El trabajo de la mujer rural: una mirada de la economía del cuidado y la participación en el mercado de las mujeres en la zona cundiboyacense

Título

- El trabajo de la mujer rural: una mirada de la economía del cuidado y la participación en el mercado de las mujeres en la zona cundiboyacense.

Introducción

Conceptual y metodológicamente cuando se abordan estudios del trabajo de la mujer rural se deben considerar dos enfoques, el de la economía de bienes que se refiere a la economía propiamente dicha y por otro lado la economía del cuidado, que se diferencian porque el trabajo de la segunda no es remunerado, no se contabiliza y es realizado principalmente por las mujeres (Díaz, 2002). Es decir, que en el mundo rural se evidencian más marcadamente formas patriarcales en donde se ha construido históricamente una división sexual del trabajo, que marca la organización doméstica (Díaz, 2002; Villarreal, 2004).

La división sexual del trabajo comprende básicamente los trabajos reproductivos (procreación, cuidado y educación de la unidad familiar) donde se incluyen labores domésticas que no tienen valor mercantil y no proporciona a la persona que lo ejerce un estatus social comparable a si su actividad fuera ejercida dentro de una economía de mercado. Por otro lado, el trabajo productivo apunta a la producción de bienes y servicios para el consumo directo o la comercialización, en el cual las mujeres participan con condiciones de desventaja salarial y menor reconocimiento respecto a los hombres (catalogadas a veces simplemente como ayudantes) (Díaz, 2002).

Sin embargo, en los últimos años ha habido una ampliación de la participación de las mujeres rurales debido principalmente a la acción de políticas públicas, y procesos organizativos de las mujeres (Villarreal, 2004). Particularmente en los departamentos de Boyacá, Cundinamarca, Huila, Norte Santander, en donde se asienta una importante población minifundista de Colombia, empiezan a producirse cambios en las formas en que se relacionan hombres y mujeres y en las actividades que realizan unos y otras. Estas transformaciones se producen en el complejo mundo del hogar y del trabajo; se enmarcan dentro de un extendido proceso de reestructuración rural, en términos de crisis y recomposición de la producción y se expresan en modificaciones de participación laboral según género y en una diversificación de pautas laborales. Este proceso se manifiesta dentro de una tendencia a la feminización de la economía campesina, que obliga a la adopción de políticas específicas para modernizar a los sectores campesinos que incluyen a las mujeres para alcanzar objetivos de competitividad rural.

En la reestructuración rural y en el cambio acelerado que se están produciendo en los sectores campesinos de varios departamentos colombianos, convergen diversos elementos tales como el aumento en los indicadores de pobreza rural resultantes de las crisis agrícolas, la intervención del estado y particulares con proyectos de desarrollo. Además, la migración de hombres y mujeres, que han salido de las parcelas, unos expulsados por el conflicto social armado, y otros atraídos por distintas actividades y horizontes, se ha incrementado. Estos procesos internos y externos a la estructura rural están generando cambios al interior de la estructura familiar global, así como en las conductas y expectativas de sus miembros (Villarreal, 2000).

Teniendo en cuenta este contexto se plantea como objetivo visualizar las funciones que cumple actualmente la mujer dentro de la economía rural en la región cundiboyacense.

• Objetivos

General: Evidenciar y sensibilizar acerca del rol de la mujer en el contexto social - rural.

Específicos:

-Mostrar las funciones que cumple actualmente la mujer dentro de la economía rural en la región cundiboyacense.

-Dar a conocer alternativas que impliquen cambios en los roles de género dentro de la economía rural de la región cundiboyacense.

Conceptos importantes

Economía del cuidado

Según la ley 1413 de 2010 por medio de la cual se regula la inclusión de la economía del cuidado en el sistema de cuentas Nacionales con el objeto de medir la contribución de la mujer al desarrollo económico del país y como herramienta fundamental para la definición e implementación de políticas públicas; define la economía del cuidado como la referencia al trabajo no remunerado que se realiza en el hogar, relacionado con mantenimiento de la vivienda, los cuidados a otras personas del hogar o la comunidad y el mantenimiento de la fuerza de trabajo remunerado. Esta categoría de trabajo es de fundamental importancia económica en una sociedad.

La atención que se brinda en los hogares colombianos tanto a los menores de edad como a los viejos, discapacitados y, en general, a integrantes de la familia que requieren cuidados más allá de lo cotidiano está valorada en 185,7 billones de pesos, pero es un trabajo que no está siendo remunerado.

Ese monto proyectado en la cuenta satélite de economía del cuidado, del Dane, representa alrededor del 20 por ciento del producto interno bruto (PIB), es decir, se ubica por encima del que mueven actividades como el comercio al por mayor y al por menor (162,5 billones de pesos); la administración pública, defensa, educación y salud (135,4 billones); las industrias manufactureras (110,4 billones) y las actividades inmobiliarias.

La mujer es la protagonista de la economía del cuidado, puesto que de los 36’508.827 horas al año que demanda esa actividad, la mujer aporta el 78,4 por ciento, mientras que a los hombres solo les corresponde el 21,6 por ciento restante.

De las cifras del Dane se establece que es en las cabeceras urbanas donde hay más demanda de horas para el cuidado de personas: 27’648.516, frente a 8’860.311 en los centros poblados y rural disperso.

ECONOMÍA DEL MEDIO RURAL

Problema

• Justificar

A lo largo de la historia del campo colombiano se ha visto una tendencia destacada a la división del trabajo por género, donde el hombre es el jefe/proveedor/trabajador y la mujer es la encargada de las tareas domésticas como el cuidado y alimentación de la familia y la fuerza de trabajo. Pero a lo largo de los años se ha evidenciado que estos trabajos domésticos no son estáticos, son labores dinámicas que muchas veces traspasan los límites

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