Etica Del Futuro
sebasamon5 de Junio de 2013
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ETICA DEL DESARROLLO : UN PLAN DE ACCION PARA EL FUTURO*
POR : JAIRO A ROMERO LONDOÑO
Si hay luz en el alma, hay belleza en la persona.
Si hay belleza en la persona, hay armonía en la familia.
Si hay armonía en la familia, hay orden en las naciones.
Si hay orden en las naciones, hay paz en el mundo.
(Proverbio Chino)
INTRODUCCION
Cinco décadas atrás, se observó que el mundo estaba dividido, lo que indujo a H. Truman ha usar el término de países subdesarrollados, para referirse al segmento más pobre. Paralelamente se elaboró la teoría del desarrollo, y en particular del subdesarrollo. Se enseñó, que el menor crecimiento era causado por la falta de capital e inversión, y por el alto crecimiento demográfico. Entonces, como solución se impulsó la planificación familiar, se estimuló el ahorro, y recurrió al endeudamiento. Pocos años después, otras interpretaciones señalaron que el atraso se debía a la dominación y dependencia técnica, social, económica, política, ideológica y cultural, por lo cual dichos países tenían que protegerse de las adversas fuerzas externas. Más recientemente, ante los embates de la tecnológica, y la globalización y a que las políticas de aislamiento se calificaron como nocivas, se propugnó por la apertura económica que ha hecho que las crisis se intensificaran, y se tuviera que recurrir a nuevas medidas incentivadoras, o a fuertes medidas de ajuste y corrección.
En algunos casos, y por períodos relativamente cortos se ha conseguido que los síntomas desaparecieran. Pero en la medida que la interdependencia tecnológica y económica se han fortalecido, se han multiplicado los problemas, y se ha puesto en evidencia que las verdaderas causas no se han atacado.
En estas líneas queremos invitar a la reflexión, y mostrar que tanto los problemas del desempleo, la desigual distribución del ingreso, del crecimiento económico, como de la sostenibilidad del medio ambiente, la falta de productividad, y competitividad de las empresas, así como del deterioro de las relaciones de trabajo y de las familias, obedecen todos a una misma causa, al modelo técnico económico dominante, y a los valores morales y éticos que lo integran: el paradigma vigente. Este intento, termina por señalar cual podría ser el programa de acción para el desarrollo de un mundo enmarcado por una ética, si lo que queremos es legar a quienes nos han se suceder, un mundo mejor en el cual puedan vivir.
PROBLEMÁTICA Y DESAFIOS ECONÓMICOS
Las décadas que quizá la historia del futuro irá más a recordar, serán estas dos que están por terminar. Comenzaron por lo que se llamó la crisis de la deuda de los países subdesarrollados, pero principalmente de los países latinoamericanos, continuó con las crisis del Sida y de las drogas, y terminó con las crisis del Golfo Pérsico, las hambrunas de Africa, la asiática y el efecto vodka.
Las deslumbrantes cifras del crecimiento industrial que en otras décadas se obtuvieron a nivel mundial, han sido reemplazadas por indicadores claros de una gran recesión. Fenómenos como la inflación, el paro y los desequilibrios en las balanzas real e invisible que se consideraron característica exclusiva de los países de menor desarrollo, han abrazado a las naciones más avanzadas. Estados Unidos ha entrado a encabezar la lista de los países deudores del mundo, en tanto que la otra superpotencia, la Unión Soviética, ha sufrido el colapso económico y su desmembramiento.
Todos estos fenómenos son manifestaciones de cuatro grandes problemas, que en opinión de Paul Kennedy , la humanidad enfrenta y deberá solucionar en el próximo siglo, los cuales debemos examinar, así sea brevemente.
El primero se refiere al crecimiento no uniforme de la población de los países subdesarrollados y de los más avanzados. Pues mientras para unos las tasas se han acelerado y su población es predominantemente joven, un 35,5% de la población tiene menos de 15 años, para los segundos las tasas se han reducido y su población es relativamente más vieja (un 12,0% de la población tiene más de 65 años) . Lo anterior significa, que entre tales países las discrepancias en cuanto a la forma de atacar el problema se intensificarán, ya que la población de los primeros para el año 2025 será el 83,9% del total mundial, y su atención se centrará en los cuidados a la niñez y su educación. En tanto que los segundos, tendrán solo 1,1% de la población, y serán principalmente ancianos a quienes deberán prestar mayor atención.
