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La Riqueza De Las Naciones


Enviado por   •  22 de Febrero de 2014  •  4.020 Palabras (17 Páginas)  •  188 Visitas

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La riqueza de las Naciones.

I. La División del Trabajo.

Este capítulo habla de cómo ha evolucionado el trabajo, el trabajo con una división de tareas, ha hecho a las empresas por medio de las personas mucho más productivas. Por otro lado dice que los países ricos deberían ser más productivos que los países más pobres, distingue que los países ricos son más productivos donde poseen industrias especializadas. Smith reconoce tres circunstancias en la división del trabajo:1) La Especialización, los trabajadores a medida que repiten un trabajo van adquiriendo nuevas habilidades y haciendo el trabajo mucho más rápido, dedicándose una sola labor, que a varias distintas. 2) Tiempo de puesta a punto. Si los trabajadores deben cambiar constantemente de actividad, hay un tiempo que se pierde mientras termina una y comienza otra (set up o puesta a punto de actividad o una maquina), cuando un trabajador comienza una nueva actividad nunca está preocupado al 100% de esa labor, por ende tiene un tiempo perdido hasta que logra trabajar eficientemente. 3) Maquinaria, factor que ha mejorado la productividad (maquinaria para un trabajo determinado. Como el trabajador se encuentra especializado en una máquina él puede realizar mejoras a ellas, para aumentar su productividad. El aumento de productividad conlleva una mayor producción de bienes, por esto las personas son capaces de transar estos bienes a la vez con otros productores de otros bienes. Al tener más bienes puede transar a su vez con más personas, es decir, hay una redistribución de bienes hacia las personas que tienen menos o más pobres, ya que ahora pueden comprar bienes que antes no podían.

II. Del Principio que motiva la División del Trabajo.

Lo que motiva principalmente a la división del trabajo es la necesidad del hombre de permutar, cambiar y negociar una cosa por otra. Cuando alguien necesita algo va donde la persona lo tiene y lo persuade para obtenerlo, dame lo que necesito y tendrás lo que deseas, es el principio de cualquier oferta. La necesidad de permutar o comprar cosas es lo que originó la división del trabajo. Pone como ejemplo una tribu, una persona es más hábil en hacer flechas y arcos, generalmente los va a cambiar a otro de la tribu que sea mejor cazador, por carne o caza y él se dedicara a la confección de arcos y flechas. Así como esta persona es buena en hacer arcos y flechas, hay otra que es buena en hacer la cubierta para las carpas, este es el carpintero.

Los hombres son iguales, la especialización en determinadas actividades no es la causa de la división sino el efecto de ella. Por ejemplo lo hombres nacen iguales, si uno ve dos niños hasta la edad de los 8 o 10 años no hay diferencias, después de esta edad comenzaran a diferenciarse según el grado de educación y sus gustos personales.

III. La división del trabajo se halla limitada por la extensión del mercado

Así como la facultad de cambiar motiva la división del trabajo, la amplitud de esta división se halla limitada por la extensión de aquella facultad o por la extensión del mercado. Cuando este es muy pequeño nadie se anima a dedicarse por entero a una ocupación por falta de capacidad para cambiar el sobrante del producto de su trabajo, en exceso del propio consume, por la parte que necesita de los resultados de la labor de otros

IV. Del origen y uso de la moneda.

Al implantarse la división del trabajo, el hombre vive en régimen de intercambio. Las dificultades del trueque crean la adopción de un bien económico como dinero. Tan pronto como se estableció la división del trabajo solo una pequeña parte de las necesidades de cada hombre se pudo satisfacer con el producto de su propio trabajo. El hombre cubre sus necesidades cambiando el remanente del producto de su esfuerzo, por otras porciones del producto ajeno. El hombre vive así, gracias al cambio, convirtiéndose en mercader. El hombre tenía una mercancía más de lo que necesitaba, en tanto otro disponía de menos. El primero en consecuencia, estaría dispuesto a desprenderse del sobrante, y el segundo, a adquirir una parte de ese exceso. Si este último no contaba con nada de lo que el primero podía necesitar, no era posible un cambio entre ellos. A fin de evitar inconvenientes, todo hombre, procuro manejar sus negocios de tal forma que en todo momento pudiera disponer, además de los productos de su actividad peculiar, de una cierta cantidad de cualquier otra mercancía. En todos los países resolvieron dar preferencia para este uso a los metales, sobre todas las demás mercaderías. Estos eran menos perecederos y además se podían dividir en las partes que quisiera. El uso de metales tenía dos inconvenientes, la incomodidad de pesarlos, y la de contrastarlos. Para evitar esto, facilitar los cambios y fomentar el comercio y la industria, se colocó un sello público sobre aquellos metales que acostumbraban a usar naciones para comprar todo tipo de mercaderías. Es así como la moneda se convirtió en instrumento universal de comercio en todas las naciones civilizadas, y por su mediación se compran, venden y permutan toda clase de bienes.

V. Del precio real y nominal de las mercancías, o de su precio de trabajo y de su precio de moneda.

El valor de cualquier bien, para la persona que lo posee y quiera cambiarlo por otros, es igual a la cantidad de trabajo que pueda adquirir por mediación de ese bien. El trabajo, por consiguiente, es la medida real del valor en cambio de toda clase de bienes. El dinero contiene el valor de una cierta cantidad de trabajo, que nosotros cambiamos por las cosas que encierran la misma cantidad de trabajo. La riqueza le da a una persona los medios para adquirir poder. Su riqueza es mayor o menor en proporción a la amplitud de esa facultad, o la cantidad de trabajo o producto ajeno, que aquella riqueza le coloca en condiciones de adquirir. Pero aunque el trabajo es la medida real del valor en cambio de todos los bienes, generalmente no es la medida por la cual se estima ese valor. Es más frecuente que se cambie un artículo con otros y no con trabajo. Desde que el dinero se convirtió en el instrumento común de comercio, es más frecuente cambiar cualquier mercancía por dinero, y no por otra cosa. El trabajo, al no cambiar el valor, es el único y definitivo patrón efectivo, por el cual se comparan y estiman los valores de todos los bienes. el trabajo, como los otros bienes, tiene un precio real (la cantidad de cosas necesarias y convenientes que mediante él se consiguen) y otro nominal (la cantidad de dinero).

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