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Diagnostico Biofisico Y Socioeconomico De Bolivar Cauca


Enviado por   •  5 de Febrero de 2013  •  3.410 Palabras (14 Páginas)  •  436 Visitas

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Reseña Histórica del Municipio.

Bolívar se fundó en el año de 1793 por el Presbítero Domingo Belisario Gómez, con el nombre de El

Trapiche, por ser un centro productor de panela ; resaltando que este territorio perteneció a lo que se

denominaba oficialmente “La ciudad y jurisdicción de Almaguer en la Gobernación de Popayán del Nuevo

Reino de Granada”. Bolívar ocupa un lugar preponderante en la historia Colombiana reconocida en el

Sesquicentenario de la Campaña Libertadora del Sur, donde el Congreso de Colombia decreta:

“Reconócese a la ciudad de Bolívar, Departamento del Cauca como Cuartel General de los Ejércitos

Libertadores en la Campaña del Sur en 1.822” 1.

La historia permite entender que Bolívar desde sus inicios ha llevado cierto liderazgo regional, que ha sido

posible gracias a la participación activa de todos los actores sociales de ese momento, que estaban

fielmente comprometidos a una causa, con visión integral de futuro en los aspectos social, académico,

cultural, político, etc.

Otro hito importante en la historia del Municipio de Bolívar, que certifica la continuidad del liderazgo

regional, es cuando al Departamento del Cauca lo dividen en 8 provincias, una de ellas es la Provincia de

Caldas que a su vez se subdivide en 6 distritos: Almaguer, La Vega, San Sebastían, Mercaderes, Santa

Rosa y Bolívar Capital de la Provincia de Caldas por más de 50 años.

Otro hito importante para el municipio, fue la década de los 70 que se caracterizó por los profundos

cambios socioculturales, ligados a la aparición de los Cultivos ilícitos o “bonanza coquera”, que alteró

todos los escenarios relacionados con un desarrollo sostenible, produciendo cambios estructurales en la

familia, economías deprimidas, pobreza, violencia, delincuencia, pérdida de identidad y pertenencia hacia

el municipio.

La realidad es que en el Municipio de Bolívar, en la década de los noventa y después de llevar 200 años

de existencia, en términos sociales y culturales, la numerosa población se caracteriza y se identifica con

conceptos de ahistoricidad y de inercia, que viven el momento sin preocuparse por el pasado ni mucho

menos por el futuro, donde los actores sociales poseen una cultura del individualismo y no del

colectivismo.

Indudablemente que para desarrollar un diagnóstico integral, de esa realidad municipal que permita

cuantificarla y cualificarla, en cuanto al subsistema social se refiere, es necesario resaltar el proceso

histórico, debido a que una visión de futuro en el ordenamiento territorial del Municipio debe partir

necesariamente de las potencialidades del pasado. Entre las potencialidades genéricas a tener en cuenta

son:

- El Municipio y la región han jugado un papel histórico de gran importancia en el desarrollo de la

Nación.

- El liderazgo que ha caracterizado al Municipio de Bolívar en las últimas décadas ha venido perdiendo

dinamismo.

1. Marco Jurídico

1.1 La Constitución Nacional

La Constitución Política de Colombia de 1991, ha sido básica para desarrollar y concretar los

planteamientos conceptuales y metodológicos del ordenamiento territorial, como instrumento de

planificación. En esta se encuentran preceptos fundamentales que permiten la compresión integral del

proceso en sus dimensiones, político administrativa, cultural , ecológica, ambiental, social y económica.

1.1.1. Ley 388 de 1997.

La evolución del marco jurídico que soporta en Colombia la planeación del desarrollo urbano, municipal y

regional condujo a la promulgación de la ley 388, la cual modifico la ley 9 de 1989 y la ley 3 de 1991. Su

contenido en referencia con los planes de ordenamiento territorial se resume en la tabla siguiente

Dada las condiciones de aridez y de sequía imperantes en la Región del Alto Patía se incluye la base

jurídica que contempla esta condición.

1.2 Legislación concerniente al Manejo de Zonas Áridas, Semiáridas y Subhumedas Secas.

1.2.1 Legislación Internacional

Convención de las Naciones Unidas de lucha contra la desertificacion y la sequía CCD - 1994.

Tratado Internacional jurídicamente vinculante

1.2.2 Legislación Nacional

LEY 461 DE 1998. Por la cual se ratifica para Colombia el Convenio de la Naciones Unidas de lucha

contra la desertificación y la sequía, entró en vigencia el 8 de septiembre de 1999.

