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Explosión En San Juanico

adrix_1330 de Septiembre de 2014

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Explosión en San Juanico

Fue necesaria una tragedia para darse cuenta de que allí vivían miles de mexicanos con una bomba de tiempo entre ellos, puesta por la imprevisión, la negligencia y la corrupción San Juanico, noviembre de 1984, depósitos de gas explotaron una madrugada Luego de la muerte y la destrucción brotaron las justificaciones:

Que no había ahí un poblado antes de la instalación de la planta almacenadora de gas de Pemex, cuando su historia se remonta a la época de la Colonia

Que Pemex no fue culpable, declaración hecha en forma presurosa, , cuando no se había dado a conocer siquiera el peritaje final de las causas de la conflagración

Que se denunciaron con tiempo las anomalías, según dijo el entonces líder de los petroleros, Salvador BArragán, aunque nunca se insistió en ello

Que la primera explosión surgió de los tanques de las empresas gaseras privadas, cuando éstas fueron las que sufrieron los menores daños

Que la planta de la empresa paraestatal funcionaba normalmente, a pesar de que surtía gas clandestinamente, por las noches, a los concesionarios particulares

QueCuando en 1961 Petróleos Mexicanos inició la construcción de la planta almacenadora y distribuidora de gas en San Juan Ixhuatepec, ya existía ahí el poblado, conocido también como San Juanico

¿Por qué se permitió la instalación de una planta industrial, potencialmente riesgosa, en un sitio donde había asentamientos humanos?

La pregunta no encuentra una respuesta oficial

Con ello, Pemex habría violado el Instructivo para la Proyección y Ejecución de Obras e Instalaciones Relativas a Plantas de Almacenamiento de Gas Licuado de Petróleo, de la Ley del Petróleo, que en su capítulo tercero señala:

“Las plantas de almacenamiento se ubicarán fuera de las zonas residenciales y lugares densamente poblados o construidos Su ubicación requerirá aprobación previa de la Secretaría de Salubridad y Asistencia Las construcciones colindantes deberán estar libres de riesgos probables para la seguridad de las plantas y no se permitirá que en ellos se establezcan estos riesgos”

Dicha reglamentación fue publicada en el Diario Oficial el 21 de diciembre de 1970, cuatro años antes de que la empresa Unigas y Asociados instalara su propia planta en San Juan Ixhuatepec

De esta manera las instalaciones gaseras fueron, desde sus inicios, un peligro latente para un núcleo poblacional cuya historia se remonta a la época de la Colonia

El municipio de Tlalnepantla, Estado de México, registra a los habitantes de San Juanico -así le llamaban sus pobladores- como participantes en la construcción del acueducto de Guadalupe y, posteriormente, de la antigua Basílica de Guadalupe

A partir de entonces, el poblado creció gradualmente debido a su cercanía con la ciudad de México En 1925 le fue concedida una ampliación urbano-ejidal Sin embargo, es hasta fines de los sesenta, después de la construcción de la planta y en parte como consecuencia de ella, cuando las 300 hectáreas de la zona, pertenecientes a ejidatarios y grandes propietarios, empezaron a ser pobladas anárquica y desproporcionadamente En 1975, mientras los terrenos ejidales, ya invadidos, eran expropiados por el gobierno federal, los grandes propietarios -Rosa Morales, Eduviges Soriano y Mena Rum- fraccionaron y vendieron sus terrenos obteniendo jugosas ganancias Luego se inició un proceso de regularización de la tenencia de la tierra que, aunado al inicio de la prestación de servicios, aceleró los asentamientos

Hasta principios de 1984, de acuerdo con las autoridades censales de Tlalnepantla, la zona de San Juan Ixhuatepec contaba con una población fija de 45,000 habitantes y con una población flotante de 25,000 má

El mismo día del accidente, el entonces director general de Pemex, Mario Ramón Beteta, exoneró de toda culpa a la empresa paraestatal Entrevistado por una reportera del noticiario 24 Horas, inculpó directamente a la empresa Unigas Visiblemente molesto ante la insistencia sobre alguna responsabilidad de Pemex, el funcionario añadió que, en todo caso, sería Petróleos Mexicanos quien reclamara a la gasera la indemnización correspondiente por daños y perjuicios

Salvador del Río, vocero oficial de Pemex, convalidó las palabras de su director, al afirmar que la terminal de almacenamiento de Ixhuatepec operaba sin ningún contratiempo hasta el momento del incendio, “de lo que se infiere que el fuego se inició en el exterior”

Nadie, se explicó nunca en qué se basaron los funcionarios de Pemex para llegar a tal conclusión Incluso, el doctor Sergio García Ramírez, entonces procurador general de la República, quien descartó un acto de sabotaje, salió al paso de las especulaciones: se requiere de una cuidadosa revisión de carácter técnico y pericial para determinar las causas del siniestro

