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Historia Comparada Entre Gran Bretaña Y Alemania, Tomando El Periodo Que Va Desde 1870 A 1945.

mario_cor6824 de Octubre de 2012

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Historia comparada entre Gran Bretaña y Alemania, tomando el periodo que va desde 1870 a 1945.

Para un mejor análisis de ésta etapa de la historia contemporánea dividiré a la misma en dos periodos bien diferenciados. El primero corresponde al transcurrido entre 1870-1914, denominado por los historiadores: “belle époque”, denominación que hace referencia a una época de paz sin precedentes; de creciente estabilidad social, difusión de la transformación industrial y una extraordinaria ampliación de los mercados. Estos fueron años de gran progreso para la burguesía europea.

El segundo periodo que va desde 1914 a 1945 se puede denominar de catástrofes, ya que está signado por las dos grandes guerras mundiales y entre ellas la crisis económica de 1929 y la revolución Rusa, hechos todos que presuponían el final del capitalismo.

La historia europea en el periodo a trabajar puede resumirse como aquella en la que el capitalismo trazó una línea de ascenso en la cual sus componentes principales: los Estados Nación en pleno desarrollo económico desplegaron diversas estrategias de preservación ante sus vecinos y ante el inminente avance de las organizaciones obreras y socialistas. Con el choque entre las naciones se produce el quiebre y la línea de descenso del sistema capitalista que culminará con el fin de la segunda guerra mundial. De allí en más se avecina otro proceso donde el capitalismo, inexplicablemente, no muere, sino que resurge con energías renovadas.

Gran bretaña y Alemania conforman dos modelos que se enfrentan dentro de la escalada capitalista. Con diferentes políticas internas y externas, éstas dos potencias son las protagonistas de la segunda revolución industrial y sus consecuencias. En éste trabajo describiré la estrategia político- social desplegada por cada una de ellas en su intento por controlar a sus respectivos movimientos obreros, elemento pendular que osciló entre la insurrección y el la adhesión a los regímenes nacionalistas imperantes. También haré una pequeña referencia a las diferentes posturas económicas e imperialistas adoptadas por éstas naciones como información adicional que no deja de estar relacionada con la cuestión político-social interna de cada una de ellas.

Gran Bretaña,.(1870-1914).

De todos los grandes países industriales, Gran bretaña era el único que defendía la libertad de comercio sin restricciones, era el exportador mas importante de productos industriales y en el curso del siglo XIX orientó cada vez más su actividad hacia la exportación, sobre todo en los decenios de 1870-1880. El Reino Unido era el mayor exportador de capital de servicios financieros y comerciales y de servicios de transporte. De esta manera Londres y la flota británica adquirieron aún más importancia que antes en la economía mundial. A su ves, era el mayor receptor de exportaciones de productos primarios del mundo, se abastecía externamente de un 81 % del trigo que necesitaba, del 75% de la manteca y del 45% de la carne a fines del siglo XIX.

El desarrollo sin precedentes de las fuerzas productivas industriales, tuvo como condición y como consecuencia la existencia de mano de obra industrial, la aglomeración de hombres en las ciudades, la constitución de un mercado nacional unificado, posible gracias a los medios de transportes, la concentración de capitales y su canalización hacia inversiones productivas y la extensión de las redes económicas entre los países. En ésta última actividad, después de 1870, precisamente después de la crisis de 1873 y la consiguiente depresión, la mayor parte de los países europeos se volcaron al proteccionismo. Solo Inglaterra junto a Bélgica y los Países Bajos se mantuvieron fieles al liberalismo aduanero. El proteccionismo se generalizó solo en 1895, cuando los industriales, temerosos de no poder dar salida a sus productos, y agricultores, afectados por la competencia de los nuevos países, reclamaron la protección estatal.

En definitiva dos rasgos caracterizaron a la revolución industrial europea en éste periodo: por una parte una aceleración del progreso técnico y una modificación de las relaciones entre ciencia y técnica, y por otra, una creciente concentración dentro de la organización de la producción.

La clase obrera inglesa:

En 1850 las condiciones de vida en Inglaterra son una de las más difíciles de Europa. Las grandes ciudades industriales se encuentran superpobladas, la construcción se ha llevado a cabo sin preocupación por la higiene; los barrios obreros no tienen aire ni luz, ni agua ni alcantarillado. No obstante, la situación evoluciona durante el periodo de prosperidad que empieza entonces. Estos cambios se producen en tres direcciones: condiciones de trabajo, salarios, condiciones de vida. En materia de trabajo prevalecen dos fenómenos: disminución del trabajo de los niños y reducción de la jornada de trabajo. Hacia 1880 la jornada tiende a ser de 10 horas e incluso hasta de 9. Esta reducción de la jornada de trabajo es un fenómeno irreversible que hace posible el aumento de la productividad. En tiempo menor los obreros producen más.

