El cerebro y la cultura organizacional. Piotr Szabunia
Enviado por Elizabeth Zavala • 4 de Diciembre de 2019 • Reseñas • 690 Palabras (3 Páginas) • 234 Visitas
El cerebro y la cultura organizacional. Piotr Szabunia
Ante el actual entorno económico, político y ambiental en que se encuentran involucradas las organizaciones, caracterizado por ser altamente cambiante, resulta interesante cómo los estudios del cerebro humano y su influencia en relación con la cultura organizacional realizan múltiples aportaciones al ámbito administrativo y de los negocios.
Para Szabunia (2010), la cultura diferencia a los seres humanos de otras especies y los hace únicos en la tierra. El mismo autor hace referencia a que el término no debe ser confundido con el de organización, pues si bien los animales, por ejemplo, se organizan para sobrevivir, no se puede decir que posean una cultura. Ésta en cambio, para Punset (2006, citado en Szabunia, 2010), “requiere unas habilidades muy complejas para crearla, transmitirla y asumirla”. (p. 94)
La cultura es definida por la Real Academia Española (RAE) (2018), como el “conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc.”. De acuerdo con Romero (2016), la cultura organizacional hace referencia al conjunto de actividades o valores que caracterizan a una compañía, en la que son incluidas sus normas, sus hábitos y creencias.
Por lo anterior, podemos afirmar que cualquier empresa u organización, al estar conformada por seres humanos que poseen costumbres, modos de vida, conocimientos y habilidades, tiene una cultura que la diferencia de sus competidores. Por ende, es importante que la organización la reconozca como tal, que la comunique y trabaje con su personal.
Pero ahora, ¿qué relación tiene el funcionamiento del cerebro humano con esto? Existen diferentes teorías sobre la composición y el funcionamiento del cerebro humano, una de las más aceptadas actualmente es la del cerebro integral. Ésta, parte de dos teorías predecesoras: la teoría del triuno y a teoría de los hemisferios cerebrales. De acuerdo con la primera, el cerebro humano está compuesto por tres capas, cada una superpuesta sobre la anterior, en orden de aparición evolutiva: el cerebro reptiliano (el más primitivo y antiguo, situado en la base de los demás), el cerebro límbico (que rodea al cerebro reptil) y finalmente la neocorteza, materia gris situada encima del cerebro límbico.
Por otro lado, se encuentran las teorías relativas a los hemisferios cerebrales, distintos anatómicamente y responsables de funciones diferentes. El hemisferio izquierdo es verbal, lógico-matemático, detallado, lineal-secuencial, controlado, intelectual, analítico. El derecho es espacial, artístico, simbólico, holístico, emotivo, espiritual, sintético (Schiffer, 1998, citado en Szabunia, 2010).
La teoría del cerebro integral integra las dos anteriores teorías en un cuadrante, resultante de la intersección de las tres capas y los dos hemisferios. Afirma también que las personas tenemos dominio en alguno de los cuadrantes; así, quien se encuentre en el cuadrante A (neocorteza con hemisferio izquierdo), será una persona con tendencia a la lógica, lo analítico, basado en hechos y cuantitativo; los del B (neocorteza con hemisferio derecho), tienden a ser holísticos, intuitivos, integradores y sintetizadores; los ubicados en el cuadrante C (límbico con hemisferio izquierdo), son organizados, secuenciales, planificadores y detallados; por último, en el cuadrante D (límbico con hemisferio derecho), se caracterizan por ser interpersonales, emocionales, cinéticos y basados en sentimientos.
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