LA CONTABILIDAD MACROECONÓMICA Y EL MEDIO AMBIENTE – ANÁLISIS
DiegoGHidalgoTrabajo1 de Octubre de 2021
3.610 Palabras (15 Páginas)247 Visitas
LA CONTABILIDAD MACROECONÓMICA Y EL MEDIO AMBIENTE – ANÁLISIS
Diego G. Hidalgo Quilca
EL PRODUCTO INTERIOR BRUTO: ALGUNAS CRÍTICAS YA CONOCIDAS
Una economía puede tener un gran crecimiento del PIB, pero estar endeudándose respecto al exterior de forma insostenible, el PIB es un índice utilizado para medir el crecimiento de un país pero que tienen muchas falencias, surge también la duda de si el PIB y sus incrementos son un buen indicador de bienestar social, puesto que se usan no solamente de forma descriptiva (para indicar el nivel de actividad económica), sino también “normativa” (para valorar cómo va la economía).
Algunas críticas fueron presentadas por:
- Los Verdes alemanes hace ya 30 años presentaron interpelaciones en el Parlamento alemán en contra de la Contabilidad Nacional
- El presidente francés Nicolás Sarkozy en el 2009 formó una comisión para medir el rendimiento económico y el progreso social, dirigida por los premios Nobel Joseph Stiglitz y Amartya Sen y el economista francés Jean Paul Fitoussi. La iniciativa se presentó como un esfuerzo para ir más lejos del objetivo del PIB.
- El movimiento feminista ha hecho notar en los últimos 30 años que los trabajos domésticos y de cuidados no remunerados, realizados ahora predominantemente por mujeres, no por gusto o por determinación biológica sino a causa de instituciones sociales que así lo establecen, no están incluidos en el PIB, y que, si lo estuvieran, éste aumentaría, pues contribuirían en una parte importantísima.
- Marilyn Waring autora ecofeminista insistió en el paralelo entre trabajo femenino doméstico no remunerado y servicios de la naturaleza no remunerados (AMBOS NO INCLUIDOS EN EL PIB)
UNA CRÍTICA ECOLÓGICA A LA CONTABILIDAD NACIONAL: EL TRATAMIENTO DEL “PATRIMONIO NATURAL”
En la economía actual encontramos una asimetría en la forma de tratar la depreciación del capital y el desgaste o pérdida de recursos naturales, es diferente la forma de tratar al capital fabricado (máquinas de una fábrica o tractores de una granja) y el dado a los recursos naturales que también son influyentes en los procesos productivos, ya que en el primer caso se aplica la amortización y en el segundo, no, es decir no existe una amortización que lo compense, sino que una disminución de patrimonio natural aparece, por el contrario, como si fuese un ingreso neto.
La pérdida de patrimonio natural (recursos naturales), el carácter no sostenible de parte de lo que aparece como ingreso, no sólo se da cuando utilizamos los recursos no renovables sino también cuando degradamos los recursos renovables.
II.1. Economía ecofeminista
No se trata, de un nuevo movimiento social sino de un movimiento campesino con contenido ecologista y feminista (en el sentido de que las mujeres están muy presentes). Cuando los recursos naturales se degradan, y son amenazados por la expansión del mercado o por el control estatal, es frecuente hallar a grupos de mujeres en la vanguardia del ecologismo.
Desde 1971, grupos de campesinas y campesinos del Himalaya, luchan contra empresas forestales que querían privarles del acceso a los bosques. A eso se le llamó el Chipko Andolan (el movimiento Chipko), palabra que significa “abrazarse”, pues la táctica de lucha fue una resistencia pasiva de tipo gandhiano, abrazándose mujeres, niños y hombres a los árboles que iban a ser derribados por las empresas forestales.
El PIB y el Ingreso Nacional están mal calculados, una crítica parecida se ha venido haciendo a la contabilidad macroeconómica desde el movimiento feminista, pues esa contabilidad no cuenta la aportación gratuita pero tan importante para el bienestar humano del trabajo doméstico no remunerado. La vinculación entre ambos temas, el que proviene del ecologismo y el que proviene del feminismo, ha dado lugar a la economía ecofeminista.
La economía ecofeminista tiene mucha importancia analítica y política porque muestra que muchos trabajos totalmente necesarios para la vida se dan fuera del mercado (el cuidado materno) y no salen en la contabilidad del PIB. Esto también se da con los servicios de la naturaleza como el ciclo de evaporación y de lluvia del agua, la propia energía que llega del sol, la absorción de dióxido de carbono por las plantas, la evolución y coevolución con los humanos de toda la diversidad biológica, el conocimiento de las semillas y de las plantas medicinales.
