Globalizacion De méxico
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La ciencia mexicana
ante los desafíos de la globalización:
innovación y competitividad para trascender
L
José Juan Antonio Ibar ra Ar ias
Debate
2 ciencia • julio-septiembre 2010
son signos fehacientes del sentido global que la ciencia
ha ido adquiriendo a lo largo del tiempo.
En el marco de este fenómeno, uno de los más exitosos
productos de la ciencia globalizada es la formación
de redes de investigación internacionales, “asociaciones
de grupos de investigación para el desarrollo de
actividades de investigación y desarrollo tecnológico”.
De forma dinámica, las redes originan el flujo del conocimiento
entre las universidades, los centros públicos
de investigación y el ramo empresarial, lo que favorece
la formación de masas críticas de investigación en
campos de desarrollo tecnológico especializado.
En América Latina la globalización científica empezó
a producir sus primeros efectos en los años noventa,
al promover importantes cambios políticos en
materia de investigación y desarrollo. Fue hasta entonces
que países como México empezaron a destinar más
presupuesto a la investigación. En nuestro país el gasto
en el Producto Interno Bruto (PIB) en relación a investigación
y desarrollo pasó de 0.28 por ciento en
1990 a 0.35 por ciento en 1995; este gasto estuvo muy
por debajo del realizado por los Estados Unidos (2.48
por ciento) o incluso por algunos países de la misma
región, como Brasil (0.87 por ciento). Dicho incremento
en el gasto destinado a la investigación trajo
como consecuencia, en nuestro país, una mejoría importante
en los diferentes indicadores de ciencia y tecnología:
los investigadores pasaron de 0.97 por cada
mil pobladores económicamente activos a 1.27, y los
artículos publicados en el Science Citation Index pasaron
de mil 705 a 3 mil 261 en 1995. Desafortunadamente,
desde aquel entonces el gasto del Producto
Interno Bruto para este rubro no se ha incrementado
de manera significativa: en la última década nuestro
país no ha rebasado el 0.46 por ciento de inversión del
Producto Interno Bruto en investigación y desarrollo.
Esto ha generado como consecuencia una disminución
importante de los recursos humanos dedicados a la investigación;
tan sólo para el 2006, se contaron un total
de 1.08 investigadores por cada mil pobladores económicamente
activos. A pesar de lo anterior, y en contraposición
con lo esperado, en materia de publicaciones
se observó un incremento en relación a los años noventa:
tan sólo en el 2006, se publicaron 6 mil 504 artículos.
Estas cifras, aunque aún muy por debajo de las
globalización es un fenómeno que marca la pauta del
desarrollo de los países; quienes se excluyen de ella corren
el riesgo de frenar y estancar su desarrollo integral.
Por lo anterior, podríamos pensar en la globalización
como un fenómeno aceptado mundialmente. Sin
embargo, existen personas que no están realmente
convencidas de asumir en su totalidad los retos de la
globalización. La historia ha dado cuentas de diversos
movimientos anti-globalización en los que gente de
diferentes naciones (incluyendo del primer mundo)
hacen patente su inconformidad en relación a la ruta
crítica que va tomando este fenómeno. No es por demás
su preocupación, ya que la globalización como
fenómeno social involucra una serie de desafíos a mediano
y largo plazos. En el ámbito científico, los países
deben confrontar con la debida madurez aquellas deficiencias
científico-tecnológicas que les impidan interactuar
en forma competitiva con los demás. Las
naciones deben tener muy claro que en la fase de globalización,
el progreso científico está relacionado con
la capacidad de innovar y producir conocimiento científico
dentro de un esquema competitivo internacional.
El desarrollo científico va de la mano con el desarrollo
tecnológico, y éste último es la materia prima para
los procesos de especialización, que caracterizan la
productividad de una nación cuyo paradigma de crecimiento
es y será siempre el conocimiento.
