Ensayo Chernobyl

Accidente de Chernobyl

y los “Liquidadores”

Introduccíon

La madrugada del 26 de Abril de 1986, en la más potente central nuclear del mundo se realizaba un proceso común de prueba de suministros.

Un error de cálculo de los operarios produjo en el reactor número 4 de la central un sobrecalentamiento del mismo, seguido de la mayor explosión de energía nuclear de la historia.

La catástrofe nuclear ocurrida en la ciudad de Chernobyl provocó la muerte de miles de personas, a las que se las ha olvidado. Al punto de no aparecer siquiera en las estadísticas oficiales de víctimas del accidente .

Desarrollo

El equipo que se encontraba operando en la central en ese momento se propuso realizar una evaluación con la intención de aumentar la seguridad del reactor número 4 del establecimiento. Para ello deberían averiguar durante cuánto tiempo continuaría generando energía eléctrica la turbina de vapor después de la pérdida de suministro de energía eléctrica principal del reactor. Las bombas refrigerantes de emergencia, en el caso de contraer un mal funcionamiento, requerían de un mínimo de potencia para ponerse en marcha y los técnicos de la planta desconocían si, una vez cortada la afluencia de vapor, la inercia de la turbina podía mantener las bombas funcionando.

Para realizar dicho experimento, estos técnicos no querían detener la reacción en cadena en el reactor para evitar un fenómeno bien conocido como envenenamiento por xenón. Entre los productos de fisión que se producen dentro del reactor, se encuentra el xenón135, un gas muy absorbente de neutrones. Mientras el reactor está en funcionamiento de modo normal, se producen tantos neutrones que la absorción es mínima, pero cuando la potencia es muy baja o el reactor se detiene, la cantidad de 135Xe aumenta e impide la reacción en cadena por unos días. El reactor se puede reiniciar cuando se desintegra el Xenón 135.

Los operadores introdujeron las barras de control para disminuir la potencia del reactor y esta decayó hasta los 30megavatios. Con un nivel tan bajo, los sistemas automáticos detendrían el reactor y por esta razón los operadores desconectaron el sistema de regulación de la potencia, el sistema refrigerante de emergencia del núcleo y, los mecanismos de apagado automático del reactor. Estas acciones, así como la de sacar de línea el ordenador de la central que impedía las operaciones prohibidas, constituyeron graves y múltiples violaciones del Reglamento de Seguridad Nuclear de la Unión Soviética.

A 30 megavatios de potencia comienza el envenenamiento por xenón y para evitarlo aumentaron la potencia del reactor subiendo las barras de control, pero con el reactor a punto de apagarse, los operadores retiraron manualmente demasiadas barras de control. De las 170 barras de acero al boro que tenía el núcleo, las reglas de seguridad exigían que hubiera siempre un mínimo de 30 barras abajo y en esta ocasión dejaron solamente 8. Con los sistemas de emergencia desconectados, el reactor experimentó una subida de potencia tan extremadamente rápida que los operadores no la detectaron a tiempo. A la 1:23, cuatro horas después de comenzar el experimento, algunos en la sala de control comenzaron a darse cuenta de que algo andaba mal.

Cuando quisieron bajar de nuevo las barras de control usando el botón de emergencia, estas no respondieron debido a que posiblemente ya estaban deformadas por el calor y las desconectaron para permitirles caer por gravedad. Se oyeron fuertes ruidos y entonces se produjo una explosión causada por la formación de una nube de hidrógeno dentro del núcleo, que hizo volar el techo de 1200 toneladas del reactor provocando un incendio en la planta y una gigantesca emisión de productos de fisión a la atmósfera.

Esta gran cantidad de radiación disparada hacia la atmosfera obligó al gobierno soviético a realizar acciones inmediatas, una de ellas fue evacuar la ciudad de Prypyat, que contaba con una cantidad aproximada de 135.000 habitantes. Esta ciudad quedará inhabitable por unos 24.000 años:

• Iodo 131; (131I) 8 días.

• Cesio 137 (137Cs) 30 años.

• Estroncio 90 (90Sr) 90 años.

• Xenón 133 (133Xe) 6 siglos.

• Plutonio 239 (239Pu) 24.000 años.

En mayo de 1986, casi a un mes del accidente, todos los habitantes que habían vivido en un radio de 30 km alrededor de la central habían sido desplazados. Sin embargo la radiación afectó a una zona mucho mayor que el área evacuada.