Las condiciones de vida experimentan mejoras parciales en la vivienda y en la higiene de las ciudades obreras, aunque subsisten muchos suburbios en Londres y en las ciudades mineras, la administración municipal empieza a preocuparse por el urbanismo, a crear instalaciones colectivas y a mejorar la vida cotidiana. Con respecto a la organización obrera, las leyes de 1871 y 1876 aseguran definitivamente la libertad sindical y consagran la idea de los contratos colectivos negociado por los sindicatos en nombre de sus miembros, lo que representa una importante victoria sobre los principios individuales liberales. No existe en éste momento un movimiento socialista organizado, sino ciertas asociaciones obreras que reclaman una reforma electoral para acceder a la vida política. Se percibe un estancamiento de la organización obrera a partir de 1880. Las reivindicaciones políticas esenciales han conseguido sus objetivos, en lo que respecta al sufragio como en lo que respecta en el reconocimiento legal de los sindicatos, y la mayor parte de los dirigentes obreros se adhieren al programa del Partido Liberal. Las huelgas son escasas en una coyuntura económica transformada. Cuando el Estado favoreció la incorporación de los trabajadores a la democracia de partidos, las reivindicaciones políticas de aquellos quedaron separadas de las demandas de la economía. En éste contexto las organizaciones seccionales, segmentales y de clase se desarrollaron en paralelo, y las dos primeras disminuyeron la potencial unidad de clase. En consecuencia las huelgas no abundaban, la frecuencia anual no rebasó el 4% de la mano de obra, solo la oleada que se produjo en 1912 doblegó ese porcentaje.

En éstos decenios, tanto las mujeres trabajadoras como las de la clase media vieron como su situación variaba considerablemente por razones económicas. Tanto las transformaciones estructurales como la tecnología incrementaron las posibilidades de empleo de la mujer como asalariada. El cambio más notorio, aparte de la disminución del servicio doméstico, fue el incremento de ocupaciones que pasaron a ser fundamentalmente femeninas, como el trabajo en tiendas y oficinas. Los aspectos más visibles de la emancipación de la mujer solo afectaban, a finales del siglo XIX, a las mujeres de la clase media. Las sufragistas que se organizaron para conseguir el voto femenino vieron cumplidos sus objetivos recién finalizados la primera guerra mundial.

En resumen podemos caracterizar ésta etapa de la vida político-social inglesa como de democracia liberal. El liberalismo actúa con un restringido derecho de voto, mediante el cual solo la clase adinerada participa en el poder político (esto sucedió en Inglaterra de 1832 a 1866). La democracia liberal surge en cambio, cuando las masas trabajadoras también obtienen el derecho a voto y la burguesía se ve obligada a conservar su poder en un acuerdo con los amplios sectores populares. De éste modo, desde 1870, en Gran bretaña se pasó del partido liberal a la democracia liberal.

Época de guerras y deflación, 1914-1945.

El asesinato del archiduque Fernando de Austria el 28 de junio de 1914 en Sarajevo, capital de Bosnia y Herzegovina, constituyó la espoleta desencadenante del conflicto mundial. Sin embargo éste acto terrorista no explica por sí solo el desarrollo internacional del proceso bélico. La guerra fue el resultado de las tensiones profundas de los imperialismos estatales, que se reagruparon en un sistema de alianzas incapaz para evitar la crisis militar. La carrera armamentista precedente y los mecanismos diplomáticos, por su red de solidaridades automáticas, amplificaron la dimensión europea del conflicto.

El final de la primera guerra mundial no determina el fin de una etapa sino que supone una proyección hacia el futuro de nuevos revanchismos y sentimientos nacionalistas. Políticamente el choque armado contribuyó a la caída de los imperios de corte clásico, autoritarios y personalistas, y a la ampliación del sistema democrático parlamentario en Europa. Económicamente, el conflicto provocó resultados traumáticos para la Europa combatiente al producirse una ruptura de los circuitos comerciales tradicionales y la generalización de políticas inflacionarias. Estas consecuencias terminaron de reafirmar la pérdida de la hegemonía mundial que Gran Bretaña había ejercido durante el pasado siglo.

El rasgo más característico de la pérdida del protagonismo británico, a partir de la Primera Guerra Mundial, es su descenso paulatino en los intercambios internacionales. Consecuentemente, la

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