HERRAMIENTAS CIENTÍFICAS DE LA POLICÍA
Angélica María Roldán AcevedoExamen19 de Septiembre de 2021
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RESPONDE LAS PREGUNTAS 1 A 4 DE ACUERDO CON EL SIGUIENTE TEXTO
HERRAMIENTAS CIENTÍFICAS DE LA POLICÍA
Se ha cometido un asesinato, pero el sospechoso lo niega todo. Afirma no conocer a la víctima. Dice que nunca le había visto, que nunca estuvo cerca de él, que nunca le tocó... La policía y el juez están convencidos de que no dice la verdad. Pero ¿cómo probarlo?
la escena del crimen, los investigadores han reunido[pic 1]
hasta la más mínima evidencia: fibras de tela, cabellos, huellas dactilares, colillas... Los pocos cabellos encontrados en la chaqueta de la víctima son pelirrojos. Y coinciden sospechosamente con los del sospechoso. Si se pudiera probar que estos cabellos son realmente suyos, sería una prueba de que él conocía efectivamente a la víctima.
Cada persona es única
Los especialistas se pusieron manos a la obra. Examinaron algunas células de la raíz de estos cabellos y algunas células sanguíneas del sospechoso. En el núcleo de cada célula de nuestro cuerpo hay ADN. ¿Qué es eso? El ADN es como un collar hecho de dos cadenas de perlas enroscadas.
Imagine que estas perlas son de cuatro colores diferentes y que miles de estas perlas de colores (que forman un gen) están dispuestas en un orden muy específico. En cada individuo este orden es exactamente el mismo en todas las células del cuerpo: tanto en las de las raíces del cabello como en las del dedo gordo del pie, las del hígado y las del estómago o la sangre.
[pic 2]
Pero el orden de las perlas varía de una persona a otra. Dado el número de perlas dispuestas de este modo, hay muy pocas probabilidades de que haya dos personas con el mismo ADN, salvo los gemelos idénticos. Como es único para cada individuo, el ADN es como un car- net de identidad genético.
Por lo tanto, los especialistas en genética son capaces de comparar el carné de identidad genético del sospechoso (determinado por su sangre) con el de la persona pelirroja. Si el carné genético es el mismo, sabrán que el sospechoso estuvo en efecto cerca de la víctima que según él nunca había visto.
Sólo una prueba
Cada vez con mayor frecuencia en casos de abusos sexuales, asesinato, robo o delitos, la policía hace análisis genéticos. ¿Por qué? Para intentar encontrar evidencias de contacto entre dos personas, dos objetos o una persona y un objeto. Probar dicho contacto suele ser muy útil para la investigación. Pero no proporciona necesariamente la prueba de un delito. Es sólo una prueba entre muchas otras.
[pic 3]
Estamos formados
por billones de células
Todo ser viviente está formado por muchísimas células. Una célula es realmente muy pequeña. Incluso puede decirse que es microscópica porque sólo puede verse con la ayuda de un microscopio que la aumenta múltiples veces. Cada célula tiene una membrana exterior y un núcleo en el que se encuentra el ADN.
¿Carné de identidad genético?
El ADN está formado por un conjunto de genes, estando formado cada uno de ellos por miles de perlas. Todos estos genes juntos forman el carné de identidad genético de una persona.
¿Cómo se identifica el carné de identidad genético?
El especialista en genética coge unas pocas células de la base de los cabellos encontrados en la víctima, o de la saliva dejada en una colilla. Las mete en un producto que elimina todo lo que hay alrededor del ADN de las células. Después, hace lo mismo con algunas células de la sangre del sospecho- so. Luego, el ADN se prepara especialmente para su análisis. Más tarde, se introduce en un gel especial y se hace pasar una corriente eléctrica a través del gel. Al cabo de unas pocas horas, este procedimiento produce unas barras como si fueran un código de barras (similares a las que se encuentran en los artículos que compramos) que son visibles bajo una lámpara especial. A continuación, el código de barras del ADN del sospechoso se compara con el de los cabellos encontrados en la víctima.
- Para explicar la estructura del ADN, el autor habla de un collar de perlas. ¿Cómo varía este collar de perlas de una persona a otra?
- Varía en longitud.
- El orden de las perlas es diferente.
- El número de collares es diferente.
- El color de las perlas es diferente.
- ¿Cuál es el propósito del recuadro titulado “¿Cómo se identifica el carnet de identidad genético?
- Lo que es el ADN.
- Lo que es un código de barras.
- Cómo se analizan las células para encontrar el patrón del ADN.
- Cómo se puede probar que se ha cometido un crimen.