LEY 41 DE 1993. La cual reglamenta los aspectos referentes a los sistemas de distritos de riego o

distritos de manejo integrado que constituyen opciones para el manejo de suelo y de las situaciones de

riesgo de sequía o aridez

LEY 160 DE 1994. Por la cual se reglamenta la aplicación de la política de redistribución de tierras,

democratización de la propiedad y racionalización del uso del suelo.

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2. Marco Conceptual

2.1 Desarrollo Sostenible

El nuevo paradigma de la sostenibilidad surge con la intención de cambiar la situación actual en la cual se

incrementa la productividad en el corto plazo, mediante el empleo de prácticas intensivas que han dado

como resultado la degradación de los recursos naturales (Revolución verde, Norman y Douglas, 1996). Estas

prácticas están ampliamente generalizadas y han logrado alta productividad con el consumo de fertilizantes,

plaguicidas y maquinaria, requeridos para aumentar la fertilidad de los suelos, controlar plagas y preparar

extensiones considerables de tierra. Sin embargo, han ocasionado contaminación en las aguas subterráneas

y superficiales, pérdida del recurso suelo y/o disminución de su poder productivo. Además, el uso

generalizado de monocultivos ha originando la pérdida de algunas variedades nativas, es decir, erosión

genética (Torres y Toro, 1998).

El desarrollo sostenible se preocupa tanto por el ambiente como por el desarrollo integral competitivo,

culturalmente aceptable y equitativo. Su concepción es sistémica, pues reconoce la importancia de las

interrelaciones entre componentes del sistema y entre sistemas, cada uno en su nivel jerárquico temporal y

espacial. En él se privilegia el análisis de los recursos naturales y del ambiente no sólo por su importancia

intrínseca, sino también por su contribución al mejoramiento del bienestar de la población actual y de la

futura. (Aguilera, et al, 2000)

Por lo tanto, para lograr que el desarrollo sea sostenible la intervención antrópica deberá estar en conjunción

con las condiciones biofísicas y socioeconómicas de los ecosistemas si queremos que estos perduren,

considerando que la vida del hombre es muy corta si se compara con el tiempo geológico.

Se parte de la definición de la Tierra como la integración del suelo, el clima, el relieve y otros componentes

biofísicos y de los ecosistemas como un arreglo de componentes físicos, bióticos y socioeconómicos que

interactúan como una unidad. La interacción de los componentes conforma la estructura del ecosistema y los

procesos que los relacionan (Hart, 1985). Estos procesos de interrelación de intercambios de energía,

transporte de materiales, transformaciones, etc, han ocurrido y continuarán ocurriendo de forma

esencialmente dinámica, en el tiempo y en el espacio.

Por consiguiente, sólo a través de un análisis sistémico de las regiones se logrará proponer un modelo de

desarrollo sostenible, adaptado a la oferta biofísica y socioeconómica y que no rompa el equilibrio de los

ecosistemas. Así, la primera meta debe ser el desarrollo de un modelo de comportamiento de la región, en el

cual se integren los componentes de los ecosistemas (estructura) y se entienda su funcionamiento, para lo

cual se ha conformado un grupo multidisciplinario, de los cuales hasta hace poco no existían muchos que

hubieran hecho operativo a nivel nacional, regional o mundial el concepto de sostenibilidad (De Miranda,

1995)

Los Sistemas de Información Geográfica (SIG) operativos permiten almacenar y procesar información

dinámica, por lo cual, se constituyen como una herramienta apropiada para el desarrollo del modelo de

funcionamiento de los ecosistemas. Además, el SIG permite identificar áreas homogéneas de acuerdo a

criterios seleccionados, lo cual ayuda a lograr la otra meta que es el diseño participativo de alternativas de

uso o de manejo, adaptadas a la oferta ambiental y a la demanda biofísica y socioeconómica de la región

objeto de estudio.

Las alternativas deben surgir de forma participativa, por lo tanto es fundamental lograr que la comunidad se

apropie del proyecto desde el principio, ya que serán ellos quienes adopten los sistemas de producción

alternativos. En este sentido, se considerará la perspectiva de género como herramienta conceptual y

operativa, tendiente a corregir los procesos inequitativos dentro de la región. La aplicación de la perspectiva

de género significa considerar en forma independiente, en los procesos participativos de toma de decisiones,

los intereses, las motivaciones, las necesidades y las prioridades de las mujeres, de los hombres, de los

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jóvenes y de los niños.

Además, se cree que para que la adopción sea un éxito se requiere de la participación de las instituciones

locales, regionales. La participación nacional, es también fundamental para que la voluntad política coincida

con los intereses regionales.

