Hermann Nitsch En México

LA CANCELACIÓN DE LA EXPOSICIÓN DE HERMANN NITSCH EN MÉXICO, 2015

Con este acontecimiento, los habitantes de la Ciudad de México hemos podido observar el sistema de “valores” que tiene el Museo Jumex. En un país donde el horror de la violencia, la tortura, el asesinato, las desapariciones forzadas, los calcinados, los feminicidios, la injusticia e impunidad son parte de nuestra cotidianidad.

La noticia de que Nitsch traería su obra a México movió redes sociales, horrorizó a muchos y convocó al debate. Es doble moral y hasta hipócrita, dado que (como ya se mencionó con anterioridad) México es un país que vive la sangre constantemente, y no como representación o manifestación artística, la vive en toda su significación, violentada, explícita y no sólo de animales (para su consumo), sino en su gran mayoría de personas, sin importar edad, ni sexo.

La horrorización masiva ante un ritual que tiene como protagonista la carne y sangre no tiene sustento aquí, donde los católicos son mayoría. El centro de la celebración católica es la carne y sangre de Jesús. El vino representa la sangre del profeta, y el pan y la ostia su carne. En la misa se dice: “que cada comunión con su Cuerpo y Sangre instalen a Jesús honda y firme en nuestra mente y en nuestro corazón”. Las canciones católicas también lo hacen notar. La ostia es tan preciada porque es un pedazo del cuerpo de dios, y comer un pedazo de él no es visto como un acto de salvajismo, sino de comunión, renovación y salvación. Los performances de Nitsch proponen precisamente lo mismo: una comunión con el mundo, basada en “la creencia en el todo, en la creación entera, la creencia en el ser”. No violencia como se ha creído. La asociación que hacemos de sangre con violencia debe ser reciente. Incluso en la poesía, la sangre ha sido una representación de la vida, una vida que fluye, nunca estática, siempre en movimiento. Entonces, ¿por qué la sociedad se alarma tanto ver a un grupo de personas bebiendo sangre de un puerco cuando el sacerdote hace lo mismo con la sangre de Jesús, simbólicamente?

Se puede cuestionar también, ¿qué es lo que ha molestado e incomodado al público, junto con los grupos defensores de animales? No es el concepto de la obra (el cual es evidente que desconocen), no es la obra, no es Hermann Nitsch. ¿Sería diferente si su obra estuviera hecha únicamente con pigmentos rojos?, ¿es sólo el recurso que utiliza?

Gina Jaramillo, encargada de promoción del museo, comunicó que las obras más polémicas del artista no serían las que la gente podría observar: “En el caso de México no habrá violencia ni sangre”, aseguró. Contrario de lo que muchas personas creyeron, la muestra incluiría otro tipo de obra de Nitsch, “piezas

sobrias”. Entonces, con eso se evidencia que hay un desconocimiento absoluto de la obra por parte de los activistas en contra del maltrato animal que se manifestaron en contra, ya que ellos creían que utilizaría animales y

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