OTRA CRÍTICA ECOLÓGICA A LA CONTABILIDAD NACIONAL: LOS IMPACTOS AMBIENTALES Y EL CONCEPTO DE GASTOS DEFENSIVOS O COMPENSATORIOS
La crítica ecológica más conocida a la Contabilidad Nacional es que se incluyen los “bienes” pero no los “males” asociados a la obtención y consumo de los primeros, los males se están contando a veces como si fuesen bienes. Gran parte de los gastos de los consumidores y de las administraciones públicas de las economías “avanzadas” se dedican no tanto a obtener bienes como a corregir o evitar los “males” causados por la propia economía.
K. W. Kapp señaló: “nuestras medidas tradicionales de producción y crecimiento en términos de PNB son probablemente cada vez más inadecuadas como indicadores de crecimiento y desarrollo, ya que cada vez mayores cantidades y proporciones del gasto se destinan a proteger y mantener intacta la sustancia de nuestro entorno”
El crecimiento económico está sobrevalorado o incluso lo llamamos crecimiento cuando en realidad deberíamos llamarlo decrecimiento.
DIFERENTES PROPUESTAS FRENTE A LAS CRÍTICAS ANTERIORES
Pensemos, por ejemplo, en la información que haría falta y qué estimaciones serían necesarias para incluir en el producto interior la pérdida de funciones o servicios ambientales como la depuración de residuos (que, si no se hace de forma natural, resulta costosa), la disponibilidad de agua en zonas más o menos áridas gracias a la evaporación por energía solar, la absorción de dióxido de carbono por plantas y océanos o las pérdidas actuales (desconocidas) de biodiversidad, todo esto difícilmente valorables crematísticamente.
A pesar de los muchos años de debate, no existe un producto interior “verde” (o sostenible) ni hay avances sustanciales en esa dirección. En el crecimiento económico actual existe una mezcla difícilmente separable de crecimiento auténtico y de destrucción. Sería, pues, excelente, llegar al consenso sobre cómo medir o contabilizar el Ingreso Nacional genuino.
Pero como un primer indicio de debate tenemos la famosa propuesta de Herman Daly que incluso va más allá de la corrección ambiental para proponer una medida del “bienestar económico sostenible”.
La perspectiva del análisis del flujo de materiales representa uno de los avances más importantes en la contabilidad del metabolismo social en términos de flujos físicos.
Otro de los instrumentos para avanzar en el análisis de la relación entre economía y presión ambiental (relacionando unidades físicas y unidades monetarias) son las tablas input-output ampliadas ambientalmente en lo que se conoce como sistema NAMEA que ha avanzado mucho en Europa.
Es importante destacar que no se trata de llegar a un nuevo indicador sintético y único que tenga en cuenta los aspectos ecológicos, sino de analizar una rica variedad de estadísticas físicas, que se supone complementan o suplementan la contabilidad macroeconómica habitual, aunque están expresadas en unidades de medida distintas.
LAS CORRECCIONES ECOLÓGICAS DE LOS AGREGADOS MACROECONÓMICOS
Los recursos no renovables: “sembrando el petróleo”
Hay en principio dos tratamientos posibles para afrontar monetariamente el problema de la sobrevaloración de la “producción” que resulta de no considerar la pérdida de patrimonio que representa el agotamiento de recursos naturales.
El primer planteamiento, ya apuntado y criticado, consiste en equiparar los dos tipos de “capitales”: natural y fabricado, y descontar también la depreciación del primero al pasar del PIB al PIN o, en general, al pasar de las macromagnitudes “brutas” a las “netas”. Cualquiera de los criterios depende en sus resultados de los fluctuantes precios de los recursos: la pérdida de “capital natural” correspondiente a la extracción de cada barril de petróleo sería más grande o más pequeña en función.
En un primer estudio atendiendo a los valores de mercado, calculó la pérdida de patrimonio ligada a las tres principales actividades exportadoras del país: los bienes agrícolas, la madera y el petróleo, y la utilizó para reducir las cifras oficiales de crecimiento económico. En el estudio se valoran disminuciones estadísticas de reservas de petróleo, pérdidas de tierra fértil y de superficie forestal para el periodo 1971 y 1984, la conclusión fue que, al excluir dichos valores, la tasa anual media de crecimiento pasaría de una cifra oficial superior a 7% anual a la más modesta de cuatro por ciento.
Un planteamiento más sofisticado es el de El Serafy que plantea la idea de entender el medio ambiente como un “capital natural” que necesita ser amortizado, y cuyo uso implica un coste por su “desgaste”. El Serafy admite que la naturaleza tiene propiedades específicas, pero, por razones más bien prácticas, asimila a la naturaleza como parte del factor capital y construye una propuesta de corrección de la contabilidad nacional habitual. Este planteamiento incorpora la necesidad de amortizar el capital ambiental si éste es renovable, como lo haría un empresario con sus maquinarias, pero lo original de la propuesta es en lo concerniente a los recursos no renovables.
...