Juan Rulfo en el contexto de mi comunidad

Juan Rulfo en el contexto de mi comunidad

Introducción:

         Este ensayo tiene como objetivo analizar las problemáticas sociales actuales por las que cruza nuestro país, a partir de un vistazo de las circunstancias que llevó a la Revolución Mexicana a estallar en el año de 1910, terminando con una dictadura que duraría aproximadamente 30 años y a partir de los textos de Juan Rulfo “el llano en llamas” y “Diles que no me maten”, que fueron escritos en el periodo pos-revolucionario y son una viva pintura literaria de lo que sucedió en aquellas décadas.

        Sin duda alguna el inicio de la Revolución Mexicana marca una serie de cambios políticos, y surgen nuevas reformas, que se supone, eran para beneficiar a las clases más marginadas, pero solo alguna parte de la población se benefició con estos cambios, “la clase más poderosa”. La revolución de 1910 fue otra vez la lucha popular contra los privilegios y en pos de un sistema social justo y respetuoso de las libertades políticas y las garantías individuales. El pueblo mexicano volvió de nuevo a luchar por la independencia política y económica, libre de injerencias y tutelas extranjeras, y por la abolición de las esclavizantes condiciones de ignorancia y miseria propias de los pueblos coloniales.

        En “el llano en llamas” de Juan Rulfo^[1] que analizamos anteriormente,  Se narra las peripecias de unos revolucionarios que roban y saquean para poder enfrentarse después a los federales; aquí la lucha armada revolucionaria se hace presente entre los federales y poco a poco las cosas empiezan a ir peor para los revolucionarios. Dadas las circunstancias actuales que vivimos en nuestro país y las consecuencias que esto ha traído, podemos remontar la problemática social que hoy existe entre el gobierno y los cárteles del narcotráfico que se encuentra a flor de piel, mismo que está ocasionando miles de pérdidas humanas y materiales en nuestra sociedad.  

        Cabe mencionar que el problema del narcotráfico se ha hecho presente en mayor escala en las comunidades, dando pie al narcomenudeo y aquí se desata la lucha social por ganar las famosas plazas para surtir de estupefacientes a los vecinos de las colonias. Este problema lo podemos asociar con el cuento de Rulfo titulado “¡diles que no me maten!”^[2] donde nos cuentan del asesinato de don Lupe Terreros, cometido por su compadre Juvencio Nava, tras haberle negado el pasto de su potrero y haberle matado un novillo a Juvencio, éste lo machetea y le clava una pica de buey en su vientre, dejándolo tirado en un arroyo donde lo hallan después de dos días, aun agonizando.

Desarrollo:

Como menciono anteriormente, en la historia de nuestro país se pueden resaltar numerosos movimientos sociales que han tenido la finalidad de luchar por las garantías individuales y por un sistema social más equitativo, desafortunadamente los movimientos poco han logrado, ya que en la actualidad se siguen observando privilegios a ciertos sectores de la sociedad mexicana.  “En los últimos tiempos, las políticas sociales para las clases populares y para los sectores marginados no han atendido los problemas para las que fueron creadas. Tales políticas se han caracterizado por ser puntuales, mínimas, poco elaboradas y segmentadas, lo cual en lugar de haber logrado los objetivos de integración social, contribuyeron a reforzar su aislamiento a través de la pérdida de confianza hacia institución pública” (Castillo, 2000)^[3]. A partir de tanta pobreza en el sector social, los habitantes han buscado infinidad de actividades económicas que puedan cubrir sus necesidades vitales (alimentación, vestido, educación, hogar, etc.) y para ello surge una actividad que les ha redituado muy bien económicamente hablando, “el narcotráfico”, pero ha traído a nuestro país otra problemática social más grave, miles de muertes y la dependencia por distintos estupefacientes sobre todo en niños y jóvenes.

        El origen del narcotráfico en México viene de muchos años atrás, iniciando en el estado de Sinaloa, sin embargo, los detonantes y los muchos factores que han contribuido a la escalada de la violencia, según los analistas de seguridad lo atribuyen a la terminación del arreglo implícito existente entre los traficantes de drogas y los gobiernos locales, estatales y federales. Este arreglo gobierno-narcotráfico consistía en permitir el libre paso de cargamentos de droga desde Sudamérica hacia Estados Unidos por rutas definidas en parte del territorio mexicano transportadas principalmente por tierra, y se tenían territorios o plazas ya definidos para cada cártel del narcotráfico que generalmente no disputaban. Además se toleraba la producción en México de drogas como la marihuana y la amapola, cultivadas principalmente en los estados de Sinaloa, Guerrero, Chiapas y Veracruz, todo a cambio de sobornos que variaban según el cargo de la autoridad a sobornar.

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