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LA RIQUEZA DE LAS NACIONES

ferchotkd5 de Mayo de 2014

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CAPÍTULO 1. LA RIQUEZA DE LAS NACIONES

Situados después de la segunda guerra mundial, en una situación en la que las necesidades de todo tipo afloran, principalmente el desabasto de la comida, y la necesidad de emplearse es la que nos atiende, cuando a raíz de su experiencia y de sus largas caminatas de meditación, Adam Smith, crea su obra magna, que describe el desarrollo de los puebles a los que visita y de los oficios que él conoce.

De la misma forma analiza todas las situaciones en las que los trabajadores se emplean y por su andar identifica varias formas de trabajar para desarrollar los mismos oficios de empleando diferentes estrategias de desarrollo y de creación.

Mediante la implementación de varios ejemplos es como Adam Smith, nos muestra y nos encamina hacia la especialización del trabajo, el análisis de segmentar cada parte de la labor para ser mejor en cada parte de la producción y mantener así la calidad de los productos, aumentando la producción y aumentando la mano de obra es como se va desarrollando esta parte de la historia.

Sabemos que por ejemplo el producir un alfiler, clavos, herrajes o hacer producir la tierra implicaba solo el trabajo de una persona, la cual para poder realizar su trabajo de calidad requiere de mucho tiempo y que a la vez la cantidad producida era mínima, poco a poco con la implementación de más personas que se especializaran en cada segmento de la creación del producto fueron descubriendo que podían incrementar su producción, siempre y cuando los encargados de cada segmento del proceso de producción se especializaran en la parte que a ellos les tocara, lo cual permitía si mantener la calidad, pero de la misma forma incrementar la producción, sabiendo que el único decremento era el empleo de más mano de obra.

Otra de las cosas que empezó a descubrir Smith fue que con estos avances fueron desarrollándose y apareciendo grandes inventores, mismos que poco a poco fueron eficientando aún más la producción de las organizaciones, inventores que a través de su ingenio incurrieron en pequeños avances para el desarrollo de las actividades, desde acortar los pasos del proceso, pasando por darles una línea de producción, es decir, alinear los procesos para disminuir los tiempos y los traslados de las partes del producto para así eficientar y aumentar la producción, hasta los grandes inventos para arar la tierra y desarrollar procesos de producción automatizados o de alguna manera más mecánicos donde poco apoco fue disminuyendo la mano de obra.

También descubre y analiza que no solo las personas que se designan inventores son aquellos únicos que tiene la capacidad y el ingenio para realizar inventos y generar creaciones, debido a todas las necesidades contraídas por la segunda guerra mundial, también se crea una disminución considerable de la población masculina quien era la que primordialmente producía, dando paso a la implantación de pequeños mecanismos de apoyo para el desarrollo de productos y la disminución de personal, por ejemplo la utilización de una cadena para tirar de la tapa de la caldera para dejar salir el vapor es un pequeño mecanismo que disminuye el trabajo humano y eficienta la producción.

Se comienzan a modificar la maquinas de tal manera que no necesitara a un hombre que estuviera pegado a ellas para poder operar, ya que la máquina de vapor es la que tiene el primer cambio que le permite funcionar automáticamente, y es así como los fabricante inician una modificación en la producción de maquinas de tal manera que se sustituya el hombre.

Surge la elaboración de productos por áreas o por etapas ya era imposible que un obrero elaborara un producto él solo ya que necesitaba de otros obreros para la obtención de un producto terminado. Como era el caso para producir un abrigo primero El pastor tenía que, clasifica la lana, el cardador, el amanuense, el tintorero, el hilandero, el tejedor, el batanero, el sastre, y otros muchos, tuvieron que conjugar sus diferentes oficios para completar una producción. Así como los transportistas que lo llevaban a los lugares más retirados.

CAPÍTULO 2. DIVISIÓN DE TRABAJO.

La división del trabajo ha sido esencial para la sobrevivencia del ser humano, es por ello que en este libro tiene un enfoque muy importante y hace mención que el ser humano siempre realiza una tarea si alguna otra persona hace otra a cambio. Es decir que busca cambiar o negociar una cosa por otra.

Es por ello que cuando se hizo este libro se analizo la ideología del humano y se comparo con algunos otros seres que no hacen lo mismo, ya que aunque el ser humano siempre busca un beneficio propio tiende a ser más sociable y a trabajar en equipo.

Cuando el humano busca algo que lo beneficie sabe a dónde acudir y realiza una transacción, lo que antes se le llamaba trueque. Dame lo que necesito y tendrás lo que deseas, es el principio de cualquier oferta.

