“EL VINO TOMÁNDOSE LA HISTORIA”

“EL VINO TOMÁNDOSE LA HISTORIA”

El vino es una bebida alcohólica producida a partir de la fermentación y procesamiento del jugo o zumo de la uva. El maridaje que ha poseído el vino no solo es de la mesa, es de un carácter más amplio y representativo, ha sido símbolo de sucesos que enmarcaron nuestra historia como civilización, lo que permite pensar en el papel protagónico del vino en la historia humana, enfocado en una mirada  al simbolismo religioso, en el estatus del vino en las monarquías medievales y su impacto en la actualidad.

El vino ha cargado consigo un simbolismo religioso muy relevante, y aunque destaca generosamente en el acto de consagración de  religiones como la católica o cristiana, sus inicios como bebida representativa del ámbito religioso o de rituales, es más remota. En el mundo clásico de Roma y Grecia el vino tuvo un lugar privilegiado debido a las múltiples veneraciones que poseían los dioses de aquella bebida, representándose en ellos un conjunto de poderes afrodisiacos y embriagadores, lo que conlleva a homenajes en honor a aquellos dioses con orgias, placeres sexuales, donde el motivador de todo esto no era más que el vino. No fuese hasta el proceso católico y cristiano que, el vino afianzo un simbolismo menos mundano y adquirió un marcado proceso simbólico, tanto así que todavía perdura el papel protagónico del vino en las ceremonias de estas religiones, eso si ahora conlleva un sumario menos precipitado.

Para el hombre medieval el vino era un alimento de consumo habitual, no solo por su sabor y aporte alimentario; sino, que también tuvo funciones de limpieza y desinfección por sus propiedades alcohólicas, pero no fuese hasta  el desarrollo de las monarquías, que aquella bebida tomaría un papel de clase y estatus, bien fuese que el vino se considerara la bebida privilegiada de la mesa de las altas clases o que su basta proliferación en el viejo continente, le permitiera al vino ser tan destacado, le genero a la bebida un cambio sin vuelta atrás. Ahora, si el vino quería mantenerse como bebida de reyes y seguir acompañando la toma de decisiones más importantes de una nación, debía tener calidad de eso, de un vino para el rey, de la bebida icónica de un líder, y así fue como aquella bebida inicio un camino sin retorno, mejorando y destacando todas sus propiedades organolépticas, siendo así que lograría formar la monarquía más duradera de aquel entonces, la monarquía que guio Europa muchos años.

Hoy en día el vino cumple un papel muy destacado en el mundo de la cultura y su consumo ha involucrado a la bebida rojiza en un continuo cambio y evolución, actualmente se habla de un consumo diario de la bebida. En sí, se debería hablar de un consumo especial de la bebida, y aunque involucra ciertos instantes específicos para degustarse, actualmente la alta especificidad y calidad de ciertos vinos, pide celebraciones de igual magnitud y alcance. Por lo tanto, el momento no emplea el vino, más bien el vino exige su momento, esto ha generado en el mundo de hoy, no que el vino construya y acompañe grandes historias, más bien va construyendo pequeñas historias en cada ceremonia, cena o cata de vino.

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