Salvador Hernández, quien fuera líder del Movimiento Petrolero Independiente Lázaro Cárdenas, dijo a Proceso: “Nos extrañó la declaración de Beteta porque emitió juicios antes de un dictamen pericial y nadie mejor que él sabe que Pemex es por lo menos corresponsable en la reparación de los daños Existe un principio jurídico que así lo determina Pemex es responsable solidario Beteta emitió un juicio jurídico soslayando lo que establece nuestro derecho positivo mexicano y eludiendo la responsabilidad Esto es, que aun en el supuesto de que la conflagración o siniestro no se hubiera iniciado en las instalaciones de Pemex, la institución es corresponsable por este principio jurídico Y para nosotros es doblemente responsable porque han concesionado a empresas particulares el gas, distorsionado el espíritu original del Artículo 27 Constitucional en materia petrolera”

Uno de los sobrevivientes, Jesús Torres Alvarez, coordinador de vigilancia de Unigas y Gasomático, declaró el jueves 22 de noviembre de ese 1984 (El Universal) que la primera explosión ocurrió en la planta de Pemex, después de una fuga de combustible de uno de los ductos alimentadores “Prueba de lo que digo -manifestó-, es que los daños en las plantas de Gasomático y Unigas son mínimos y todos ellos provocados por los desechos de tanques que volaron de la planta de Pemex”

La información fue corroborada por trabajadores de Unigas que visitaron la redacción de esta revista Dijeron que sólo 30 de las más de 100 pipas transportadoras resultaron afectadas, sin que los daños fueran más allá de quemaduras leves a las carrocerías De otra manera hubieran volado todas

Héctor Castañón, Juan Carrillo y Ramón Campos, choferes de la empresa gasera, recordaron también que en marzo de ese año hubo otra explosión en la planta de Pemex de San Juanico, la cual se mantuvo en secreto Y que, en años anteriores, allí mismo, habían ocurrido varios accidentes

Otro que salió en defensa de Petróleos Mexicanos fue el senador Salvador Barragán Camacho-ahora extinto-entonces líder de los trabajadores petroleros En Ciudad Juárez, Chihuahua, declaró el jueves 22 que “no consideramos culpable a Pemex, a pesar de que siempre ha sido una industria compleja y llena de peligros”

Un día antes, sin embargo, a las puertas del Senado, el entonces secretario general del STPRM había dicho que las instalaciones de Pemex “están deterioradas o deficientes” y que “existe el peligro de que ocurran accidentes no sólo en las refinerías, sino en complejos petroquímicos relativamente nuevos”

Según Barragán Camacho, estas anomalías se habían denunciado con anterioridad

¿Por qué no se insistió en ello?, es otra de las preguntas que quedan en el aire

En San Juan Ixhuatepec se vivía cotidianamente el peligro El mayor de todos, una toma sin medidor que conectaba directamente el área de bombas de la planta de Pemex con las instalaciones de Unigas Prácticamente con la misma presión con que el fluido venía en el ducto

Pero eso no era todo Se denunció la falta de mantenimiento y la fatiga en las tuberías de la planta de Pemex En cuanto a las gaseras, el sólo hecho de ubicarse junto a las instalaciones de la paraestatal las convirtió en una bomba de tiempo

El poderoso consorcio formado por Unigas, Gasomático, Gas Chapultepec, Gas Metropolitano y Transportadora Valdés, había logrado pasar por alto las principales disposiciones de la Secretaría de Industria y Comercio, así como los márgenes de seguridad

Ya desde 1975, la Dirección Comercial de Petróleos Mexicanos, a cargo del licenciado Jorge Espinosa de los Reyes, había dirigido un estudio al entonces director general del Instituto Mexicano del Petróleo, ingeniero Bruno Mascanzoni, en el cual se estipulaba que para hacer rentable la distribución y la comercialización del producto, “debería integrarse una empresa propiedad o con participación del gobierno federal, que abarque también la distribución a tanques estacionarios”

No sucedió así Y el escenario de la mayor tragedia del Distrito Federal quedó listo cuando autoridades y políticos auspiciaron asentamientos irregulares en los alrededores de la planta receptora y distribuidora de gas de Petróleos Mexicanos

La planta comenzó a funcionar en 1961 Desde entonces surte de gas a las compañías concesionadas del DF y a otras de Cuautla, Acapulco, Puebla, Texcoco y poblaciones de la periferia A través de un ducto procedente de Minatitlán, recibe gases butano y propano por separado o mezclados Por medio de otro ducto, recibe gas propano de Poza Rica y, eventualmente, de Tula y Azcapotzalco

El ducto, con 14 pulgadas de espesor, está diseñado para trabajar a presiones que oscilan entre 24 y 45 kilos por centímetro cuadrado En San Juan,

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