Integración Económica. ALBA
AleMora15 de Febrero de 2015
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La Alianza Bolivariana para Los Pueblos de Nuestra América (ALBA)
La Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América (ALBA), también llamada Alternativa Bolivariana para América Latina y el Caribe, es una propuesta de integración enfocada para los países de América Latina y el Caribe cuyos gobiernos comparten en la actualidad ciertos criterios ideológicos. Es una organización internacional de ámbito regional que pone énfasis en la solidaridad, la complementariedad, la justicia y la cooperación, con propósito de unir las capacidades y fortalezas de los países que la integran, en la lucha contra la pobreza y la exclusión social. Es, además, una alianza política, económica, y social en defensa de la independencia, la autodeterminación y la identidad de los pueblos que la integran.
El principio cardinal que guía al ALBA es la solidaridad más amplia entre los pueblos de América Latina y el Caribe, que se sustenta en el pensamiento de Bolívar, Martí, Sucre, O´Higgins, San Martín, Hidalgo, Petion, Morazán, Sandino y otros próceres.
PAÍSES INTEGRANTES
Los países que actualmente integran el ALBA son:
Venezuela.
Cuba.
Bolivia.
Nicaragua.
Mancomunidad de Dominica.
Antigua y Barbuda.
Ecuador.
San Vicente y las Granadinas.
Santa Lucia.
HISTORIA DEL ALBA
La Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) surgió como una plataforma de integración en América Latina, promovida inicialmente por Cuba y Venezuela como contrapartida del ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas), impulsada por Estados Unidos.
Creada oficialmente el 14 de diciembre de 2004, cuando los presidentes de Cuba, Fidel Castro, y de Venezuela, Hugo Chávez, se reunieron en La Habana (Cuba) y firmaron los protocolos de su fundación como forma de integración y unión de América Latina y el Caribe basada en un modelo de desarrollo independiente con prioridad a la complementariedad regional que permita promover el desarrollo de todos y fortaleciera la cooperación mediante el respeto mutuo y la solidaridad.
Para abril del 2006 con la incorporación de Bolivia, se enriquece el ALBA con la propuesta del Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP), que es un instrumento de intercambio solidario y complementario entre los países destinados a beneficiar a los pueblos en contraposición a los Tratados de Libre Comercio que persiguen incrementar el poder y el dominio de las transnacionales.
En junio del 2009, los Jefes de Estado y de Gobierno de los países miembros decidieron que se denominará “Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos” (ALBA – TCP) en el entendido que el crecimiento y fortalecimiento político del ALBA - TCP la constituye en una fuerza real y efectiva.
La modificación de la denominación de «Alternativa» por «Alianza» fue suscrita por el presidente de Venezuela Hugo Chávez motivado a que el ALBA había nacido como una Alternativa al ALCA, y para este momento el ALCA ya no representaba una amenaza y ya no tiene mayor repercusión para la región, y la denominación de «Alianza» es más acorde con los nuevos objetivos del ALBA-TCP.
CRONOLOGÍA DE INGRESO DE LOS PAÍSES
Venezuela – 14 Diciembre 2004
Cuba – 14 de Diciembre 2004
Bolivia – 29 de Abril de 2006
Nicaragua – 11 de Enero de 2007
Dominica – 26 de Enero de 2008
Honduras – 25 de Agosto de 2008 *
Ecuador – 24 de Junio de 2009
San Vicente y Las Granadinas – 24 de Junio de 2009
Antigua y Barbuda – 24 de Junio de 2009
Santa Lucia – 30 de Julio de 2013
* Honduras fue retirada después del golpe de estado que origino la salida del presidente Manuel Zelaya.
PRINCIPIOS DEL ALBA
1. El comercio y la inversión no deben ser fines en sí mismos, sino instrumentos para alcanzar un desarrollo justo y sustentable, pues la verdadera integración latinoamericana y caribeña no puede ser hija ciega del mercado, ni tampoco una simple estrategia para ampliar los mercados externos o estimular el comercio. Para lograrlo, se requiere una efectiva participación del Estado como regulador y coordinador de la actividad económica.
2. Trato especial y diferenciado, que tenga en cuenta el nivel de desarrollo de los diversos países y la dimensión de sus economías, y que garantice el acceso de todas las naciones que participen en los beneficios que se deriven del proceso de integración.
3. La complementariedad económica y la cooperación entre los países participantes y la no competencia entre países y producciones, de tal modo que se promueva una especialización productiva eficiente y competitiva que sea compatible con el desarrollo económico equilibrado en cada país, con las estrategias de lucha contra la pobreza y con la preservación de la identidad cultural de los pueblos.