Por otra parte, mientras los países subdesarrollados dispongan de una oferta abundante de mano de obra, los niveles salariales seguirán deprimidos. En los países desarrollados la escasez de población y los altos salarios, favorecerán la robotización. Tales desequilibrios, con seguridad aumentarán las corrientes emigratorias de países de bajos ingresos hacia los más opulentos, como también crecerán los conflictos étnicos internacionales. La relación interrelación de los problemas de población, empleo y tecnológicos, es bastante fuerte.
El aumento de la población mundial, ha ocurrido por mejoras habidas en la nutrición, la sanidad, la higiene, en especial en el acceso al agua potable, y por los avances de la industria farmacéutica. Paradójicamente, el mayor número de muertes es causado por deficiencias cardíacas, el cáncer, y la diabetes, las enfermedades de la "civilización", que a su turno son producto del estrés, las dietas ricas en azúcares y químicos, el uso indiscriminado de drogas, la vida sedentaria y la contaminación ambiental, que son a su vez consecuencias del patrón cultural, económico y tecnológico predominante a nivel mundial.
La llamada "trampa de la población" de Malthus, fue evitada gracias al gran avance tecnológico que trajeron consigo las revoluciones industrial y verde. Estados Unidos necesitó 58 años para doblar la productividad por persona y Japón 34, lo cual fue posible para Corea alcanzar en once años, y para China en diez . Las tasas de mortalidad y desnutrición se han reducido notoriamente aún en países de bajos ingresos, pero en menor proporción las de analfabetismo. En cambio, no se ha reducido la brecha que existe en términos de renta media entre los países.
Otra característica del desarrollo tecnológico mundial, ha sido la forma como se ha transformado la estructura ocupacional. La reconstrucción y la estabilidad económica, que siguieron a la segunda guerra mundial, trajeron consigo altas tasas de crecimiento económico y generaron empleo a ritmos que no habían tenido precedentes históricos . Sin embargo, los avances más significativos los alcanzaron por los países desarrollados, que vieron aumentar las tasas de participación sus trabajadores de cuello blancos en las industrias de tecnología de punta y en las actividades formales del mercadeo, la banca, los transportes, las comunicaciones y los seguros. Los anteriores cambios han estado acompañados de la tendencia a localizarse la industria y la población en grandes concentraciones urbanas, así como las corporaciones transnacionales que ubicaron sus plantas en países de bajos salarios han vuelto a situarlas en áreas de mayor productividad.
La abundante mano de obra barata y poco calificada del mundo subdesarrollado ha dejado de ser atractiva. Sigue atada a sectores e industrias de baja productividad, y en la medida que se hace menos competitiva, engruesa cada vez más las largas filas del desempleo. A pesar que han visto aumentar el número de trabajadores de cuello azul, la mayoría de la fuerza laboral se concentra en sectores informales, lo que ha traído el despoblamiento del campo, la caída de la producción agrícola, el hacinamiento en las principales ciudades, el crecimiento de los cinturones de miseria, la falta de oportunidades educativas, de trabajo y de una mejor vida que hacen que crezcan las migraciones internas e internacionales.
De acuerdo con la teoría del desarrollo en boga, se aceptó que el intercambio económico beneficiaba a los países involucrados, pues además que sus productividades e ingresos tendían a converger, el socio de menor desarrollado podía acceder a la tecnología. Sin embargo, si bien esa difusión se dio entre los países más avanzados, y con algunos del Asia, ella ha sido menor entre socios con diferentes niveles de desarrollo. Pero no sólo se han agrandado los déficits comerciales y de balanza de pagos de los países atrasados. Como en estos últimos, los recursos que se destinan a la educación, vivienda y salud se han mantenido estables no obstante los aumentos en la población, y como proporcionalmente disponen de menor número de científicos y de fondos dedicados a la investigación y desarrollo tecnológico, la brecha social y tecnológica, igualmente ha aumentando .
De ahí que los países prósperos, además de ser los que más progresan tecnológicamente, al mismo tiempo son más pudientes. El 20% más rico percibe el 84.7% de la renta mundial mientras el 20 % de los países más pobres obtienen el 1.4% . Pero más alarmante es la forma como crece la distancia entre ricos y pobres. Mientras en 1960 la diferencia entre los países ricos y pobres era de 30 veces, en 1990 había aumentado a 60 veces . Pero la brecha externa oculta la gran concentración del ingreso que ocurre dentro de los países. La brecha interna que en 1980 era de 40 veces, pasó a ser
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