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LA CLASE DOMINANTE Y SU PAPEL EN “ FORTUNATA Y JACINTA ”

a AjhahdApuntes2 de Febrero de 2023

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LA CLASE DOMINANTE Y SU PAPEL  EN “ FORTUNATA Y JACINTA ” [pic 1]

Ciertos críticos suelen considerar como confusas, pesadas y abur ridas las extensas páginas que Galdós dedica en Fortunata y Jacinta a explicar la importancia y características de la burguesía madrileña  de los años setenta del siglo xxx h Pero habría que empezar por  señalar algo obvio : si Galdós se toma la molestia de escribir tal  cúmulo de detalles histórico-socio-genealógicos, debe de ser por  algún motivo en verdad serio. Y, después de todo, como dice Carlos  Blanco Aguinaga, « if novelists do 'study' societies, should not stu dents of the novel try at last to take a look at those societies 1 2 ».  En todo caso, lo que Galdós pone al descubierto no es exactamente,  como se ha dicho, « el comercio de Madrid, alto y bajo3 », sino el  proceso y los mecanismos gracias a los cuales se ha formado y fun ciona la potente oligarquía mercantil-financiera que domina la vida  de Madrid y de España. Sólo después de esto es cuando Galdós se  adentrará en el conflictivo mundo amoroso de Fortunata, inseparable,  por otro lado, de todo lo anterior.

Un ejemplo clarísimo de la unión del clan oligárquico — entre  otros que podrían aducirse — lo constituye la descripción que Gal dós hace de la cena de Navidad de 1873 en casa de los Santa Cruz 4.  Asisten, entre gente menuda y además de los matrimonios Baldo

mero-Bárbara y Juanito-Jacinta, personajes que Galdós califica como  pertenecientes al Parlamento, el Municipio, el Foro, la Prensa, las  Sociedades Económicas, la Industria, la Banca, la Aristocracia mone taria y la antigua, el Comercio y las Finanzas... Las instituciones y  organismos sociales aparecen así o controlados o infiltrados por la  oligarquía, de base terrateniente y urbana, y que no carece de  conexiones con el capital extranjero que penetra en el país.

1. Así Stephen Gilman, « The Birth of Fortunata », AG, I, 1966, 75 ; José F. Montesinos,  Galdós, II (Madrid, 1969), 211.

2. « On the Birth of Fortunata », AG, III 1968, 15.

3. Montesinos, op. At., loe. At.

4. Fortunata y Jacinta (Madrid, 1968, Hernando), p. 248-249 ; todas las citas de la novela,  según esta edición.

736 JULIO RODRIGUEZ-PUERTOLAS [pic 2]

La acción de la novela abarca de 1869 (diciembre) a 1876, incluyendo  así el reinado de Amadeo I, la Primera República, los golpes militares  de Pavía y Martínez Campos y año y medio de Restauración borbó nica. Veamos, para empezar, cómo son algunas de las ideas y acti tudes mentales, sociales y políticas de la clase dominante en esos  cruciales años de Fortunata y Jacinta. Es decir, sus « valores ». Deje mos aparte la religión, la familia, el honor y otras cosas semejantes  por razones de tiempo y espacio, todo lo cual podría resumirse en  unas palabras de Juanito Santa Cruz, verdadero programa de moral  burguesa, palabras hipócritamente tautológicas si no olvidamos que  « las ideas dominantes en una época han sido siempre las de la  clase entonces dominante 5 » :

Nuestras ideas deben inspirarse en las ideas generales, que son el  ambiente moral en que vivimos (p. 265).

La burguesía es, desde lugeo, « nacionalista » y « patriótica ». En  la ya citada cena de Navidad de 1873, el teniente de alcalde Aparisi  y el banquero Ruiz-Ochoa se enzarzan, con la ayuda del champagne, en une elevada controversia. El primero, lacrimosamente, « brindó  por los héroes de Trafalgar, por los héroes del Callao y por muchos  otros héroes marítimos » (p. 249). El segundo personaje, « inclinán dose a lo terrestre... sacó a Tetuán y a Zaragoza, poniendo al extran

jero como chupa de dómine, diciendo, en fin, que nuestro porvenir está en Africa y que el Estrecho es un arroyo español » (ibid.). Pero  lo que en verdad se oculta tras esta hueca y conocida retórica es  algo mucho más concreto y positivo. El 10 de febrero de 1873 abdica  Amadeo I y se produce una inmediata baja en la Bolsa de Madrid,  comentada fúnebremente por los burgueses de la novela (p. 139-140).  En diciembre del mismo 1873, en vísperas de la liquidación de la  República, la Bolsa continúa bajando, alarmando más y más a los  capitalistas :

...Venía yo con Cantero de la Junta del Banco. Por cierto que estamos  desorientados. No se sabe dónde irá a parar esta anarquía. ¡ Las acciones  a 138 !... ¡ Pobre España ! Las acciones a 138... ; el consolidado a 13  [Don Baldomero],

— ¿ Qué 13 ?... Eso quisiera usted... Anoche le ofrecían a 11 en el Bolsín  y no lo quería nadie. Esto es el diluvio [Aparisi] (p. 154).