L a g l o b a l i z a c i ó n d e l a a c t i v i d a d
c i e n t í f i c a : d e s a f í o s q u e e n f r e n t a
n u e s t r o p a í s
La revolución industrial es sin lugar a dudas el
detonante principal de la masificación de la tecnología
y del desarrollo científico, ya que causó
que la actividad científico-tecnológica se ampliara a
gran parte de las sociedades humanas. Desde entonces
y hasta nuestros días, la evolución del transporte terrestre,
el marítimo, la radio, el teléfono y la internet
hacen que el mundo este prácticamente al alcance de
las manos de cualquier ser humano. La existencia de bases
de datos globales a las cuales todo individuo en el
mundo puede tener acceso, la organización de unmayor
número de reuniones científicas mundiales, la formación
de grandes consorcios de colaboración científica,
La ciencia mexicana ante los desaf íos de la global i zación
julio-septiembre 2010 • ciencia 3
presentadas por los países desarrollados, muestran que
a pesar de la falta de presupuesto, nuestro país continúa
trabajando y obteniendo productos científicos que
en la mayoría de los casos son incluso de muy alta calidad
científica.
Lo anterior permite hacer una reflexión interesante:
¿qué es lo que se está haciendo en México para
mantener o incluso incrementar la productividad? Una
posible respuesta está ligada inevitablemente al efecto
que la globalización científica está originando en nuestro
país. La cada vez mayor actividad internacional
que nuestros investigadores realizan es una prueba
exacta del efecto de la globalización y por supuesto de
las manos avasalladoras de las redes científicas. Día
con día tenemos más investigadores inmersos en proyectos
de investigación, incluso de envergadura internacional;
muchos de ellos son líderes y formadores de
estos grandes consorcios científicos. Sin embargo, en
otros casos, por cierto no pocos, el investigador es
integrado casi por inercia a grandes trabajos multicéntricos
a nivel mundial. Todo este fenómeno de integración
a los grandes orbes científicos ha beneficiado
en cierto modo la productividad y el “roce” científico
de nuestros investigadores. Sin embargo, también nos
sitúa frente a un gran desafío: mejorar las condiciones
científicas de nuestro país para lograr ser competitivos
y, con ello, colocarnos como un país generador, y no
uno maquilador de conocimiento.
Así pues, ¿hacia cuál de las dos vertientes se está
dirigiendo nuestro país? La evolución de los indicadores
de ciencia y tecnología habla por sí sola. En 1990,
la tasa de autosuficiencia de México en relación a la
generación de productos científicos, en especial patentes
(número de patentes solicitadas por residentes,
dividido entre el total de patentes solicitadas) era de
0.13, no tan mala al compararse con la de Estados
Unidos (0.55) o con la del mismo Brasil (0.52). Sin
embargo, a partir de 1996 la tasa ha disminuido en forma
importante hasta llegarse a situar en 0.04 para
el 2007 (Figura 1). Este valor está muy por debajo del
0.7
0.6
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0.0
1990 1992 1994 1996 1998 2000 2002 2004 2006
0.530
0.390
0.040
■ México ■ Brasil ■ Estados Unidos
Figura 1. Tasa de autosuficiencia
presentado por los Estados Unidos (0.52) o por Brasil
(0.39), países que han invertido mucho más dinero en
investigación y desarrollo (2.56 y 1.11, Estados Unidos
y Brasil respectivamente; gasto del Producto Interno
Bruto en investigación y desarrollo).
El efecto más importante se observa al analizar el
comportamiento de la tasa de dependencia, relacionada
también con la generación de patentes (número de
patentes solicitadas por no residentes dividido entre el
número de patentes solicitadas por residentes). En este
caso, México en 1990 presentaba una tasa de 6.7, cifra
no tan alejada de la presentada por Estados Unidos
(0.8) y Brasil (0.9). Sin embargo, este valor se incrementó
significativamente para el 2007: la tasa de dependencia
de nuestro país quedó valorada en 24.9, mientras
que las de Estados Unidos y Brasil se mantuvieron
sin cambios muy importantes (0.9 y 1.6, respectivamente;
Figura 2).
En el 2007 sólo se otorgaron 199 patentes a residentes
de nuestro país, mientras que un total de 9 mil
758 fueron otorgadas a no residentes. Estos datos nos
indican que la producción científica de México está
...