LA INSTITUCIÓN Y LA DIVERSIDAD SOCIOCULTURAL

LA INSTITUCIÓN Y LA DIVERSIDAD SOCIOCULTURAL

La diversidad sociocultural en la enseñanza de la Historia

Diversidad sociocultural se define como la convivencia de dos o mas culturas dentro de un mismo territorio, en donde hay cierto grado de aceptación en este contexto, México, es un país con pluriculturalidad, donde conviven diferentes grupos nativos, originarios, que en algún, según si espacio geográfico, tendrán que convivir, por lo general en los espacios áulicos de educación de nuestro país.

        Con la llegada de migrantes esta diversidad aumenta, compartiendo cada vez más elementos para compartir y diferencias para aceptar, y es la educación la que se debe convertir en un pilar de la inclusión de todas estas voces. En el informe de Jaques Delors a la Unesco de 1996, proponen 4 reglas básicas para lograr la inclusión, estas son:

• Aprender a conocer, mediante el dominio de técnicas instrumentales encaminadas a conocer nuestro entorno.
• Aprender a hacer, mejor junto a otros, aunque sean diferentes, que en soledad o en compañía de aquellos que son como yo.
• Aprender a vivir juntos, donde cada uno respete las diferencias de los demás y aprenda de ellas para conformar un mundo mejor.
• Aprender a ser, donde cada uno debe desarrollar su propia personalidad. Basándonos en estos principios básicos la sociedad en general y la escuela en particular debe plantearse como objetivo prioritario lograr que desde los más pequeños a los de más edad, tanto de forma individual como de forma colectiva convivan en paz y en armonía a partir del conocimiento de la cultura del resto de los individuos que conforman la sociedad que hoy nos ha tocado vivir a todos.

Aquí es donde entra la función social de la historia que es “dotar a los grupos humanos de identidad y de sentido colectivo” (2012) (E. Florescano. La Función Social de la Historia. México D.F. Fondo de Cultura Económica). Es este sentido el que tenemos que trabajar para lograr la inclusión respetando la cultura originaria de los actores de esta trama.

Por eso la escuela, y la enseñanza de la historia, debe  ahora “superponer nuevos conocimientos validados en instancias globales” (2007) (Carretero M. “La construcción de la memoria histórica en un mundo global”. Buenos Aires Paidós). Ya no solo nos debemos enfocar en enseñar la historia patria, ahora, debemos generar una historia reflexiva, que, en base al análisis de fuentes históricas, los alumnos creen su propio conocimiento y lo adopten a su conocimiento cultural sin que se imponga una visión nacionalista forzada a aprenderse y modificar su visión de la realidad trastocando su identidad.

Para concluir, la institución escolar debe dejar ser inclusiva solo en los documentos, evitar la estandarización de la educación por cumplir estigmas internacionales y permitir la libre adecuación de sus programas educativos y la elección de la práctica pedagógica, que mas se amolde a sus contextos multi y pluricultural.

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