El Mito De La Gran Alemania.

El sociólogo alemán, Holm-Detlev Köhler, analiza la situación actual de Alemania y sus antecedentes criticando la gestión de la llamada "Agenda 2010". Se opone a los que señalan a Alemania como un ejemplo económico a seguir. Él señala que existen algunos indicadores engañosos que podrían justificar tal espejismo. Uno de ellos es la bajísima tasa de paro que en la actualidad tiene ese país del Norte europeo. En el año 2011, el número de alemanes con trabajo alcanzó la cifra de 41 millones, mientras que en España el paro alcanza un 27%, y en Grecia un 18%. En realidad el "milagro laboral alemán" se debe a varias actuaciones de los políticos anteriores a Angela Merkel.

Los inicios de la problemática nos llevan al año 2002, cuando era canciller de Alemania el socialdemócrata Gerhard Schröder, su gobierno emprendió una serie de reformas laborales que fueron calificadas entonces como el mayor cambio en el denominado sistema del "bienestar social" desde la segunda guerra mundial, la famosa Agenda 2010, también conocida como reforma Hartz. Dos años después, en el 2005, el desempleo en Alemania comenzó a caer de forma vertiginosa. Pero simultáneamente a la reducción del paro, las cifras de empleos temporales y de pésima remuneración comenzaron a crecer con la misma pasmosa velocidad, como señala Köhler. Habían aparecido lo que hoy se conoce con el término de minijobs, una opción laboral a tiempo parcial que sedujo a muchos parados pero que, sobre todo, le sirvió de palanca a la patronal germana para abaratar el coste de la mano de obra.

Esta operación tuvo como inmediato efecto la reducción brutal de los ingresos de los sectores sociales más modestos (especialmente de aquellos relacionados con el sector Servicios) donde aparecieron, múltiples empleos de bajísima remuneración. Además surgió una constante dualización del mercado de trabajo. La consecuencia directa fue un aumento de la pobreza y desigualdad entre clase obrera y alta en épocas de bonanza económica, como fueron los años de 2003 a 2007 para la mayoría de los países europeos.

El panorama laboral de la Alemania de hoy no puede ser más desolador. Uno de cada cinco empleados ocupa un puesto en la modalidad de los minijobs. Se acercan a los 7 millones de trabajadores los que están adscritos a este tipo de trabajos precarios, muchos de ellos con una media salarial de 400 euros mensuales. La única luz reside en que los sindicatos de las PYMES alemanas, convencieron a las empresas a utilizar la flexibilidad interna basada en la modificación de horas de trabajo, en vez de recurrir a los despidos. Esto les permitió aprovechar los periodos de expansión económica para invertir con el fin de mejorar la productividad y competitividad y retener personal en tiempo de crisis recurriendo a la negociación colectiva. Además de esta fortaleza, existe la base solida de su industria. La construcción

...