Discurso

Saludo con respeto los señores generales que hoy enmarcan con honor esta trascendental ceremonia, en que hacemos una remembranza al octogésimo quinto aniversario de la creación de las tropas de transmisiones.

Con respeto, saludo también a todos nuestros hermanos mayores, compañeros de generación y aquellos hermanos de sangre azul de generaciones recientes.

Con un reconocimiento muy especial y personal, saludo a nuestras valientes compañeras, quienes, desde hace 44 años, tomaron la decisión de abrazar este servicio.

Con el mas profundo respeto, presento mi saludo a todas las familias, baluarte de apoyo y esencia de inspiración para alcanzar sus mas grandes ideales; a mi esposa victoria, todo mi amor.

Quiero iniciar mis palabras con una frase que bien pudiera enmarcar la inspiración y aspiración de este magno evento.

De Federico el grande, cito, “…son los altos ejemplos y los grandes modelos, los que educan y forman a los hombres. Los hombres no somos perfectos, pero el reconocimiento de nuestra propia imperfección, no debe abstenernos de erigir ejemplos perfectos, para que espíritus nobles, animados por el sentimiento del honor y la ambición hacia lo supremo, se le acerquen, aunque no les puedan alcanzar…”, concluyo la cita.

Altos ejemplos, grandes modelos… hoy, en esta tribuna, teniendo como marco solemne la cuna de nuestra formación, la escuela militar de clases de transmisiones, hago mención y rindo un tributo especial a esos altos ejemplos, a muchos de nuestros distinguidos generales, jefes, oficiales, y aun personal de tropa, quienes, con su actitud, su aptitud, guía y liderazgo, constituyeron en muchos de nosotros, una visión a tratar de emularlos, un ejemplo a seguir, aunque no siempre lo logramos.

General francisco Espinoza López, quien de una manera formal presento la historia del servicio hasta 1984 ¿Por qué no retomamos este ejemplo y seguimos actualizando nuestra historia? Es momento de coordinación, cooperación y de solidarizarnos para proponer ante la propia dirección, un comité redactor de la historia del servicio.

Sin medida en el esfuerzo, cumpliremos con honor; lema de esta escuela que sintetiza una dualidad entre el cumplimiento de nuestros deberes y la forma de realizarlos.

El esfuerzo, es precisamente el impulsar una gran fuerza física o moral con algún fin determinado; el honor, la cualidad m oral que impulsa a una persona a actuar rectamente, actuando de una manera buena, positiva y valiosa.

Por ello, hoy lanzo un exhorto a todos nosotros, a que sigamos con una férrea actitud este lema que encierra el trabajo de cada uno de quienes integramos este servicio, sí, pero trabajo.

Grandes modelos, es precisamente la inspiración de esta escuela, que desde su creación como Centro De Instrucción Para Radioperadores De Transmisiones y después como Escuela Militar De Clases De Trasmisiones, su espíritu, evocado en los leones Tacuba, en el cuartel colorado y actualmente en la mojonera, jalisco, ha sido y sigue siendo un paradigma educativo, señalando contenidos, después objetivos y hoy competencias, que le han permitido formar eficientes sargentos del servicio. Que no se pierda la esencia de este gran modelo, formar en excelencia y con un conocimiento general de todas las armas y servicios.

Hoy, nos encontramos reunidos en la esencia de esta escuela, en el marco del octogésimo quinto aniversario de la creación de las tropas de este gran servicio, indispensable en todo tipo de operaciones; reunidas varias generaciones, quienes, con su participación, escribieron con oro las paginas de nuestra historia. Hago propicio este momento, para impulsar una idea, la de seguir el ejemplo de ese gran personaje del servicio, el con honor, con rectitud, con lealtad, siguiendo también las cuatro virtudes cardinales: fortaleza, prudencia, templanza y justicia.

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