Discurso Sobre El Origen De La Desigualdad Entre Los Hombres/ Contrato Social
andw.pandii1 de Junio de 2015
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Bajo el precedente de corrientes ideológicas dominantes, en el siglo XVII surge Rousseau -pensador con vigencia hasta la actualidad- que tiene por iniciativa invertir las doctrinas políticas de sus antecesores más influyentes de la época: Hobbes y Locke.
Antonio Rodríguez Huéscar, catedrático de filosofía de la Universidad de Puerto Rico, señala en el artículo “Rousseau, paradoja viva” que: “Rousseau tiene una significación propia aparte en el siglo XVII, no se le puede encasillar en ninguna escuela o tendencia”. Esto debido al influjo en las concepciones como el origen del Estado y pacto social, el soberano, la ley y los tipos de gobierno, pautas que fueron analizados y desarrollados en el tratado del Contrato, obra de pensador con mayor insignia en la disciplina política.
De esta forma, al pensar la inevitable forma de perseguir los conocimientos políticos surge la pregunta de cómo concebir los derechos del ciudadano, que según Rousseau son beneficios particulares. “Su interés particular puede hablarle de manera muy distinta que el interés común” , esto lo menciona al referirse a que cada individuo puede tener la voluntad individual o particular contraria a la voluntad general que tiene como ciudadano.
En este sentido, nace una nueva interrogación, como nace el Estado para poder reconocer a los ciudadanos. Para ello, debemos revisar las concepciones de contrato social, soberano, ley y por ende gobierno.
Rousseau fundamenta la idea del Contrato social en el naturalismo que es contradictorio a las concepciones aristotélicas del hombre como ente de la política. Antonio Rodríguez Huéscar, de lo mencionado lo reconoce en términos de “zoom politicion” es decir, de la sociedad política como algo originario y cultural, y por otra parte, al Estado de derecho divino postulado por el pensamiento cristiano.
De vuelta a la concepción de Rousseau, habla de estado natural del hombre como pacífico y virtuoso, contradiciendo a Hobbes que mencionaba que el hombre es malo por naturaleza, pero Rousseau traslada este pesimismo al estado civil.
“El hombre no puede vivir siempre en un estado de naturaleza. Supongo a los hombres- escribe Rousseau- llegados a un punto en que los obstáculos que se oponen a su conservación en el estado natural vence con su resistencia a las fuerzas que cada individuo puede emplear para mantenerse en ese estado.”
Es por ello que Rousseau sostiene que el hombre es libre y en todas partes está encadenado ya que estos enajenan su libertad, para lo cual el autor plasma los ideas de igualdad y libertad propias del estado natural a lo que el filósofo trata de encontrarlas en el estado de sociedad, de las cuales dichas categorías han tenido trasformaciones llevándoles aun desnaturalismos, insignias que posteriormente fueron utilizadas en la revolución francesa.
“Renuncias a la libertad es renuncia a la cualidad del hombre, los derecho de la humanidad, incluso de sus deberes.”
Es por ello que Rousseau trata de rescatar la voluntad general al hablar del Soberano que es el cuerpo del pueblo a lo que ya alude las fuerzas de trabajo, fuerzas en las que radica el problema fundamental de la obra Rousseau, cuya solución radica en el contrato social, donde se allá una enajenación total de los derechos, pero no a un tercero como lo proponía Hobbes ( el soberano debe quedar al margen del pacto o contrato social, y con el poder absoluto) mientras que Rousseau pretendía que el soberano sea la comunidad, teniendo la oportunidad de presentar leyes, que según Antonio Rodríguez Huéscar, es una declaración pública y solemne de la voluntad general sobre un objeto de interés común.
“Como el soberano está formado únicamente por los particulares que lo componen no tiene, ni pueden tener contrario al de estos; por consiguiente el poder
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