EL ESTADO FASCISTA

EL ESTADO FASCISTA

El fascismo en su empezar no fue un movimiento político que obedeció a una ideología; fue más un actuar que un pensar.

Los escritores Pareto, Sorel y Nietzsche fueron quienes más influyeron sobre la ideología de Mussolini con respecto al fascismo.

Italia había concurrido a la primera guerra mundial, formando parte de los países vencedores, pero en su victoria, Italia sentíase derrotada. Es más, sentíase engañada por los propios aliados, al no ver satisfechas sus reveindicaciones territoriales y sus ambiciones de imperio.

Italia fue quien más hombres perdió en la primera guerra mundial. Los soldados que volvieron a su patria, hambrientos, cansados y adoloridos se encontraron con su país vacío, sin una meta que justifique su existir.

El fascismo surgió del resentimiento de Italia.

Al contrario del Estado soviético, en que se da el fenómeno de ver una ideología constituida en partido, tomar el Estado y dirigirlo hacía la consecución de esa ideología, el fascismo nace sin ideología; no era, según palabras de su fundador, una capilla, sino un palenque; era, en su empezar, simple agitación. Más después el fascismo pretende no solo ser un sistema político y un método de gobierno; él aspira al título de modo de vida.

El fascismo parte de la crisis del liberalismo; supuesto del fascismo es la liquidación de la fórmula liberal.

El autoritarismo del fascismo se desarrolla como un sistema coordinado de cascadas: la primera más potente y que comunica su fuerza a la siguiente y así sucesivamente, hasta llegar a la ultima que no deja de poseer cierta fuerza proveniente directamente de la inmediata superior e indirectamente de la primera cascada.

El autoritarismo fascista va mucho más allá de la filosofía autoritaria de Rensi: para Rensi el pensamiento individual es siempre un limite inviolable para la autoridad, para el fascismo en cambio, el modelar las conciencias individuales es el indicio de la autoridad.

El neo-capitalismo fascista no era más que un capitalismo de Estado. El Estado fascista incorpora el capital italiano a su estructura totalitaria. El Estado fascista absorbía desde la empresa o industria más pequeña, hasta el sistema bancario general de Italia. La concentración capitalista en manos del Estado es en este sentido perfecta.

La carta del trabajo reza: “la Nación italiana es un organismo que posee fines, vida, medios de acción superiores en potencia y en duración a los individuos aislados o agrupados que la componen. Es una unidad moral, política y económica que se realiza íntegramente en el Estado fascista”. Tres ideas fundamentales anidan en el citado artículo primero: a)el organismo fascista; b) el transpersonalismo fascista y c) la identidad entre Nación y Estado.

Dentro del organismo fascista, la Nación es un organismo con vida, junto al cual el individuo tiene el carácter de un simple miembro. La Nación posee fines superiores a los de los individuos.

Para el transpersonalismo fascista, la persona debe estar enteramente subordinada a los fines de la Nación.

El fascismo afirma la estatalizad del Derecho. Sólo es derecho el que proviene de la voluntad ética del Estado.

El Estado así entendido no puede ser objeto de otra voluntad _la popular_; su voluntad es absolutamente independiente y autónoma.

El Estado tiende a reglamentar jurídicamente todos los aspectos de la vida social,

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