Se considera de carácter primordial la conservación productiva de los recursos naturales, que además de

garantizar la seguridad alimentaria, ofrezca a los habitantes sistemas productivos sostenibles competitivos,

ya que la idea no es perpetuar la pobreza sino al contrario, que la gente mejore el nivel de vida; sin

embargo, se sabe que nadie con hambre respeta un recurso natural que le pueda subsanar una necesidad

básica insatisfecha.

Para garantizar que las alternativas que se diseñen y se rijan por el concepto básico de sostenibilidad, éstas

deben basarse en productos adaptados a las condiciones del trópico. Las especies adaptadas a las

condiciones de clima y suelo, van a requerir menor adición de fertilizantes y plaguicidas lo cual las hace

además de sostenibles, competitivas ya que su producción será menos costosa. Utilizar los recursos naturales

propios del trópico, de forma creativa, combinados con sistemas nativos tradicionales, como lo recomienda

Jodha (1990), se considera una buena alternativa. Otra ventaja es que las especies nativas tropicales, no

van a tener mayor competencia internacional y en términos de sostenibilidad cultural, no se estará

fomentando un producto ajeno a la región.

En el diseño de las alternativas es importante tener en cuenta como están organizados los ecosistemas

naturales no intervenidos. En éstos, se presentan múltiples asociaciones de especies, cuya interacción no es

evidente a los ojos de un observador que, en general, sólo percibe un caos (Wilches Chaux, 1994). De esta

forma, si se diseña un sistema productivo en torno a un cultivo, se debe procurar que sus componentes se

asocien de forma natural.

Para lograr la meta del desarrollo sostenible se considera fundamental entender la Dinámica del

funcionamiento de los ecosistemas lo cual consiste en entender la dinámica del ecosistema de forma tal que

podamos establecer la relación entre su estructura y su función, identificando las variables independientes y

dependientes que afectan el mismo y sus interrelaciones, es decir establecer un modelo de comportamiento

de la región. Con el modelo se tratará de determinar la resiliencia, es decir la elasticidad del ecosistema,

entorno al punto de equilibrio.

Para establecer el Impacto de las actividades antrópicas en los ecosistemas, se propone con base en el

diagnóstico de las dimensiones biofísica y socioeconómica, determinar el estado actual de los componentes

de los ecosistemas es decir el mayor o menor grado de degradación espacial de los recursos.

Se considera que se puede lograr el desarrollo sostenible con el diseño participativo de alternativas

sostenibles - competitivas, a través de un análisis dinámico (espacio - temporal) de la oferta ambiental la

cual se relaciona con la demanda socioeconómica, cultural, biofísica y tecnológica de la región, obtenida de la

caracterización y diagnóstico de los sistemas productivos actuales. Con el cruce de esta información se

determina el potencial de la región y los conflictos de uso o problemática actual, usando como herramienta

el SIG.

En el diseño de alternativas se usa el enfoque de cadena y la idea de que la comunidad se organice en torno

al sistema productivo alternativo y que en lo posible se logre operacionalizarlo con valor agregado a nivel

local, preferiblemente industrializado y manejado por la gente de la región. Se espera, obtener suficiente

retribución económica para mejorar su bienestar (calidad de vida).

Previo a que los sistemas productivos se hagan operativos se realiza un análisis ex-ante de su competitividad,

así como de la sostenibilidad ambiental, económica y social. Con la ayuda del modelo de comportamiento de

la región se seleccionan las variables más sensibles (indicadores). Una vez iniciada la operacionalización de

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los sistemas que han pasado el filtro, se hace un seguimiento de su adopción y su impacto ambiental,

económico y social, también con el uso de indicadores.

2.2. Componente Urbano

2.2.1 Dinámica del Crecimiento Poblacional

En las últimas décadas la urbanización ha sido parte importante del desarrollo de muchos países. Ha

servido para concentrar los esfuerzos de los gobiernos nacionales y locales en mejorar la calidad de vida

para una importante proporción de la población mundial. En los países del sur, el crecimiento rápido de la

urbanización en los últimos 20 años ha coincidido con en rápido crecimiento económico. La mayoría de las

grandes ciudades están en las economías más fuertes, demostrando un vínculo entre riqueza y ciudades,

más sin embargo, concentran también los problemas sociales, ambientales y de salud pública. A pesar de

esto, las ciudades son centros de innovación artística, científica, tecnológica, de educación y cultura, es

decir, son los centros de la civilización2.

