Falta De Cupos En La Universididad

Miles de jóvenes que egresan de la preparatoria anhelan realizar sus estudios superiores, pero realmente la situación en la Republica Mexicana es crítica, ya que hay diversos factores que frenan el progreso.

Algunos alumnos han denunciado que ciertos estudiantes han sido admitidos por su capacidad económica de pagar una cuota fuerte. Es decir que la selección se hace por el bolsillo, por la billetera de papá, por la cuenta bancaria y la aportación que puedas ofrecer. Triste realidad nacional que refleja claramente la necesidad de cambiar absolutamente de rumbo en la política gubernamental.

Nuestras puertas de acceso se han vuelto cada vez más estrechas. Alcanzar o no un lugar en las universidades públicas se ha vuelto una fuente de angustia para miles y miles de jóvenes que fincan en los estudios universitarios su esperanza de una vida mejor, un sueño que NUNCA se hace realidad.

Nuestra falta de cupo sólo prueba que nuestros gobernantes universitarios han sido incompetentes, pero su incumplimiento no puede ser oponible a nosotros los estudiantes.

En los hechos, no obstante, aquéllos incumplen y nosotros recibimos un portazo en la nariz. Nos tratan como si fuéramos recursos qué administrar, y no personas con derechos que respetar.

Nuestras universidades públicas rechazan cada año a miles y miles de jóvenes mediante una reñida competencia en que unos excluyen a otros. Prácticamente se auto- eliminan, se excluyen recíprocamente. Unos aniquilan los derechos de otros. Y luego quieren hacernos creer que escogieron a los mejores.

Nuestro sistema de selección no puede evitar que muchos ingresados causen baja por insuficiencia académica, como realmente ocurre, ni garantiza que los rechazados lo sean por falta de aptitudes. La etapa que vivimos los jóvenes es demasiado compleja para que un instrumento evaluador pudiera arrojar certezas sobre nuestra capacidad para el estudio.

Y al enterarse impersonalmente de su rechazo, algunos jóvenes se van, desconcertados, con su frustración a cuestas,

El problema no es de las universidades públicas sino del Estado, que no ha sido capaz de establecer políticas y mecanismos eficaces para mejorar la cobertura educativa en el nivel superior, a la par de otorgar un presupuesto suficiente para asegurar su permanencia.

Para algunos el destino es alguna universidad privada, pero para otros es ninguna parte, pues podrán ir a buscar trabajo, pero todos sabemos que la economía nacional no ofrece muchas oportunidades. Este número refleja justamente un despilfarro humano que produce nuestra sociedad, tal cual está ahora diseñada por las clases dominantes y que han determinado hasta ahora las prioridades sociales.

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