LA INFLUENCIA DE LOS MEDIOS EN LOS JOVENES

LA INFLUENCIA DE LOS MEDIOS EN LOS JÓVENES

Los seres humanos nacen inocentes ante el mundo que los rodea y esa inocencia puede traducirse como en una especie de objetividad, porque es hasta cuando se adquiere el uso de razón en la etapa de la niñez que una persona empieza a cuestionarse sobre el mundo y empiezan a desarrollar posiciones que van más allá de la presunción, así otras personas tengan el criterio para considerarlas verdaderas o falsas. Entonces aparece el otro concepto, el de la subjetividad, que es una manera de ver el mundo pero desde el punto de vista del sujeto, unas veces posiciones imparciales ante los hechos que ocurren a diario, y otras veces parciales que vulneran y afectan los derechos de otros sujetos.

Cuando una persona llega a la etapa de la adolescencia, que es la etapa donde un niño se vuelve adulto, empiezan una serie sucesos que hacen que esta etapa sea muy importante. Es donde ocurre la madurez sexual y donde empiezan verdaderamente los sentimientos de realizarse como persona, de ser alguien en la vida y ser independiente. El entorno influye mucho en la personalidad del ser, desde las enseñanzas de los padres, lo que se aprende en el colegio, las enseñanzas religiosas si las hay y otros factores que permiten diferenciar de una u otra manera lo que moralmente está bien de lo que está mal. Pero hay un factor diferencial que también influye y mucho más en estos tiempos que son los medios de comunicación.

Los jóvenes encuentran en la adolescencia la necesidad de una identidad personal y algunos captan los valores del entorno donde interactúan, y se comportan conforme a ellos. Es aquí cuando intervienen los medios de comunicación y es de donde se toman los modelos, según los cuales encuentran una ‘‘identidad’’ que consiste en rechazar el ambiente en que viven y construir un camino independiente. Debido a ello, los medios de comunicación funcionan como un arquetipo para los adolescentes, especialmente la televisión.

Los jóvenes están comparando el mundo de la televisión con su propio mundo social de acuerdo a una serie de criterios con los que evalúan la veracidad de lo que se ve en televisión y es este medio el que presenta una mayor difusión. Bourdieu afirma que: ‘‘por ejemplo, la televisión puede hacer que una noche, ante el telediario de la noche, se reúna más gente que la que compra todos los diarios franceses de la mañana y de la tarde juntos’’ . Esta afirmación muestra el poder que ostenta la televisión sobre otros medios de comunicación. La televisión influye sobre la adolescencia de manera directa.

La adolescencia es una etapa que se caracteriza por el aumento en la autoconciencia, por lo que los jóvenes son especialmente susceptibles a las imágenes que provienen de los medios y son utilizadas como fuente de información y comparación en la búsqueda de su identidad. Aseguran que las imágenes mostradas por algunos espacios que retratan hogares felices son rechazadas por los adolescentes que viven una vida muy alejada de lo que allí se muestra y, aquellos otros que perciben semejanza entre su familia y la que muestran en la televisión, toman imágenes y estereotipos de ella de forma natural. En tal caso no hay contrariedad y por tanto no hay diferencia, pero aquellos que viven situaciones familiares muy alejadas a las mostradas en esos espacios reaccionan contra ellas.

Los medios son como espejos que crean necesidades en las personas. Dice Hoezen Polack en su texto que: ‘‘sabemos que según Lacan el sujeto, es el sujeto del deseo, que es la esencia del hombre. Este sujeto, una vez entrado en el lenguaje, quedará dividido y marcado por la ineliminable carencia de un objeto perdido, un vacío que, muy a menudo intenta de llenar y tapar de modo patético o patológico’’ . Este texto se puede interpretar que mientras los jóvenes se adentran más hacia los medios y aceptan lo que estos les brindan, se van creando una necesidad, o tal vez varias, que luego no se pueden satisfacer, influyendo de manera directa en la personalidad del sujeto e incluso en la salud.

Los medios de comunicación nos presentan a los jóvenes, mediante películas, series, realities, y hasta algunos falsos programas de denuncia social, como personas a quienes se les asignan cualidades que la mayoría de ellos no tienen, o bien, los presentan sumergidos en una realidad de la que carecen tanto en su entorno familiar como social. A su vez, los medios obtienen un interés o ‘‘beneficio’’, del que de manera frecuente hacen aparecer la conducta de los jóvenes con las características anteriormente señaladas, para con ello crear el efecto de algo primordial o muy importante.

Los medios poseen una cantidad de recursos con los que los jóvenes están en contacto e influyen en la elaboración de su propia identidad. Estos cuentan con un conjunto de técnicas, las cuales funcionan de la misma manera para hombres o mujeres y que son utilizadas para negociar la identidad juvenil. Con todos esos recursos y fuentes que conforman su experiencia mediada creen tener la idea de una estabilidad del ser y de una identidad única teniendo, por el contrario, un resultado negativo por encima de lo que en realidad ocurre en el corazón de los jóvenes.

Ante un ambiente que carece de las enseñanzas y reflexiones de los adultos y por ende, de modelos que fomenten una actitud positiva ante el mundo, la comunicación por medios, en cierta medida hace que los jóvenes busquen o pongan su atención en el encuentro con personas que representan ámbitos sociales y culturales variados. Esto provoca que el adolescente se cuestione sobre sus propios puntos de vista y entre como en una especie de conflicto

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