Aunque se han intentado mejorar las condiciones de vida de la población mundial y frenar el crecimiento

de la pobreza, ésta ha continuado creciendo en los últimos 20 años. Las características de la pobreza han

estado ligadas a las condiciones habitacionales y del entorno urbano de la vivienda: al creciente número

de personas sin hogar, a las precarias condiciones físicas de la vivienda, al problema de la ilegalidad en la

propiedad del suelo o de la vivienda, al no suministro de condiciones de saneamiento básico – acueducto,

alcantarillado y recolección de basuras – y a la desprotección del medio ambiente3.

Paralelamente, los gobiernos locales han entendido que ante los creciente problemas urbanos deben

cambiar su rol, pasando de "proveedores" a "facilitadores" de las soluciones de vivienda y entorno

urbano. Así, deben promover un competitivo pero regulado mercado de tierras, nuevos y más asequibles

esquemas de financiación de viviendas y de materiales de construcción, eliminación de trabas burocráticas

a las diferentes fases de producción de vivienda, garantizar la oferta de tierras para vivienda de interés

social en áreas urbanas aptas, en condiciones de legalidad y a precios tan bajos como sean posible4.

Es por eso que a los gobiernos nacionales y locales les cabe gran responsabilidad frente a sus respectivos

centros urbanos. La experiencia reciente ha demostrado que sin una gobernabilidad competente y

responsable, sin una participación y planeación adecuada del territorio y de los recursos, y sin un

gobierno por consenso, se pierde gran parte del aporte de las ciudades al desarrollo económico y social.

Más aún, cuando los gobiernos locales cuentan con fondos insuficientes para inversión. Sin embargo, un

buen gobierno urbano requiere un marco legislativo adecuado y el apoyo del gobierno departamental y

nacional. Esta promoción del desarrollo urbano no significa para nada, descuidar el desarrollo rural,

estimulando un patrón más descentralizado de desarrollo5.

El Ordenamiento del Territorio

En este marco, en Colombia, el Ordenamiento Territorial formulado por la Ley 388 de 1997 se convierte

en una clara oportunidad para el conjunto del territorio rural y urbano de los municipios, como para sus

respectivas administraciones. El ejercicio de la autonomía municipal en el desempeño de la función

pública del urbanismo bajo los principios de, la función social y ecológica de la propiedad, la prevalencia

del interés general sobre el particular y la distribución equitativa de cargas y beneficios entre los distintos

actores del desarrollo urbano, otorga nuevas formas de actuación a la administración del municipio, para

el gobierno y ordenamiento del conjunto del territorio.

Este ordenamiento del territorio demanda de la sociedad que la habita y de las autoridades que la rigen

una visión concertada de futuro sobre el territorio que desean construir. A su vez, esta visión de futuro

exige un conocimiento minucioso del territorio actual y la formulación de un proyecto deseado de

territorio a largo plazo, el que se aspira alcanzar con la suma de las voluntades de sus ciudadanos. La

construcción de esa visión de futuro del territorio es la que se pretende plantear con la formulación del

plan de ordenamiento territorial.

El ordenamiento del territorio municipal deberá prever la relaciones y los problemas comunes con los

municipios del entorno, de la provincia y de la región en que se circunscribe. También pretende prever

anticipadamente el territorio municipal que se desea construir. Saber con la debida anticipación con

cuanta población se contará y donde va a estar localizada su vivienda y en qué condiciones. Clasificar y

delimitar debidamente el suelo urbano, de expansión y rural, y el suelo protegido o no urbanizable.

Estimar cuales serán sus necesidades en materias de vivienda; de equipamientos de bienestar social,

educación, salud y de recreación; de infraestructuras de comunicaciones por carretera con la región y al

interior del municipio con las veredas; de infraestructuras de saneamiento básico y servicios públicos

domiciliarios; las mejoras en la situación del entorno natural y medio ambiental, con el tratamiento de las

aguas servidas, la relocalización de las construcciones o infraestructuras en áreas de riesgo; estimar y

reducir los impactos ambientales producto de la implementación del plan.

- Competitividad, posicionamiento y ordenamiento.

Cada vez es más relevante la importancia que las ciudades y las regiones han adquirido en el reciente

contexto mundial marcado por la globalización. Son las ciudades y las regiones urbanas y rurales

colindantes, los centros de la competitividad mundial. Son ellos los que se disputan nacional e

internacionalmente las grandes inversiones de capital productivo, la localización de las grandes

infraestructuras, las conexiones a las grandes redes de las ciudades mundiales de la economía, las

finanzas, los mercados y las telecomunicaciones. La competitividad por un lado y la consolidación de las

regiones urbanas por el otro, han roto las barreras administrativas del territorio en una continua

funcionalidad urbana donde se entremezclan las áreas urbanas y las áreas rurales, los grandes y los

pequeños centros poblados, las pequeñas y dispersas poblaciones rurales y el entorno natural.

