de gobiernos extranjeros, invitados especiales, integrantes del Congreso, muy queridos argentinos, nos reunimos, aquí - como marca la Constitución Nacional – para comunicar el estado de nuestra Nación a todo el pueblo argentino, que nos está mirando a lo largo y a lo ancho de todo el país.
Entonces, los invito a que focalicemos nuestras energías en tratar de ver cómo hacemos crecer este país, cómo mejoramos su educación, su salud, su seguridad, cómo generamos empleo y cómo reducimos la pobreza y llevamos felicidad a todos los argentinos. Llevamos años, años, en donde la brecha entre la Argentina que tenemos y la que debería ser es enorme y ello nos ha llevado a enojos, a resentimientos, a una búsqueda permanente del enemigo o el responsable -interno o externo- de por qué nos faltan las cosas que nos correspondían. Y hasta nos llevó a aislarnos del mundo, pensando que el mundo nos quería hacer daño. De nada sirvió esa búsqueda de falsas culpas y causas; lo único que nos trajo es una inaceptable cantidad de compatriotas en la pobreza, instituciones sin credibilidad y un Estado enorme que no ha parado de crecer y no brinda mejores prestaciones. Tenemos leyes que reconocen muchísimos derechos, pero quedan solamente en el papel. Pero todos sabemos que somos mucho mejor que esto. Pero lo primero que tenemos que hacer es reconocer que no estamos bien, aunque nos duela, aunque cueste. Pero es la forma de poner el punto de partida en búsqueda de ese horizonte que todos soñamos. Y hoy vengo acá a proponerles una hoja de ruta en la cual espero que se apasionen, que se enamoren de ese futuro que podemos conseguir. Quiero ser claro sobre el punto de partida, ya que venimos de años en los que el Estado ha mentido sistemáticamente, confundiendo a todos y borrando la línea entre la realidad y la fantasía. Así, la credibilidad y la confianza fueron destruidas. Encontramos un Estado desordenado y mal gestionado, con instrumentos de navegación rotos, se ocultó información, faltan documentos, no hay estadísticas, cuesta encontrar un papel.
Nos acostumbramos a vivir así y hasta pensamos que era normal. No lo es. No lo puede ser. No podemos tolerar que en un país como el nuestro, con tanta riqueza, todavía mueran chicos de hambre.
Nos encontramos con una delicada situación fiscal; una de las peores de las últimas décadas, por la irresponsabilidad e incompetencia de la anterior gestión. Va a llevar un tiempo ordenarlo, pero estamos comprometidos a hacerlo.
Alrededor de 1.200.000 personas están desempleadas y hay aproximadamente 3.800.000 argentinos que trabajan "en negro", una deuda muy grande que tiene nuestro país. El trabajo "en negro" pone a los trabajadores en una situación muy vulnerable. Lo que sí aumentó fue el empleo público, pero sin mejorar los servicios que presta el Estado. Nos mintieron, camuflando el desempleo con empleo público.
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