Ensayo sobre escrito: Emoción y lenguaje en Educación y Política

Ensayo sobre escrito: Emoción y lenguaje en Educación y Política

H. Maturana, 2001.

Una de las inquietudes que he tenido, y que pienso, la lectura de Maturana me puede ayudar a dilucidar, es acerca de la relación existente entre la emocionalidad y la política; siempre he te tenido la impresión y casi certeza, que el acto de votar por una tendencia política es más un acto emotivo llevado por la percepción social del momento y que además tiene una importancia en la aceptación social. Las múltiples ocasiones en la que se ha convocado a votar al venezolano, elecciones en las que he participado, me han llevado a tener esta percepción, por ello espero que las indagaciones de Matura acerca de la política, la racionalidad y la emoción me ayuden a esclarecerla.

Me gusta la perspectiva de Maturana cuando plantea que estudia la fenomenología de la percepción como un fenómeno biológico y no psicológico o sociológico. Sin embargo, esto no quiere decir que el fenómeno de la percepción lo vea sólo como algo propio del sistema nervioso, considera lo social como parte de la vida cotidiana, el haber sido estudiante de medicina lo hizo sensible a este tema, haciendo de lo humano campo de su atención. Por tanto, las reflexiones de Maturana tienen que ver con la neurofisiología y los campos derivados del lenguaje, lo social incluso con lo ético.

Maturana afirma que la razón se altera si afectamos directamente al razonador, como por ejemplo dando un golpe a su cabeza, y que esta razón se afecta aún más cuando cambiamos de dominio emocional. La razón se funda siempre en premisas aceptadas a priori. Y a partir de esto, sucede algo de lo que no somos conscientes: “la aceptación a priori de las premisas que constituyen un dominio racional pertenece al dominio de la emoción y no al dominio de la razón”. Es decir, o reinterpretando a Maturana, en pocas palabras, el origen de la racionalidad es emocional. Por ende, Maturana asevera que las premisas del sistema racional no son racionales, sino que son nociones, relaciones, distinciones, verdades que aceptamos a priori porque nos gustan, entonces… ¿por qué nos gusta una cosa y otra no? Mi interpretación aquí, sería que esta tendencia viene dada por el entorno cultural en el que el ser crece y el sistema de valores que te inculcaron familiarmente, el cual puede ser reforzado por el entorno social y educativo: la historia de vida de cada uno.

Sin embargo, Maturana aclara que contradictoriamente vivimos en una sociedad donde se sobrevalora lo racional, efectivamente es lugar común escuchar decir: “sentir emociones es de débiles, de mujeres”, por ello el fácil rechazo de esta premisa, ya que esto presupone el caos de la sinrazón, donde todo es posible. Pues, nada más opuesto a la verdad, resulta que el caos en la vida sólo ocurre cuando se pierde la referencia emocional,

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