- ¿Cuál es el objetivo principal del autor?
- Advertir.
- Divertir.
- Informar.
- Convencer.
- El final de la introducción (el primer recuadro sombreado) dice: “Pero ¿cómo probarlo?
- Interrogando a los testigos.
- Realizando análisis genéticos.
- Interrogando meticulosamente al sospechoso.
- Volviendo sobre todos los hallazgos de la investigación de nuevo
RESPONDE LAS PREGUNTAS 5 A 8 DE ACUERDO CON EL SIGUIENTE TEXTO
UN JUEZ JUSTO
Un rey argelino llamado Bauakas quiso averiguar si era cierto o no, como le habían dicho, que en una de sus ciudades vivía un juez justo que podía discernir la verdad en el acto, y que ningún pillo había podido engañarle nunca. Bauakas cambió su ropa por la de un mercader y fue a caballo a la ciudad donde vivía el juez.
A la entrada de la ciudad, un lisiado se acercó al rey y le pidió limosna. Bauakas le dio dinero e iba a seguir su camino, pero el tullido se aferró a su ropaje.
– ¿Qué deseas? -preguntó el rey- ¿No te he dado dinero?
– Me diste una limosna -dijo el lisiado- ahora hazme un favor. Déjame montar contigo hasta la plaza principal, ya que de otro modo los caballos y camellos pueden pisotearme.
Bauakas sentó al lisiado detrás de él sobre el caballo y lo llevó hasta la plaza.
Allí detuvo su caballo, pero el lisiado no quiso bajarse.
– Hemos llegado a la plaza, ¿por qué no te bajas? -preguntó Bauakas.
– ¿Por qué tengo que hacerlo? -contestó el mendigo-.
Este caballo es mío. Si no quieres devolvérmelo, tendremos que ir a juicio.
Al oír su disputa, la gente se arremolinó alrededor de ellos gritando:
– ¡Id al juez! ¡Él juzgará!
Bauakas y el lisiado fueron al juez. Había más gente ante el tribunal y el juez llamaba a cada uno por turno. Antes de llegar a Bauakas y al lisiado, escuchó a un estudiante y a un campesino. Habían ido al tribunal a causa de una mujer: el campesino decía que era su esposa y el estudiante decía que era la suya. El juez escuchó a los dos, permaneció en silencio durante un momento, y luego dijo:
– Dejad a la mujer aquí conmigo y volved mañana. Cuando se hubieron ido, un carnicero y un mercader de aceite se presentaron ante el juez. El carnicero estaba manchado de sangre y el mercader de aceite. El carnicero llevaba unas monedas en la mano y el mercader de aceite se agarraba a la mano del carnicero.
– Estaba comprando aceite a este hombre - dijo el carnicero - y, cuando cogí mi bolsa para pagarle, me cogió la mano e intentó quitarme todo el dinero. Por eso hemos venido ante ti; yo sujetando mi bolsa y él sujetando mi mano. Pero el dinero es mío y él es un ladrón.
A continuación, habló el mercader de aceite:
– Eso no es verdad -dijo-. El carnicero vino a comprarme aceite y después de llenarle un jarro, me pidió que le cambiara una pieza de oro. Cuando saqué mi dinero y lo puse en el mostrador, él lo cogió e intentó huir. Lo agarré de la mano, como ves, y lo he traído ante ti.
El juez permaneció en silencio durante un momento, luego dijo:
– Dejad el dinero aquí conmigo y volved mañana.
Cuando llegó su turno, Bauakas contó lo que había sucedido. El juez lo escuchó y después pidió al mendigo que hablara.
– Todo lo que ha dicho es falso -dijo el mendigo-.
Él estaba sentado en el suelo y yo iba a caballo por la ciudad, cuando me pidió que lo llevase. Lo monté en mi caballo y lo llevé a donde quería ir. Pero, cuando llegamos allí, no quiso bajarse y dijo que el caballo era suyo, lo cual no es cierto.
El juez pensó un momento, luego dijo:
– Dejad el caballo conmigo y volved mañana. Al día siguiente, fue mucha gente al tribunal a escuchar las sentencias del juez. Primero vinieron el estudiante y el campesino.
– Toma tu esposa -dijo el juez al estudiante- y el campesino recibirá cincuenta latigazos.
El estudiante tomó a su mujer y el campesino recibió su castigo. Después, el juez llamó al carnicero.
– El dinero es tuyo -le dijo. Y señalando al mercader de aceite, dijo: – Dadle cincuenta latigazos. A continuación, llamó a Bauakas y al lisiado.
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