El oportunismo de la burguesía, y sin duda la confianza en su  propio poder, hace que ciertas palabras del marqués de Casa-Muñoz  pronunciadas ante sus amigos el día anterior a la proclamación  de la República sean acogidas con rumor « laudatorio » :

5. Karl Marx y Fredrich Engels, Manifiesto Comunista (Toulouse, 1946 ; traducción de Rafael García Ormaechea), II, 54.

LA CLASE DOMINANTE EN « FORTUNATA Y JACINTA » 737 [pic 3]

diré a ustedes que a mí no me asusta la República : lo que me asusta es  el republicanismo (p. 140).

No se trata de una paradoja ; lo que ello significa es, simplemente,  que la burguesía es indiferente a las formas de gobierno porque  puede seguir controlando la vida del país. No será ocioso citar  al llegar aquí lo dicho por León Trotsky sobre la Segunda República  española, que compara muy apropiadamente con la Primera :

The base of support of the Spanish republicans... is completely on the  present property relations. We can expect them neither to expropriate  the big landowners, nor to liquidate the privileges of the Catholic Church,  nor to cleanse the Augean stables of the civil and military bureaucracy.  The monarchist camarilla would simply be replaced by a republican  camarilla, and we would have a new edition of the short-lived and fruitless  republic of 1873-74 6.

Así pues, no es casualidad que Moreno-Isla, llegando a las raíces  del « patriotismo » burgués, sostenga la idea de que en España no  hay sino tres cosas buenas : « la Guardia Civil, las uvas de albillo  y el Museo del Prado » (p. 598).

Como ya ha sido visto, la caída de la República coincide con una  baja espectacular de la Bolsa. El golpe militar del general Pavía,  instrumento seguro de la burguesía,

había estado admirablemente hecho, según don Baldomero, y el ejército  había salvado una vez más a la desgraciada nación española (p. 273).

Vieja, conocida y significativa frase, desempolvada cada vez que  la clase dominante llega al límite de su resistencia. De la liquidación  de la República en enero de 1873 a la Restauración monárquica de  diciembre, no hay sino un paso lógico y bien medido. A su manera  — una manera simplista y deformada por su manía religiosa — Guil lermina Pacheco lo explica sin que quepa la menor duda posible :

... porque le hemos traído con esa condición : que favorezca la beneficencia  y la religión. Dios le conserve... (p. 581-582).

Y algo parecido dice Baldomero Santa Cruz :

¿ Qué me dices del rey que hemos traído ? Ahora sí que vamos a estar  en grande (p. 598).

Así pues, Fortunata y Jacinta termina precisamente en el momento  histórico en que « the bourgeoisie managed finally to obtain all  control and, in the end, even created a bourgeois king for itself 7 ».

6. The Spanish Revolution, 1931-39 (Nueva York, 1973), p. 83.

7. Blanco Aguinaga, art. cit., loc. cit.

738 JULIO RODRIGUEZ-PUERTOLAS [pic 4]

La avasalladora burguesía maneja también, a otros niveles infe riores, a algunos estratos muy útiles para sus fines, formados por  elementos desclasados, víctimas de la competencia y de la agresividad  de los triunfadores. Así sucede en la novela, por ejemplo, con Plá cido Estupiña y con Juan Pablo Rubín, procedentes ambos del  pequeño comercio, pero fracasados y arruinados. Estupiña acaba  como un satélite menor de los Santa Cruz ; Rubín, antiguo carlista,  acepta « el turrón alfonsino » (p. 646). Uno y otro son utilizados  apropiadamente, cada cual a diferente nivel y de acuerdo con sus  respectivas habilidades 8.

Pero en Fortunata y Jacinta aparece también, y no de forma está tica ni costumbrista, el Cuarto Estado, el Pueblo. Galdós no utiliza  el término proletario o proletariado, quizá porque en el Madrid de  Fortunata no hay proletariado digno técnicamente de tal nombre, y  el poco que pudiera haber carecía, en todo caso, de organización.  El PSOE fue fundado en 1878 — poco después de la muerte de  Fortunata — y contaba inicialmente con 249 afiliados 9. Todo lo que  hay en la novela es un trasfondo difuso de quienes viven por sus  manos en Madrid. Pero Galdós sabe que no ocurre lo mismo en  otros lugares del país, Barcelona como ejemplo máximo. El curioso  viaje de novios de Juanito y Jacinta por varias regiones peninsula res 10 les lleva también a la Ciudad Condal, donde es la joven y no  el Delfín quien se siente profundamente interesada por lo que ve :  las grandes fábricas de tejidos, el « laberinto de máquinas ruidosas  y ahumadas » (p. 87). Es clara la intención de Galdós. Este pasaje es  complemento necesario de todo lo que el novelista ha explicado  previamente acerca del comercio madrileño, alimentado de modo  especial por la industria catalana. La misma Jacinta muestra cómo  con « su claro juicio sabía mirar cara a cara los problemas socia les » (p. 88) :

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