EL ESTADO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: EL GRAN PROBLEMA DE LA DESIGUALDAD DE INGRESOS EN CHILE

EL ESTADO Y POLÍTICAS PÚBLICAS: EL GRAN PROBLEMA DE LA DESIGUALDAD DE INGRESOS EN CHILE

     Chile ha avanzado en las últimas décadas, lo que ha llevado a que mejore la calidad de vida de los ciudadanos chilenos. Las mejoras en la infraestructura, la mayor cobertura educacional, el incremento en los ingresos familiares, y un mayor acceso a los bienes, ha llevado a un mejor bienestar social y a una reducción de la pobreza. Esto ha ocasionado un crecimiento económico estable, aunque cabe mencionar que este crecimiento se ha sustentado en una mala distribución de los ingresos y una alta desigualdad.

    Si bien la gente es menos pobre que antes existe aún un alto nivel de desigualdad, así se refleja en el índice de Gini. Es cierto que las políticas que combaten la pobreza combaten también la desigualdad así lo afirma Claudio Sapelli (2014) “una política de combate a la pobreza es, por sí misma, una política de combate a la desigualdad. Todo lo que mejore los ingresos de aquellos más pobres disminuirá la desigualdad”. (p.72)

     No obstante, unos de los índices que se ve más alterado en las últimas décadas en Chile es el de Gini, donde se mide la desigualdad que existe en el país con relación al PIB, la cual es alta pese al crecimiento económico que ha tenido en su historia.  

     En los últimos años se ha estancado el crecimiento económico, este estancamiento puedo ser provocado por muchos aspectos sociales, políticos, económicos, entre otros. Unos de los principales aspectos es el término del boom de las materias primas, así lo afirma la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).

   Según Andrés Solimano (2014) afirma que, “Chile es un país de alta desigualdad económica y social, y su crecimiento económico depende fuertemente de la explotación de recursos naturales no renovables.” (p. 63) Si bien la explotación de estos recursos son un gran aporte para el PIB chileno, no es suficiente para lograr incrementar los ingresos nacionales, como ya se mencionó anteriormente ha caído el boom de materias primas en los últimos tiempos, lo que conlleva a un lento crecimiento económico.  

    Chile se ha visto como un gran ejemplo en América latina, pero con su nivel de desigualdad de ingresos, es motivo para creer que es objeto de admiración. Es difícil creer que un país como Chile con un crecimiento de tales magnitudes en tan poco tiempo tenga y sostenga índices de desigualdad de ingresos muy por alto del promedio de la OCDE (0,32). La forma de enfrentar la desigualdad de ingresos por parte el Estado, con trasferencias a los más vulnerables para sacarlos de la pobreza, es una medida poco efectiva, la cual no logra tener cambios drásticos en este tema.

    Este ensayo tratara los problemas de las diferencias e inequidades que existe en la distribución de ingresos, y recalcar la importancia del Estado y las políticas públicas en este gran “problema” que causa controversia en el país.

    Qué es desigualdad, se podría definir la desigualdad según Therborn (citado en PNUD, 2017) como las diferencias que se consideran injustas. Entonces podemos deducir que la desigualdad de ingresos es la diferencia o disparidad de los ingresos económicos que perciben la personas y que estos son injustos.

    La desigualdad de ingresos puede ser provocada por muchas variables que inciden, como los ciclos económicos de expansión y recesión, la globalización, la interacción de las políticas sociales con los actores sociales, el Estado, los cambios estructurales que ocurren en la historia de un país, en este caso Chile, entre otras.

   Según Javier Rodríguez (2014) declara que “en la historia de la desigualdad en Chile han jugado un rol importante varios factores de larga duración, como la centralidad de la producción intensiva en recursos naturales.”

    El gran problema que trae esta desigualdad de ingresos se ve claramente en la calidad de vida de las personas, el claro ejemplo de esta son las pensiones, que por los ingresos bajos que perciben las personas, estas llegan a ser precarias. Además, la educación que depende de los ingresos de los padres, el cual son bajos por lo tanto optan por una baja calidad educacional (escuelas, colegios y liceos municipales). Según un estudio de la Fundación Sol (2018) afirma que el 70% de los trabajadores gana menos de $500.000 y sólo el 15,3% gana más de $850.000. Cifra no muy alentadora para combatir la desigualdad existente en Chile.

    Esto sumando, la mano de obra no calificada, por los motivos dados anteriormente, acrecientan problemas mayores como la productividad, la cual está estrechamente relacionada con el crecimiento económico. Por lo tanto, se debe tomar el peso que tiene la desigualdad de ingreso en el crecimiento y desarrollo económico.

     Una forma de ver la mala distribución de los ingresos es por medio de la concentración de ingreso y riqueza en el 1% más rico del país. Donde estos acaparan el mayor ingreso nacional. El PNUD (2017) aclara que “para Chile estos datos muestran que el 33% del ingreso que genera la economía chilena lo capta el 1% más rico de la población. A su vez, el 19,5% del ingreso lo capta el 0,1% más rico.”

      Esto muestra claramente que Chile tiene serios problemas con la mala distribución de los ingresos, el cual provoca serios retrocesos en el aspecto social y económico.

     Una mala distribución de los ingresos puede atraer muchas consecuencias negativas para el país, como el descontento o la insatisfacción social. Por eso es evidente que Chile debe disminuir su índice de desigualdad. Lavados & Aravena (2014) concluyeron que:

 “Esta situación posee tal impacto que su diminución ha pasado a ser uno de los principales objetivos de la sociedad chilena, pues la inequidad se produce por y profundiza una serie de problemáticas sociales, entre ellas, la escasez de oportunidades, discriminación en el acceso a puestos de estudios y trabajo, exclusión social, entre otras.” (Lavados H. y Aravena F., 2014, p. 39)

    Este problema se viene arrastrando desde hace muchos años atrás, si vemos la historia económica chilena la desigualdad de ingresos siempre ha estado presente y varios de los gobiernos han tratado de combatirla. Entre el 1930 y 1973 el índice de desigualdad se había moderado. Pero la llegada del golpe militar en la década de los 70 y 80 incrementó este problema, según el Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), (2017) aclara que “luego la dictadura militar impuso cambios políticos y económicos que derivaron en nuevas y significativas desigualdades.” (p.32)

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