ENSAYO MANIFESTACIONES SOCIALES EN EL CENTRO HISTÓRICO DE MORELIA Y SUS REPERCUSIONES SOCIOECONÓMICAS EN LOS COMERCIOS DE LA ZONA

ENSAYO

MANIFESTACIONES SOCIALES EN EL CENTRO HISTÓRICO DE MORELIA Y SUS REPERCUSIONES SOCIOECONÓMICAS EN LOS COMERCIOS DE LA ZONA

Camilo Abraham Torres Flores

Maestría en Comunicación

“Cultura y Sociedad”

El presente ensayo se plantea el objetivo de analizar las manifestaciones sociales que se realizan en la ciudad de Morelia, Michoacán, y sus repercusiones a la sociedad y la vida económica de los comercios que se encuentran en el centro histórico, ya que durante el 2014 tuvimos un promedio de 2.4 manifestaciones diarias, según la Asociación de Comerciantes y Vecinos del Centro Histórico (COVECHI), con bajas de hasta 970 millones de pesos y el cierre de 78 negocios, solo en el primer cuadro de la ciudad.

Pero primero comencemos explicando lo que es una manifestación. Una manifestación, marcha o plantón, es la demostración pública de la opinión de un grupo, mediante una agrupación de personas en las calles con el propósito de mostrar que una parte significativa de la población está a favor o en contra de una persona, política, ley, decisión, o por falta de respuesta a las necesidades de un sector de la población.

Las manifestaciones en la ciudad de Morelia se han vuelto, desde hace ya varios años, el pan nuestro de cada día. Los morelianos somos víctimas de este derecho a la libre manifestación, y digo víctimas porque generalmente, en la mayoría de los casos, las marchas, paros, plantones y manifestaciones que se realizan, nos afectan terriblemente en los tiempos de traslado a la escuela, al trabajo, con tramites que requerimos hacer ya sea por cuestiones de salud, trabajo o placer, porque incurren en el cierre de calles y avenidas, incluso de oficinas gubernamentales o privadas.

Las manifestaciones, marchas, reuniones públicas y plantones son formas clásicas y potencialmente poderosas de expresar una opinión pública, que habitualmente, y más en el caso de la capital michoacana, se generan por la inconformidad de un sector de la población con algunas acciones, determinaciones o limitaciones del gobierno en turno, ya sea federal, estatal o municipal e incluso, en contra de organizaciones publicas y privadas.

Desde hace décadas, éstas, eran utilizadas, básicamente por los sindicatos, para exigir mejores salarios, trato digo, prestaciones, respeto a los derechos humanos, etcétera, y han ido evolucionando hasta convertirse en lo que conocemos en este momento, donde desde un pequeño grupo de personas o hasta miles cierran avenidas durante horas, días, semanas, incluso meses (como es el caso de los Antorchitas o los Normalistas que han pasado gran cantidad de tiempo plantados en el centro de la capital michoacana)

El artículo 9 de la Constitución mexicana de 1917 contempla dos derechos fundamentales distintos: el de reunirse y el de asociarse. Su texto es el siguiente:

No se podrá coartar el derecho de asociarse o reunirse pacíficamente con cualquier objeto lícito; pero solamente los ciudadanos de la República podrán hacerlo para tomar parte en los asuntos políticos del país. Ninguna reunión armada, tiene derecho de deliberar

No se considerará ilegal y no podrá ser disuelta una asamblea o reunión que tenga por objeto hacer una petición o presentar una protesta por algún acto o una autoridad, si no se profieren injurias contra ésta, ni se hiciere uso de violencias o amenazas para intimidarla u obligarla a resolver en el sentido que se desee. (Carbonell, Miguel, La libertad de asociación y de reunión en México, México, en: www.juridicas.unam.mx, consultado el 10 de septiembre de 2015)

Se dice que el derecho de uno termina donde comienza el derecho de otro, en este caso el derecho a la manifestación debería terminarse cuando comienza el derecho de otros por la libre circulación, pero se ha mal utilizado el derecho de la libre manifestación ya que la impunidad en México ha llegado a niveles inimaginables. Esto gracias a que los manifestantes hacen la vida de la ciudadanía y del gobierno casi imposible para lograr que sus peticiones sean resueltas sin importar las consecuencias.

Por ejemplo, el 15 de octubre de 2012, estudiantes de las escuelas normales de Cherán, Arteaga y Tiripetío mantenían secuestrados vehículos de empresas privadas, de los cuales algunos fueron quemados junto con otros particulares, como presión al gobierno (manifestación) para conseguir el pago de becas y el otorgamiento de plazas laborales, por lo que fueron detenidos 176 estudiantes luego de un operativo realizado para recuperar los vehículos y liberar a los choferes que se encontraban en calidad de secuestrados dentro de las instalaciones escolares.

Lo anterior, ocasionó fuertes manifestaciones en diversos puntos de la ciudad de Morelia por parte de profesores agremiados a la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) y de estudiantes normalistas con el propósito de presionar a los Poderes Ejecutivo y Judicial para la liberación de los detenidos, manteniendo plantones permanentes en el centro de la ciudad, a las afueras de la Procuraduría Estatal, en la salida a Pátzcuaro y parte de calzada la Huerta, incluso me toco ver que incendiaron un vehículo de transporte publico a las afueras del C.E.R.E.S.O. que se encuentra a unos metros del crucero de la salida a mil cumbres.

Después de eso, la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) de Michoacán comenzó con la liberación de los detenidos poco a poco y, aunque el gobierno aseguró que las liberaciones eran parte de los expedientes abiertos por las autoridades y no resultado de negociaciones, las manifestaciones pararon cuando todos los normalistas estuvieron en libertad. ¿Por qué liberaron a todos a final de cuentas?, el gobierno dice que porque no había manera de comprobar que los detenidos habían participado realmente en el secuestro y quema de vehículos.

Es por esto, y por muchos sucesos parecidos más, que los manifestantes y la sociedad en general han olvidado las razones principales por las que se llevan a cabo estos actos de expresión. ¿En que momento las manifestaciones se convirtieron en libertinaje y en, algunas ocasiones, una expresión de Anarquía?.

Muchas veces las personas acuden a estas manifestaciones por el simple hecho de que pertenecen a un sindicato o grupo social que busca beneficios para ese sector de la población; los profesores (agremiados a la CNTE, en la mayoría de los casos),

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