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El País De Uno, Cap 3,4


Enviado por   •  13 de Abril de 2015  •  2.860 Palabras (12 Páginas)  •  237 Visitas

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3.- LA OPORTUNIDAD DESPERDICIADA.

VICENTE FOX: EL HOMBRE QUE NO PUDO.

Como dice el dicho, el poder absoluto corrompe absolutamente. Lo más característico de su periodo fue el mal uso de la institución presidencial. La búsqueda de consensos con la parte más podrida del PRI. El apoyo irrestricto a la ambición política de su esposa. El desafuero. La candidatura presidencial de Santiago Creel. La Ley de Radio y Televisión, mejor conocida como la “ley Televisa”. La demanda a la revista Proceso por supuesta difamación. La pregunta de “¿Y yo por qué?”. un presidente que no quiso lidiar con los vicios del viejo sistema y erradicarlos. Vio un país democrático y económicamente estable sin entender que esa apreciación era parcial, insuficiente, irreal. Un país estable pero paralizado, subsidiado por su petróleo y sus migrantes. Quizá mejor que ayer para algunos, pero igual que ayer para muchos. Quizá Vicente Fox no es responsable de esta larga lista de sinsabores, pero en muchos casos los exacerbó. Por acción y por omisión. Obsesionado en no parecerse a los presidentes priístas que tanto criticó acabó emulando a los defensores del statu quo . Sea cual sea la respuesta, Fox desperdició su presidencia y la oportunidad que la historia le entregó.

EL PRESIDENTE COMO PRODUCTO.

En el año 2000, Vicente Fox inventó un producto salió a venderlo. En pocas palabras: mercadotecnia + dinero = presidencia. El primer mandatario se volvió un político peripatético, mediático, público. presidentes en la “era de la información” negocian cada vez menos y actúan cada vez más. Fox se comportó tal y como lo hizo en la campaña ,era un vendedor, no un negociador. Prefirió casarse para resolver un problema de popularidad, antes que negociar la reforma fiscal para resolver un problema de gobernabilidad. Fox saltaba por encima de la cabeza del Congreso, ganaba la batalla de la popularidad, pero perdía la guerra legislativa. Lo que el presidente percibía como persuasión, los diputados lo percibían como coerción. En tema tras tema, Fox sufrió derrotas importantes y reveses humillantes. al llegar a la presidencia quiso emular lo que vio allí: una estructura basada en la delegación de funciones y la descentralización de operaciones. Fox sólo quería definir las tareas que su equipo se dedicaría a realizar; sólo quería diseñar el business plan y que otros se encargaran de ponerlo en práctica; sólo quería remodelar la fábrica y que su equipo se ocupara de administrarla. Como Vicente Fox no pudo negociar en privado lo que prometió en público, resultó ser una estrategia equivocada, en el lugar equivocado, en el momento equivocado.

LA POLITICA DE PACTOS CON EL PRI

Tres decisiones tomadas que Vicente Fox no puede endosar a nadie más que a sí mismo. Y quizá la más importante fue la política de concertación con el PRI. En la lógica de Fox —y sobre todo de Santiago Creel— había que convivir con los priístas porque llegaron en segundo lugar. Había que ayudarlos a levantarse de nuevo después de su derrota en el año 2000 porque eso hacen los presidentes de las transiciones. Pero precisamente el error más grande que cometió Vicente Fox fue pensar que el PRI era capaz de cambiar. Se reforzó la percepción de debilidad de un presidente que de entrada era percibido como demasiado buena gente. Y ello produjo una oposición fortalecida y reformas diluidas; un sexenio diluido y un gobierno paralizado; un PRI que le sonreía al presidente de frente pero se reía de él a sus espaldas. Dividir al PRI era la única forma de lidiar con un gobierno dividido. Era la única forma en la cual podía haber remontado los obstáculos institucionales a los que el nuevo gobierno se enfrentó. Pero lamentablemente no fue así.

LA OBSESION CON AMLO

El segundo gran error de Vicente Fox fue la decisión del desafuero, con la que rompió una de las reglas básicas del pacto democrático. Sin duda los epítetos lanzados contra Andrés Manuel López Obrador eran merecidos y quizá no debe ser presidente jamás. Pero tomar esa decisión no le correspondía a Vicente Fox o a Santiago Creel o a Roberto Madrazo o a Marta Sahagún o al Consejo Coordinador Empresarial. Esa decisión no era suya. Al arremeter como lo hizo contra López Obrador, Vicente Fox acabó convirténdose en su principal promotor. Cada vez que Vicente Fox hablaba de la legalidad, la mayor parte de la opinion pública sabía que existe sólo de manera precaria. Cada vez que el presidente empuñaba su espada en defensa de las leyes, la mayor parte de la opinion pública recordaba su falta de aplicación. El Peje logró evadir los cuestionamientos a su propia conducta. El presidente se convirtió así en el jefe de la campaña de su adversario; en el principal promotor de su némesis; en un duelista obsesivo cuyas repeticiones absurdas crearon escenarios peligrosos. Porque cada vez que Vicente Fox lanzaba diatribas contra AMLO, le daba armas a quienes quisieran salir a las calles a defenderlo.

EL CO-GOBIERNO CON MARTA SAHAGUN

El tercer gran error de Vicente Fox fue que, como su esposa, Marta Sahagún interviniera en áreas cruciales del gobierno para las cuales no tenía la preparación o la experiencia suficientes. Marta Sahagún se convirtió en la debilidad de su esposo y razón irrefutable de su fracaso. No se le criticaba por su activismo social en la República sino por su ambición política en Los Pinos. Exigíamos que el poder presidencial se transfiriera en las urnas y no entre las sábanas. el PAN lo permitió: en lugar de frenar las ambiciones absurdas de la ex primera dama, las alimentó. En vez de marcar reglas claras desde el principio, lo hace tardía y torpemente. Los panistas que hoy se ríen de Marta Sahagún, durante un buen tiempo fomentaron su candidatura presidencial. Querían preservar el poder a través de la popularidad de la primera dama. Querían prolongar su estancia en Los Pinos lanzando a la

mujer que ya vivía y ejercía el mando allí. Estaban dispuestos a traicionar lo que históricamente habían sido.

Y YO PORQUE?

Yo por qué?” fue la respuesta que dio Vicente Fox cuando se le exigió una resolución al enfrentamiento entre Televisión Azteca y el Canal 40, que desembocó en la toma del cerro del Chiquihuite. El pasmo gubernamental frente al problema de las televisoras evidenció mucho sobre su presidencia. Vicente Fox necesitaba a la televisión para gobernar y Marta Sahagún necesitaba a la televisión

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