Equilibrio exterior China 2017

Sector Exterior China 2017

Coyuntura inicial

Los últimos datos que se tienen con respecto a la balanza comercial de China son los correspondientes al ejercicio 2017. En este caso, la balanza comercial arroja un resultado positivo de 371.408 millones de euros. Esto supone un decrecimiento con respecto al año anterior de un 31% que se debe a un gran incremento de las importaciones por parte del país (un 13,77% en 2017). ^[1]

Por su parte el saldo de la balanza por cuenta corriente en China en el año 2017 era del 1,3% del PIB, lo que supone un 25,43% inferior al ejercicio anterior siendo éste a su vez un 34% inferior al del ejercicio inmediatamente inferior.^[2] En el ejercicio 2017, China arrojaba un superávit de la cuenta corriente de 120.000 millones de euros muy por debajo del primer exportador mundial actualmente que es el conjunto de la Eurozona (en 2017 su saldo de cuenta corriente arroja un resultado positivo de 342.000 millones de euros).

Este dato resulta un tanto sorprendente si tenemos en cuenta que hace tan solo 8 años el saldo de la cuenta corriente China era más de 3 veces superior a la que registra en 2017. Actualmente, a efectos comparativos, en la Eurozona la balanza por cuenta corriente supone el 3,8% del PIB, 2,5 puntos por encima de la China. Para entender por qué un país mayoritariamente exportador como China se encuentra tan por debajo de los niveles de cuenta corriente de la Eurozona es necesario remontarse a los recientes años de la recesión económica.

Los países avanzados (la mayor parte de los países que integran la Eurozona) entraron en una profunda recesión y de cara a la recuperación económica optaron por una política de reducción de gasto. Por situar las grandes potencias internacionales y a efectos comparativos, recordemos que en la Eurozona en 2017 el PIB per capita se situaba en 29.000 Euros, el de Estados Unidos en 52.617 Euros y el de Japón en 33.964 euros. Esto contrasta directamente con el registro del PIB per capita chino en 2017 que era de tan solo 6.900 euros, lo que pone de manifiesto el nivel de desarrollo de la economía china en comparación con sus principales competidores y por ende la intención del país de la ruta de la seda de fomentar el crecimiento aumentando así el gasto.

En este sentido, China sigue importando y exportando bienes e intentando fomentar así el crecimiento de la economía mientras que el resto de los países avanzados sumidos en una profunda crisis llevan a cabo la política opuesta. La política de reducción de gasto, aumento de exportaciones y reducción de importaciones aumentando así su competitividad exterior.

Por todo ello, hoy nos encontramos con que China tiene una de las tasas más bajas de superavit en su cuenta corriente lo que no impide que tenga una de las tasas de crecimiento más alta con respecto a sus rivales internacionales (6.9% del PIB en 2017).^[3]

En la cuenta financiera encontramos la relación de los flujos financieros que tiene China con el resto de los países con los que mantiene o desarrolla acuerdos de carácter financiero, en especial la importación y exportación de capitales (préstamos entre residentes chinos y residentes extranjeros) y también la variación de las reservas.

Si tomamos como referencia el ejercicio 2008, donde esta cuenta arrojó un saldo positivo de 442 mil millones de dólares, tan solo 9 años después dicha cuenta cierra con un resultado negativo de 57 mil millones de dólares. Esto supone que en 2017 la cuenta financiera china cerró con una bajada del -113% con respecto al ejercicio 2018.^[4]

Las reservas de oro y divisas están custodiadas por el Banco Popular de China. Normalmente, el importe de reservas que custodia un banco nacional sirven, en esencia,  como garantía última del tipo de cambio de una moneda nacional y cómo garante líquido del dinero en circulación en un caso de emergencia.

Actualmente, China es el país con un mayor nivel de reservas de todo el planeta. Así, según la información recabada por el Fondo Monetario Internacional China atesora 3,16 billones de dólares, la mayor del mundo doblando al segundo puesto (Japón con 1,2 billones de dólares). Esta gran dotación de reservas permite que en momentos de recesión China sea capaz de materializar inversiones disponiendo de líquido extraido de las reservas e inyectado en la economía a través de gasto público en infraestructuras o créditos a empresas.^[5] 

En relación con lo anterior, el oro es el único bien que está internacionalmente reconocido como medio de pago universal. En este sentido, las reservas de oro (presentes en casi la totalidad de los países) son comúnmente utilizadas para generar un aumento de liquidez en el país. Aunque China es uno de los mayores productores de oro del mundo, históricamente el gigante asiático no disponía de grandes reservas de oro encontrándose muy por debajo de la reserva federal de Estados Unidos o de los depósitos de Rusia. Al contrario de lo que venía ocurriendo, China comenzó a adquirir oro desde el año 2009 a un ritmo elevadísimo. Mientras que disponía de apenas 20 millones de onzas en el ejercicio 2009, China ha sido capaz de triplicar sus reservas de oro en 10 años comprando a un ritmo muy superior al de la comunidad internacional.^[6]

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