La especialización

Otro punto muy importante a destacar de este libro es la especialización y esto es cuando existen productos que satisfacen las necesidades de manera parcial o temporal y otras que solo las satisfacen, pero algunas veces son tan buenos los productos que se ofertan que cuando se realiza una transacción quedan las 2 partes satisfechas.

El ejemplo que mencionaba este autor era el de una tribu una persona es más hábil en hacer flechas y arcos, generalmente los va a cambiar a otro de la tribu que sea mejor cazador, por carne o caza y él se dedicara a la confección de arcos y flechas. Así como esta persona es buena en hacer arcos y flechas, hay otra que es buena en hacer la cubierta para las carpas, este es el carpintero.

DEL PRINCIPIO QUE MOTIVA LA DIVISIÓN DEL TRABAJO

Esta división del trabajo, que tantas ventajas reporta, no es en su origen efecto de la sabiduría humana, que prevé y se propone alcanzar aquella general opulencia que de él se deriva. Es la consecuencia gradual, necesaria aunque lenta, de una cierta propensión de la naturaleza humana que no aspira a una utilidad tan grande: la Propensión a permutar, cambiar y negociar una cosa por otra.

El hombre utiliza las mismas artes con sus semejantes, y cuando no encuentra otro modo de hacerlo actuar conforme a sus intenciones, procura granjearse su voluntad procediendo en forma servil y lisonjera. Mas no en todo momento se le ofrece ocasión de actuar así.

En una sociedad civilizada necesita a cada instante la cooperación y asistencia de la multitud, en tanto que su vida entera apenas le basta para conquistar la amistad de contadas personas. En casi todas las otras especies zoológicas el individuo, cuando ha alcanzado la madurez, conquista la independencia y no necesita el concurso de otro ser viviente. Pero el hombre reclama en la mayor parte de las circunstancias la ayuda de sus semejantes y en vano puede esperarla sólo de su benevolencia. La conseguirá con mayor seguridad interesando en su favor el egoísmo de los otros y haciéndoles ver que es ventajoso para ellos hacer lo que les pide. Quien propone a otro un trato le está haciendo una de esas proposiciones. Dame lo que necesito y tendrás lo que deseas, es el sentido de cualquier clase de oferta. y así obtenemos de los demás la mayor parte de los servicios que necesitamos.

Es cierto que la caridad de gentes bien dispuestas le suministra la subsistencia completa; pero, aunque esta condición altruista le procure todo lo necesario, la caridad no satisface sus deseos en la medida en que la necesidad se presenta: la mayor parte de sus necesidades eventuales se remedian de la misma manera que las de otras personas, por trato, cambio o compra. Con el dinero que recibe compra comida, cambia la ropa vieja que se le da por otros vestidos viejos también, pero que le vienen mejor, o los entrega a cambio de albergue, alimentos o moneda, cuando así lo necesita. De la misma manera que recibimos la mayor parte de los servicios mutuos que necesitamos, por convenio, trueque o compra, es esa misma inclinación a la permuta la causa originaria de la división del trabajo.

En una tribu de cazadores o pastores un individuo, pongamos por caso, hace las flechas o los arcos con mayor presteza y habilidad que otros. Con frecuencia los cambia por ganado o por caza con sus compañeros, y encuentra, al fin, que por este procedimiento consigue una mayor cantidad de las dos cosas que si él mismo hubiera salido al campo para su captura.

Es así cómo, siguiendo su propio interés, se dedica casi exclusivamente a hacer arcos y flechas, convirtiéndose en una especie de armero. Otro destaca en la construcción del andamiaje y del techado de sus pobres chozas o tiendas, y así se acostumbra a ser útil a sus vecinos, que le recompensan igualmente con ganado o caza, hasta que encuentra ventajoso dedicarse por completo a esa ocupación, convirtiéndose en una especie de carpintero constructor. Parejamente otro se hace herrero o calderero, el de más allá curte o trabaja las pieles, indumentaria habitual de los salvajes. De esta suerte; la certidumbre de poder cambiar el exceso del producto de su propio trabajo, después de satisfechas sus necesidades, por la parte del producto ajeno que necesita, induce al hombre a dedicarse a una sola ocupación, cultivando y perfeccionando el talento o el ingenio que posea para cierta especie de labores.

La diferencia de talentos naturales en hombres diversos no es tan grande como vulgarmente se cree, y la gran variedad de talentos que parece distinguir a

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