Historia del senado romano

Reuniones privadas.

El cónsul citaba a los miembros del senado a su casa con el fin de acordar. Esto les preocupaba a los miembros del tribuno. El cónsul y el senado se negaban a que los plebeyos tuvieran acceso al senado, aunque eventualmente se juntaron y accedieron a que ellos participaran con el nombre de "tribunado consular"

Relaciones.

Jus relationis La relación era cuando el senado se reunía para deliberar sobre algún tema. La relación hecha "finite" era cuando se trataba de asuntos de salvación de la república o de sumo interés público y cuando era hecha "infinite" era cuando se trataba de negocios marcados. Al principio sólo se podía deliberar sobre una sola relación, conforme fue pasando el tiempo se fueron aumentando hasta 6. Era costumbre que el cónsul fuera quien guiara las relaciones, aunque no siempre fue así, algunos nombraban representantes para que hablaran en público por ellos.

Orden del uso de la palabra

Hasta finales de la republica la palabra era dada con preferencia a senadores influyentes. El emitir sentencia de primer a cuarto grado era considerado de muy alto rango, emitirlo en último lugar era "depresivo". Se debía mantener el orden inaugural de las calendas de enero hasta abril que se eligieran a los nuevos cónsules.

Discurso

Una vez que era dada la palabra al senador este tenía que ponerse de pie, podía decir francamente su discurso, que podía ser improvisado o escrito, también podía ser tan extenso y salirse del tema como él quisiera, nadie en el senado tenía la facultad de llamarle la atención ni quitarle la palabra. Esto era aprovechado cuando querían distraer a la asamblea de la relación expuesta por el presidente o consumir la sesión los opositores, estás practicas eran llamadas "calumnias". En ocasiones cuando no estaban de acuerdo con el discurso que se estaba exponiendo, los senadores empezaban a murmurar hasta obligar a quien daba el discurso a concluir, aunque esté podía solicitar el apoyo del rey para guardar orden

División de los dictámenes

Si el discurso del senador era muy largo, a modo de no perderse, cualquier senador le podía pedir que diera un orden a las ideas, dividiéndolas y así poder votar una después de otra, el presidente podía ordenarlo o negarlo según le pareciera.

Proposiciones

Las proposiciones las podía hacer cualquier senador en relación con la consulta del presidente, en ellas se mencionaba algún negocio distinto o incidental, estos se integraban al discurso y se alentaba al presidente a que la propusiera al senado el mismo. Las proposiciones no eran bien vistas en la época de los reyes ya que se decía eran "asumir la iniciativa parlamentaria". El presidente decidía si la tomaba en cuenta o no.

Enmiendas

Las enmiendas se refieren a corregir o cambiar algo de la relación que estuviera discutiéndose. Los tribunos usaban mucho está práctica. Si el presidente la desechaba también la podían presentar por medio de tribunos o magistrados, convocando a asamblea.

Interpelaciones

Cuando un senador tenía antecedentes de algún negocio público y sospechaba que el magistrado que había convocado a la asamblea intentaba no instruirla de ello podía interpelar para que lo pusiera en noticia del mismo senado y deliberar en consecuencia. Además, podía exigir explicación al jefe de estado sobre las medidas que habría que tomar en cualquier asunto de gravedad.

Autoridad del presidente

El presidente era designado en la sesión del primero del año y duraría todo este, él escogía a los vocales que lo apoyarían concediendo y negando la palabra, dirigiendo las discusiones, dispones la votación, contar los sufragios, y declarar la mayoría por dictamen. El presidente era encargado de multar a los senadores que llegaran tarde, de aprobar o desechar las proposiciones y enmiendas que se presentaran. Podía suspender la sesión y retirar la consulta si había muchas opiniones distintas y también si sentía que no ganaría los votos; podía imponer silencio al senador que quisiera hablar antes de su turno, negar la palabra a quien la pidiera fuera del orden. También solo a él le tocaba proponer el negocio objeto de la deliberación.

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