El comercio transfronterizo

Relatoría

Por: David Guzmán Medina

No puedo juzgar un intercambio como algo bueno sin indagar en los términos y condiciones que este conlleva.

El comercio transfronterizo lo veía como algo positivo hasta que leí esta publicación, lo cierto es que estaba siendo egoísta. Cuando una compañía gasta menos recursos debería destinar parte de esos recursos a otro sector de la compañía para tener mayores beneficios como industria pero lo que realmente ocurre es que los dueños de la compañía utilizan estos recursos para llenar sus billeteras; hay que ver cómo logran las compañías disminuir tanto los costos de producción sino es por medio de la reducción de la calidad de sus productos al comprar materia prima más barata -en el caso de una compañía productora de bienes-, la optimización de la producción o incluso la reducción de los gastos. Lo cierto es que los trabajadores cargan con la peor parte trabajando por salarios miserables si es que tienen un empleo. La causa principal de estos problemas son los llamados “acuerdos de comercio amañados” para reducir los costos de la mano de obra, en vez de ayudar al crecimiento económico deciden destruirla por fines a causa del egoísmo.

Se dice que cuando tienes talento para algo debes explotarlo, de esta manera puedes obtener mejores beneficios que si te desempeñaras en algo totalmente diferente, bueno, lo mismo ocurre con los países con respecto a la producción de bienes y servicios. Lastimosamente, este es sólo el lado positivo y el lado negativo pesa mucho más; no en todos los casos, pero sí en gran parte de ellos, la ventaja comparativa conlleva la violación de los derechos humanos y laborales, además de contaminar el medio ambiente.

Los economistas dicen que la “apertura comercial” a través de las fronteras aumenta la competencia, lo que beneficia a los consumidores. El campo de juego es más grande pero la situación sigue siendo la misma que antes, el mercado es dominado por las mismas empresas mientras que el desempleo sigue en aumento. Las empresas grandes tienen total ventaja frente a las demás, eliminan a los competidores más pequeños, se crean monopolios o cuasi-monopolios y los precios comienzan a aumentar.

Algunos países siguen creyendo en teorías económicas que no aplican a sus condiciones actuales, en vez de aceptar la realidad y ajustarse. Esta es la verdadera razón del desequilibrio comercial en países como los Estados Unidos

La ventaja comparativa sólo es aplicable a productos básicos muy específicos donde la “curva de aprendizaje” no importa. Por otra parte, se tiene que cumplir condiciones muy estrictas -por no decir imposibles- para que sea conveniente el uso de este fundamento básico del comercio internacional, tampoco podemos asegurar que ambas partes se vean beneficiadas.

La LVC sólo tiene en cuenta los beneficios, incluso olivándonos del desempleo, la LVC descarta los costos de reformación, reubicación y reajuste de los trabajadores de una industria que se liquida. En resumidas cuentas, la LVC es inválida, inaplicable e irrelevante en el mundo real. El “libre comercio” de hoy no es más que bazofia engañosa llena de violaciones a la norma y bandidos sin escrúpulos.

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