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Esclavitud Voluntaria


Enviado por   •  15 de Septiembre de 2012  •  3.057 Palabras (13 Páginas)  •  373 Visitas

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Wendy McElroy

Un ensayo del siglo 16 intitulado Discourse of Voluntary Servitude del jurista francés Étienne de La Boétie (1530–1563) discurre acerca de una cuestión que obsesiona a aquellos que aman la libertad: ¿Por qué los individuos obedecen leyes que son injustas?

El Discourse ofrece una perspectiva. El mismo examina la psicología de aquellos que obedecen, la de aquellos que imparten las órdenes, y la de aquellos que se resisten a ellas. La Boétie estaba en particular, interesado en dilucidar porqué obedece la gente. Se preguntaba, “Si un tirano es un solo hombre y sus súbditos son muchos, ¿por qué consienten ellos su propia esclavitud?”

La Boétie no consideraba que el estado gobernase principalmente a través de la fuerza. En principio, había muchos más esclavos que agentes del estado: incluso si un pequeño porcentaje del populacho se negaba a obedecer una ley, esa ley se volvía inaplicable. Además, la mayoría de los individuos obedecían sin que fuesen obligados a hacerlo. La Boétie desarrolló una explicación alternativa a la que denominó la “servidumbre voluntaria.”

La Boétie adquirió su prestigio sobre la base de un breve ensayo en el que sostenía que la tiranía es “derrotada de manera automática” cuando los individuos se rehúsan a consentir su propia esclavitud. Su argumento ha llevado a que muchos concluyeran que la resistencia no-violenta y la desobediencia civil son las mejores estrategias con las cuales oponerse al poder estatal.

Antecedentes de La Boétie

El Discourse circuló en un principio en Francia de manera privada (alrededor del año 1553) con el telón de fondo de la guerra exterior y del conflicto interno. Las naciones-estado europeas—gobiernos que reclamaban vastas facultades dentro de territorios definidos—estaban en su apogeo. Los monarcas absolutos colisionaban unos con otros y con sus propios ciudadanos a los cuales les exigían dinero y obediencia. El siglo 16 dio nacimiento a la tiranía que eventualmente conduciría a la Revolución Francesa.

La Boétie se encontraba bien posicionado para observar a la sociedad a su alrededor, la cual estaba gobernada por el Rey Francisco I. Nacido en una familia opulenta y políticamente conectada, La Boétie escapó del analfabetismo, de la miseria y de la enfermedad que afectaban a la mayoría de sus compatriotas. El hambre era algo tan común que los hombres tallaban cruces sobre el pan recién horneado para simbolizar la santidad de la comida. Las plagas aparecían repetidamente. Mientras que el campesino luchaba por sobrevivir, los impuestos estatales consumían un tercio o más de sus ingresos, con los diezmos de la iglesia absorbiendo otro décimo. Bandas errantes de soldados robaban alimentos a su antojo y secuestraban a los hijos jóvenes para cubrir sus filas. No obstante ello, la Francia del siglo 16, con una población estimada de 16 millones de habitantes, era la nación más rica, más civilizada y más populosa en Europa.

Francia era también una monarquía, lo que significaba que el poder nacional no se encontraba distribuido entre los parlamentos o las autoridades locales sino que reposaba solamente en el rey. A fin de recaudar dinero para la guerra, Francisco le vendía títulos a los “nouveaux riche” quienes formaban una nueva aristocracia. Mientras tanto, las legiones de abogados aumentaban a medida que se dedicaban a administrar al estado creciente.

¿Qué papel desempeñaba el hombre común? Su obediencia era esencial para la autoridad estatal, pero existían varios reclamos sobre su lealtad. Dios exigía obediencia pero el monarca absoluto era ungido por Dios y bendecido por la Iglesia Católica. El surgimiento de los protestantes en Francia—llamados hugonotes–implicaba que un segmento creciente de la sociedad no reconocía a la autoridad divina del rey. Existían también lealtades provinciales. La mayoría de los franceses le brindaban primariamente lealtad a la provincia de su nacimiento antes que a la nación o al rey, y las provincias diferían ampliamente en costumbres, prácticas religiosas, y lenguaje. El rey temía que las potencias extranjeras se aliasen con las provincias rebeldes, especialmente aquellas con una tendencia hacia el protestantismo.

La obediencia se volvió más difícil de procurar con la invención de la imprenta, la cual puso a disposición del hombre común a las opiniones disidentes. A medida que las publicaciones se difundían, también lo hicieron los intentos de censura. En 1559, fue publicada la primera lista papal de libros prohibidos.

El Discourse fue muy probablemente escrito mientras La Boétie era un estudiante de abogacía en la Universidad de Orleáns, destacada por su actividad hugonota. De hecho, uno de sus profesores sería más tarde quemado en la hoguera por hereje. El ensayo fue en respuesta a un evento específico, la Revuelta de la Gabela en Bordeaux. La gabela era un impuesto muy impopular sobre la sal, la cual no solamente era una necesidad humana sino también un monopolio gubernamental. Los manifestantes asesinaron al director general de la gabela junto a dos de sus oficiales. En represalia, 140 plebeyos fueron muertos, muchos otros fueron azotados, y se impusieron multas exorbitantes.

La Boétie era un observador perspicaz de las demandas concurrentes sobre la obediencia del pueblo. Cuando los individuos finalmente se rebelaban, observaba y se preguntaba por qué el estado parecía ser capaz de hacer cualquier cosa que deseaba, sin importan cuan tiránica ella fuese. ¿Por qué la gente no se levantaba nuevamente, esta vez en masa? Como resultado de tal especulación, La Boétie escribió lo que el historiador francés Pierre Mesnard ha llamado “la solución humanista al problema de la autoridad.”

El Discurso Sobre la Servidumbre Voluntaria

¿Por qué los individuos gustosamente consienten su propia esclavitud? Para La Boétie, la obediencia colectiva de la sociedad se origina en “un vicio para el cual ningún termino puede ser hallado lo suficientemente ruin, de cuya naturaleza en sí misma se reniega y al que nuestras lenguas se rehúsan a mencionar.” La Boétie denominaba a este vicio monstruoso la “servidumbre voluntaria.”

¿Pero por qué esta servidumbre voluntaria es un vicio en lugar de ser una virtud? Debido a que la misma contradice a la naturaleza, explicaba La Boétie. A cada hombre le es dada su propia capacidad de razonar, y la virtud radica en cultivar su propia independencia innata. Incluso dentro de los animales inferiores, existe un fuerte y natural impulso a la libertad. Los animales que han probado la libertad

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