Desde este punto de vista, la competitividad y el posicionamiento que las ciudades y regiones estén

dispuestas a obtener, se logra mediante un proceso de ordenamiento previamente definido del conjunto

de la región urbana funcional en que se inscribe, fijando el papel de cada uno de los centros urbanos que

lo componen y de su territorio natural y productivo colindante. Es por esto que el pertenecer a una u otra

región y su carácter primacial o no, es de importancia crucial para cada uno de los centros urbanos que la

constituyen, más que su tamaño poblacional o la jerarquía en que funcionalmente se inscribe.

2.2.2. Población

Se presentan pues, las condiciones particulares de dinámica poblacional de los municipios del sur del

Cauca y del norte de Nariño en un contexto, departamental y nacional, y por otro lado las condiciones en

que la dinámica del proceso de urbanización coloca diferenciadamente a los piases desarrollados o en

proceso de serlo.

2.2.2.1. Tasas nacionales de crecimiento poblacional en el contexto mundial

Las tasas anuales de crecimiento poblacional a nivel mundial6 muestran un promedio generalizado

decreciente, con algunas diferencias entre las regiones más desarrolladas y las menos desarrolladas.

Estas tasas promedio se estimaron en un 1.53% (1990-2000), 1.33% (2000-2010) y 1.10% (2010-2025).

Sin embargo, mientras para las regiones desarrolladas en los mismos periodos se acercan a cero (0.36%,

0.23% y 0.14%), para las regiones menos desarrolladas continúan siendo superiores al 1% (1.83%, 1.57% y 1.28%). Para América Latina son un tanto inferiores a las de las regiones menos desarrolladas

(1.75%, 1.42% y 1.08%), y para Colombia en especial, son aún mas bajas, esperándose que para el

último periodo (2010-2025), su descenso llegue a estar por debajo del 1% (1.58%, 1.27% y 0.93%).

Aunque mundialmente, las poblaciones urbana y rural siguen creciendo vertiginosamente, sus tasas

anuales7 continúan siendo decrecientes, en especial la de las poblaciones rurales. También habrán

diferencias entre las regiones más desarrolladas y menos desarrolladas. Así, para el año 2000 se espera

que el 47.52% de la población mundial esté asentada en centros urbanos, y que crezca hasta el 61.07%

al año 2025. En las regiones más desarrolladas la población urbana alcanzará en el 2025 un promedio un

83.98% de su población total, en contraste con el 57.05% de las regiones menos desarrolladas. Para esa

fecha, América Latina tendrá un porcentaje de población urbana superior, tanto al de las regiones menos

desarrolladas, como de las más desarrolladas, estimándose en un 84.67%. Mientras Colombia, hoy

cercana al 75.21%, alcanzará al 2025 el 84.14% de su población total habitando en los centros urbanos.

Las tasas anuales de crecimiento poblacional mundial8 han sido calculadas para las áreas urbanas en

2.57% (1975-2000) y 2.19% (2000-2025), mientras para la zonas rurales en un 0.97% (1975-2000). Para

el periodo 2000-2025, en las regiones más desarrolladas, las tasas de crecimiento urbano serán inferiores

al 1% y las rurales negativas, mientras en las menos desarrolladas, las tasas urbanas seguirán cercanas al

3% y las rurales positivas cercanas a cero. América latina y Colombia tienen un comportamiento relativo

más cercano al de las regiones más desarrolladas. Así, durante ese mismo periodo, se espera en América

Latina una tasa anual de crecimiento urbano del 1.61% contra una rural de –0.47%, y para Colombia

1.51% y – 0.72% respectivamente.

En resumen Colombia, que pertenece a las regiones menos desarrolladas del mundo, posee tasas de

crecimiento anual de población total inferior al promedio de América Latina, la que a su vez es inferior al

promedio mundial, pero superiores al de las regiones más desarrolladas. Todas estas diferencias son

inferiores al 1% y muy cercanas al promedio Latinoamericano.

Respecto de las tendencias de urbanización, Colombia presenta frente a América Latina tasas anuales de

crecimiento de su población urbana inferiores, cuya diferencia tiende a reducirse a 0.10%, frente a un

cambio demográfico en su población rural la cual, de crecer a una tasa cercana a cero, pasará a ser

negativa en el primer cuarto del siglo XXI y mas baja que el promedio latinoamericano. Contrastan estas

tasas nacionales con mayores tasas mundiales de crecimiento poblacional promedio a nivel urbano y rural,

con las tasas mas bajas de crecimiento de las regiones más desarrolladas y con las más altas tasas de

crecimiento de las regiones menos desarrolladas.

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