4. Cooperación y solidaridad que se exprese en planes especiales para los países menos desarrollados en la región, que incluya un Plan Continental contra el Analfabetismo, utilizando modernas tecnologías que ya fueron probadas en Venezuela; un plan latinoamericano de tratamiento gratuito de salud a ciudadanos que carecen de tales servicios y un plan de becas de carácter regional en las áreas de mayor interés para el desarrollo económico y social.
5. Creación del Fondo de Emergencia Social, propuesto por el Presidente Hugo Chávez en la Cumbre de los Países Sudamericanos, celebrada recientemente en Ayacucho.
6. Desarrollo integrador de las comunicaciones y el transporte entre los países latinoamericanos y caribeños, que incluya planes conjuntos de carreteras, ferrocarriles, líneas marítimas y aéreas, telecomunicaciones y otras.
7. Acciones para propiciar la sostenibilidad del desarrollo mediante normas que protejan el medio ambiente, estimulen un uso racional de los recursos e impidan la proliferación de patrones de consumo, derrochadores y ajenos, a las realidades de nuestros pueblos.
8. Integración energética entre los países de la región, que asegure el suministro estable de productos energéticos en beneficio de las sociedades latinoamericanas y caribeñas, como promueve la República Bolivariana de Venezuela con la creación de Petroamérica.
9. Fomento de las inversiones de capitales latinoamericanos en la propia América Latina y el Caribe, con el objetivo de reducir la dependencia de los países de la región de los inversionistas foráneos. Para ello se crearían, entre otros, un Fondo Latinoamericano de Inversiones, un Banco de Desarrollo del Sur, y la Sociedad de Garantías Recíprocas Latinoamericanas.
10. Defensa de la cultura latinoamericana y caribeña y de la identidad de los pueblos de la región, con particular respeto y fomento de las culturas autóctonas e indígenas. Creación de la Televisora del Sur (TELESUR) como instrumento alternativo al servicio de la difusión de nuestras realidades.
11. Medidas para las normas de propiedad intelectual, al tiempo que protejan el patrimonio de los países latinoamericanos y caribeños frente a la voracidad de las empresas transnacionales, no se conviertan en un freno a la necesaria cooperación en todos los terrenos entre nuestros países.
12. Concertación de posiciones en la esfera multilateral y en los procesos de negociación de todo tipo con países y bloques de otras regiones, incluida la lucha por la democratización y la transparencia en los organismos internacionales, particularmente en las Naciones Unidas y sus órganos.
EL TRATADO DE COMERCIO DE LOS PUEBLOS (TCP)
El Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) entiende al comercio y la inversión no como fines en sí mismos sino como medios del desarrollo que proporcionen beneficios para los pueblos mediante el fortalecimiento de los pequeños productores, microempresarios, cooperativas y empresas comunitarias, facilitando el intercambio de mercancías con los mercados extranjeros.
Las diferencias entre el Tratado de Comercio de los Pueblos (TCP) y los Tratados de Libre Comercio (TLC) son las siguientes:
• Mientras los TLC imponen reglas iguales y reciprocas para grandes y chicos, el TCP plantea un comercio que reconozca las diferencias entre los distintos países a través de reglas que favorezcan a las economías más pequeñas.
• A diferencia de los TLC que persiguen la privatización de los diferentes sectores de la economía y el achicamiento del Estado, el TCP busca fortalecer al Estado como actor central de la economía de un país a todos los niveles enfrentando las prácticas privadas contrarias al interés público, tales como el monopolio, el oligopolio, la cartelización, acaparamiento, especulación y usura. El TCP apoya la nacionalización y la recuperación de las empresas y recursos naturales a los que tienen derecho los pueblos estableciendo mecanismos de defensa legal de los mismos.
• Mientras los TLC buscan convertir a toda la humanidad en simple consumidores homogenizando los patrones de consumo para ampliar así los mercados de las transnacionales, el TCP impulsa la diversidad de expresiones culturales en el comercio.
• En oposición al TLC que promueve la privatización de los servicios básicos del agua, la educación, la salud, el transporte, las comunicaciones y la energía, el TCP promueve y fortalece el rol del Estado en estos servicios esenciales que hacen al pleno cumplimiento de los derechos humanos.
• A diferencia de los TLC que imponen una serie de ventajas y garantías a favor de las transnacionales,
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