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El Bullying


Enviado por   •  13 de Junio de 2013  •  6.085 Palabras (25 Páginas)  •  298 Visitas

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INTRODUCCION

Con el presente trabajo se pretende hacer una investigación de la manera más completa acerca de lo que significa el Bullying y sus características; así como también las consecuencias de éste las cuales representan uno de los principales problemas a los que se enfrenta nuestra sociedad en éstos tiempos.

Para ello recopilamos un gran contenido de información con el propósito de que la gente se entere sobre lo que significa éste problema y sus repercusiones para con los individuos que nos rodean, esperando así crear conciencia sobre el accionar de los individuos que desencadena en los comportamientos violentos que se van desarrollando a lo largo del tiempo. Ya que una mala acción en edades tempranas, si no es atendida es muy probable que tienda a evolucionar en una mucho peor, dependiendo el contexto socio-cultural y las relaciones interpersonales con las que tenga contacto directo el sujeto.

Se retoman conceptos básicos que nos orientarán a empatizar un poco con los agentes sociales implicados dentro de un caso de bullying; así como también se revisarán de manera minuciosa el desarrollo y las primeras situaciones en las que tuvo presencia el término de bullying dentro del ámbito educativo. Por otro lado se presentan una serie de indicadores que nos ayudarán (situándonos en la perspectiva docente o familiar) a identificar aquellos casos en los que existe presencia de bullying, así como también por su parte informar sobre algunas orientaciones, sugerencias y medidas que es factible utilizar para evitar o tratar la violencia dentro de la escuela, en general consecuencia de la mayoría de casos dentro de la sociedad.

ANTECEDENTES

El primero que empleó el término “bulliing” en el sentido de acoso escolar en sus investigaciones fue Dan Olweus, quien implantó en la década de los '70 en Suecia un estudio a largo plazo que culminaría con un completo programa anti acoso para las escuelas de Noruega.

Fue el propio Olweus (1993) quien definió el maltrato entre alumnos y alumnas cuando se produce en el contexto escolar como una “conducta de persecución física o psicológica que realiza el alumno o alumna contra otro, al que elige como víctima de repetidos ataques. Esta acción, negativa e intencionada, sitúa a las víctimas en posiciones de las que difícilmente pueden salir por sus propios medios. La continuidad de estas relaciones provoca en las víctimas efectos claramente negativos: disminución de su autoestima, estados de ansiedad e incluso cuadros depresivos, lo que hace difícil su integración en el medio escolar y el desarrollo normal de los aprendizajes”.

En el Informe Violencia entre compañeros en la escuela, realizado por Ángela Serrano e Isabel Iborra, para en Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia y publicado por el propio Centro en el año 2005, las autoras consideran la existencia de diferentes tipos o categorías de violencia escolar, concretamente maltrato físico, maltrato emocional, negligencia, abuso sexual, maltrato económico y vandalismo. Se refieren a acoso –en inglés bullying- cuando la violencia escolar, repetitiva y frecuente, tiene la intención de intimidar u hostigar a las víctimas.

En concreto, para que pueda hablarse de acoso han de cumplirse los siguientes criterios: que la víctima se sienta intimidada, que se sienta excluida, que perciba al agresor como más fuerte, que las agresiones vayan aumentando en intensidad, y que preferentemente tengan lugar en el ámbito privado.

Uno de los trabajos más recientes sobre el acoso escolar, realizado por la Comunidad de Madrid, es el denominado “Conviven 2006”, resultante de un estudio que el Defensor del Menor en la Comunidad de Madrid encargó al Instituto de Evaluación y Asesoramiento Educativo (IDEA) y cuyos autores son Marchensi, Martín, Pérez y Díaz. En este estudio se concluye que los efectos negativos de conductas de acoso, afectan no solamente a quien sufre como víctima, sino también a quien los infringe como victimario, pues a largo plazo, existen altas probabilidades de que el acosador escolar asuma permanentemente ese rol durante su vida adulta, proyectando los abusos sobre los más débiles en el trabajo (mobbing) y/o en la familia (violencia doméstica, violencia de género).

En Catalunya, los resultados del estudio Convivencia y confrontación entre iguales en los centros educativos de Cataluña llevado a cabo desde el CIIMU (Consorcio Instituto de Infancia y Mundo Urbano) por encargo de la Sindicatura de Greuges de Cataluña (Pontferrada et al 2006), ofrece una descripción de los índices de malestar del alumnado que cursa ESO. El análisis cualitativo del estudio, refleja perfiles especialmente vulnerables en la escuela, entre otros, los jóvenes con pocas habilidades sociales, los que cambian de centros y de entornos sociales y por ello deben aprender un nuevo código de relaciones entre iguales.

Los tipos de bullying entre chicos y chicas varían. Comparado con las chicas, los varones están más a menudo implicados en formas físicas de bullying (golpes, patadas, empujones, etc.), mientras que las chicas están más implicadas en otras formas de bullying, como el ostracismo,

aislamiento social, rumores… (Crick, Casas, y Ku, 1999; Baldry y Farrington, 1999; Rivers y Smith, 1994).

A diferencia de las relaciones que los niños/as y adolescentes mantienen con los adultos, las que se establecen entre ellos tienen un carácter marcadamente no jerárquico, de aquí la consideración de iguales. Estas relaciones entre iguales, facilitan el aprendizaje de un amplio abanico de habilidades y actitudes y contribuyen en gran medida al desarrollo emocional y cognitivo, pero también pueden tener una influencia negativa, (Collell, J; Escudé, C.; 2007)

El acoso se caracteriza, como regla general, por una continuidad en el tiempo, pudiendo consistir los actos concretos que lo integran en agresiones físicas, amenazas, vejaciones, coacciones, insultos o en el aislamiento deliberado de la víctima, siendo frecuente que el mismo sea la resultante del empleo conjunto de todas o de varias de estas modalidades. La igualdad que debe estructurar la relación entre iguales degenera en una relación jerárquica de dominación-sumisión entre acosador/es y acosado. Concurre también en esta conducta una nota de desequilibrio de poder, que puede manifestarse en forma de actuación en grupo, mayor fortaleza física o edad, aprovechamiento de la discapacidad de la víctima, etc.

No debemos obviar las graves consecuencias para la salud de sufrir estas situaciones en las escuelas.

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