Luego de la evacuación, se inició un proceso masivo de descontaminación, contención y mitigación que realizaron una cantidad aproximada de 600.000 personas, a las que denominaron liquidadores, en las zonas circundantes al lugar del accidente y se aisló un área de 30 km de radio alrededor de la central nuclear conocida como Zona de alienación, que aún sigue vigente.

Estos auténticos héroes (o víctimas, dado que muchos no sabían a lo que se estaban enfrentando), trataron de paliar los efectos de la extensión de los materiales radiactivos que fueron despedidos a raíz de la explosión.

Dos personas, empleadas de la planta, murieron como consecuencia directa de la explosión esa misma noche, doscientas personas fueron hospitalizadas inmediatamente, de las cuales 31 murieron (28 de ellas debido a la exposición directa a la radiación). La mayoría eran bomberos y personal de rescate que participaban en los trabajos para controlar el accidente, en los tres meses siguientes. Mil personas recibieron grandes dosis de radiación durante el primer día después del accidente, 200.000 personas recibieron alrededor de 100 mSv (radiación absorbida por la materia viva y destruyen el sistema nervioso central, los glóbulos blancos y rojos, y compromete el sistema inmunológico), 20.000 cerca de 250 mSv y algunos 500 mSv. En total, 600.000 personas recibieron dosis de radiación por los trabajos de descontaminación posteriores al accidente. 5.000.000 de personas vivieron en áreas contaminadas y 400.000 en áreas gravemente contaminadas, hasta hoy no existen trabajos concluyentes sobre la incidencia real, y no teórica, de este accidente en la mortalidad poblacional.

Se debe tener en cuenta que la cantidad de 100 mSv es la cantidad máxima recomendada para un trabajador nuclear, a lo largo de 5 años. Los liquidadores recibieron cantidades como esta y superiores en sólo meses.

Estas personas se arriesgaron a construir el nuevo sarcófago sin equipo protector. Absorbieron gran cantidad de radiación. Ese gran servicio a la humanidad resultó fatal para miles de ellos, y dejó graves secuelas en muchos otros. La gran mayoría sufrió efectos secundarios y algunos murieron a lo largo del tiempo.

Mediante las tareas previas a la construcción de la gran estructura se descubrió que, en lo que quedaba del techo de la central, había restos esparcidos de grafito y restos de combustible nuclear, arrojadas allí por la gigantesca magnitud de la explosión que destrozó todo el edificio. Estos materiales debían ser arrojados, de aquel tejado, al interior de lo que en su momento fue el núcleo del reactor.

Para este trabajo, al principio, trataron de emplearse medios mecánicos, como robots teledirigidos, pero la cantidad de radiación era tal que dichos robots, al poco tiempo de trabajar en esas condiciones, terminaban por estropearse, debido a que sus circuitos se veían afectados y dañados por la exposición. En consecuencia, la limpieza debía de ser realizada por operarios humanos. Estos operarios, denominados Biorobots, trabajaron durante semanas arrojando aquellos desechos.

En períodos de tiempo aproximados a dos minutos (siendo 45 segundos la exposición a una dosis letal de radiación) más de 3000 personas, sobre todo soldados, realizaron la tarea mortal de limpieza. El gobierno soviético ofreció permutar los dos años de servicio militar obligatorio por dos minutos trabajando en el reactor. Muchos soldados aceptaron.

"Protegidos" con improvisadas armaduras de plomo, que pesaban alrededor de 30 kg cada grupo los Biorobots salían al techo y arrojaban uno o dos bloques o paladas de restos contaminados al fondo del reactor. Luego intercambiaban puestos.

Hoy en día, el 50% de ese grupo particular de Liquidadores, ha fallecido y, el resto, presentan en casi la totalidad de los casos, daños irreversibles.

Otro grupo de liquidadores que pagó un altísimo precio fue el de los pilotos de los helicópteros que sobrevolaban el núcleo momentos posteriores a la explosión para arrojar materiales que detuviesen la fisión del núcleo y su incendio. Todos fallecieron a los pocos días.

El valor de estas personas evitó una catástrofe todavía mayor y su labor fue posteriormente reconocida por el gobierno de la Unión Soviética con una medalla, en agradecimiento a su sacrificio.

Conclusión

Esta catástrofe nuclear no ha sido reconocida mundialmente como debería. Creemos que estos datos deben ser analizados e investigarse con mayor profundidad debido a las numerosas enfermedades que se propagan a través de dicha contaminación que se intersecta en las personas y a través del ecosistema. A demás, consideramos necesario un reconocimiento mayor a aquellos grandes héroes que fueron víctimas y salvaron no sólo a los habitantes de Ucrania, si no a casi toda Europa y Asia.

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