La Banalidad De La Cultura Contemporánea

LA BANALIDAD DE LA CULTURA CONTEMPORÁNEA

“Solo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe... Sólo la cultura de libertad... No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamiento. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura.”

Miguel de Unamuno

El libro La civilización del espectáculo Mario presenta al lector una lectura de la sociedad actual desde la perspectiva de su autor Vargas Llosa, cuya tesis principal se basa en la banalización de las artes, la literatura, el triunfo del periodismo amarillista y la frivolidad de la política, y cómo ello ha contribuido poco a poco a la perversión, degradación y pronta desaparición de la cultura.

Dentro de los argumentos que retoma el autor, se puede encontrar como éste parte del concepto de cultura, entendida por el autor como “una propensión del espíritu, una sensibilidad y un cultivo de la forma que da sentido y orientación a los conocimientos” pg. 16, y desde allí da comienzo a lo que sería en cuerpo de su tesis, dando paso a un conjunto de ideas bastante acertadas acerca de la vaga oferta cultural en lo que se refiere a los medios de comunicación, la literatura, el cine, el arte, la música, la política, la religión, el sexo, entro otras tantas. Todas ellas apuntando a la premisa de cómo la vida ha dejado de ser vivida para ser representada y de cómo toda actividad intelectual en la actualidad se basa en acciones como divertirse o escapar del aburrimiento, mientras se sacia la curiosidad perversa de unos cuantos.

Desde mi punto de vista, acuerdo y retomo la idea de que en la época actual, se vive en una sociedad regida bajo los fenómenos de complacencia y autosatisfacción. Que estamos sumergidos en una sociedad de pensamiento negligente y hedonismo barato constante, en la que personas intelectuales, cuyo pensamiento es crítico y va mucho más allá del de la masa, son señaladas y ridiculizadas. Para hacerme precisar, me permito citar un fragmento del libro que dice así: “Nuestra época, conforme a la inflexible presión de la cultura dominante, que privilegia el ingenio sobre la inteligencia, las imágenes sobre las ideas, el humor sobre la gravedad, la banalidad sobre lo profundo y lo frívolo sobre lo serio” pag. 47. De esta manera se evidencia una noción de cultura conformista e indolente que busca el menor esfuerzo intelectual posible.

Asimismo, encuentro paradójico el hecho de que a pesar de las innumerables facilidades y medio tecnológicos presentes en la actualidad, y del fácil acceso a información de cualquier índole, nuestro discernimiento a cerca de los diferentes sucesos importantes y nuestra posición frente a todo lo que está pasando en el mundo sea nulo, que seamos incapaces de hacer interpretaciones del mundo que nos rodea. Por otra parte,

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