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Proyecto Integrador-José Emilio Pacheco en el contexto de mi comunidad


Enviado por   •  4 de Agosto de 2015  •  Ensayos  •  1.741 Palabras (7 Páginas)  •  257 Visitas

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PROYECTO INTEGRADOR

Leer para comprender y conocer mi mundo.

José Emilio Pacheco en el contexto de mi comunidad. 

MEXICO AYER Y HOY:

Pacheco(1981) “Mondragón nos observaba tristísimo, se preguntaba qué iba a ser de nosotros con los años,  cuántos  males y cuántas catástrofes aún estarían por delante;”


Proyecto Integrador:

Leer para conocer y comprender mi mundo

José Emilio Pacheco en el contexto de mi comunidad

Ma. De los Angeles Salazar Ibarra

M4S4 30 de julio de 2015

Prepa en Línea Sep.

Introducción

José Emilio Pacheco, muestra  su obra, “La batalla en el desierto,” dentro de un contexto histórico, que se remonta a los años en que Miguel Alemán fue presidente de México, época que al propio escritor, le toco ser participe;  para ser un poco más exactos, entre los años de  1946 a 1952,  desde entonces,  al día de hoy, muchas cosas han cambiado, ciudades y caminos, ya no son los mismos, se han modernizado,  pero hay otras que parecieran radicar con mayor fuerza, en aquellos tiempos México se encaminaba al cambio, aún no había televisión, y las costumbres de las personas eran muy conservadoras,  hoy estamos ante el avance incontenible  de la tecnología, hay muchos distractores, y la forma de vivir ya no es igual, es más acelerada.

El objetivo es, a través del contraste que se genera, entre el México  que se relata en la novela y el de hoy, rescatar las similitudes y diferencias que hay entre ambos tiempos, para eso es necesario revisar los acontecimientos más importantes a lo largo de este tiempo, sin duda han transcurrido muchos, buenos y malos en la historia del país, la obra de pacheco nos redacta una visión de un pueblo apático hacia su gobierno, lo que nos permite ver entre sus líneas los defectos de una nación, la forma de vida de las personas de aquella época y sus costumbres.

El mismo el enfoque que presenta Emilio en su novela, hacia los niños, será el que abarquemos en este ensayo, la niñez en el marco del México de hoy, en comparación con el de ayer.

Podremos darnos cuenta como era la vida de un niño en aquellos años, donde todavía se alimentaban del campo, no había tantas vacunas y había que enfrentarse de golpe a las enfermedades, y la imaginación era su principal diversión; tan diferente a la de un pequeño en la modernidad, que pasa la mitad de su tiempo  frente a un aparato electrónico, que aduras penas conoce las frutas y verduras,  que cuenta con el privilegio de avances científicos, para combatir y prevenir enfermedades, pero que se enfrentan a un ritmo de vida muy acelerado.  

Veremos qué tan favorable a sido para ellos acontecer tantos avances y tantos eventos maliciosos en la sociedad, que marcan, que tiñen de negro cualquier desarrollo de una nación,  que afecciones le hemos ido dejando a través de los años a los infantes, si el desarrollo y modernidad es para las nuevas generaciones, o los estamos afectando tanto al grado de olvidarlos.

[1]Recuerdos y semejanzas

“Me acuerdo, no me acuerdo” así inicia la obra literaria de José Emilio Pacheco, como añorando aquellos años, una novela escrita en un entorno socio cultural, del propio autor, publicada en el año de 1981 y remontada  entre los años de 1946 a 1952, época en que Miguel Alemán, gobernaba México, “La cara del señor presidente donde quiera: dibujos inmensos, retratos idealizados, fotos ubicuas, alegorías del progreso con Miguel Alemán como Dios Padre.” Gobiernos ególatras de todos los tiempos, alterando la realidad, para que la gente no vea los reales conflictos, porque más allá de las buenas noticias que daba, en aquel tiempo la ciudadanía se enfrentó de cara a la poliomielitis, que como cuenta Pacheco, los niños enfermaron y “las escuelas llenas de niños con aparatos ortopédicos;”  también tuvieron que deshacerse de su patrimonio porque el ganado se contagió de fiebre aftosa y había mucha crisis; pero el presidente interrumpía clases para que los niños fueran a aplaudirle inauguraciones de nuevas carreteras, de monumentos propios: “horas y horas bajo el sol sin movernos ni tomar agua“esperando la llegada de Miguel Alemán, sonriente, simpático, brillante.” Quien no lo ha hecho alguna vez, soportar la sonrisa de un gobernante que quiere coronarse sus logros, pero que cierra los ojos ante los verdaderos problemas de desigualdad que enfrenta la nación, antes y en la actualidad, no vallamos tan lejos, hace un par de años el país enfrento una crisis provocada por la sequía, el crimen organizado abundaba en las calles, y la pobreza toco todas las puertas, y que hacían nuestros gobernantes, si combatir el crimen, y levantar el cuello cada vez que atrapaban a un criminal, pero si no combaten el hambre, de que sirve, si gracias a la pobreza el hombre busca como salir de ella y cae en la delincuencia. Vaya semejanza parece que siempre será igual, antes y después.

Las familias de aquellos años, eran numerosas, los jefes de familia se toparon con la llegada de grandes marcas y empresas que desfasaron a los pequeños fabricantes, comenzaban a circular los primeros autos, la coca cola entraba con fuerza al consumo de las personas, sin embargo la alimentación todavía constaba de productos del campo, “En los recreos comíamos tortas de nata que no se volverían a ver jamás;” en estos días, la coca cola es parte de la dieta; de los desayunos de los niños, ni hablar, sopas instantáneas, pizza, papas fritas; hoy no se tiene gusto por las frutas y verduras, se prefiere un pastelillo lleno de conservadores; en esta época papá y mamá tienen que trabajar, si no alcanza el dinero, los [2]salarios son desiguales, el gobierno poco apoya a los pequeños fabricantes; los niños de hoy se quedan solos, indefensos ante un computador o un televisor; en aquellos años nada que ver con esta situación,  los niños jugaban en los patios de las escuelas o en las plazas de su barrio, con nada más que su imaginación, no había televisión, solo radio e historietas para distraerse, o  la matiné, donde despertaban emociones, al ver películas, como la de “Bambi;” vaya contraste con el tiempo de hoy,  cintas cinematografía con contenido bélico; los juegos, virtuales, también violentos, aunque hay algunos didácticos, pero ellos prefieren los que tienen acción;  no hay sorpresa, es normal para ellos,  ver sangre, armas y demás.  

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