La Emigración

La emigración

La emigración ha existido desde inicios de la humanidad, donde el individuo se desplazaba por diferentes motivos hacia otro lugar en busca de un mejor porvenir, ya sea de manera voluntaria u obligada. Con el pasar de los años, se ha convertido en un fenómeno social, una realidad universal, que se sigue dando y crece considerablemente, es aquí donde surge la interrogante ¿La emigración separa familia y forma otra?

En el presente ensayo voy a analizar la obra Tagua, una historia de ultramar de Ricardo de la Fuente, en la que su protagonista emigró desde Alemania hacia Manta-Ecuador, para trabajar en Casa Tagua durante los años previos a la segunda guerra mundial, como lo relata el autor: “……… había acudido a una pequeña oficina comercial de la calle Willbermstrasse, atraído por un pequeño anuncio en el periódico de la ciudad. “Se necesitan jóvenes para un interesante trabajo en ultramar. Traer los documentos en regla”. (De la Fuente, 2007, p.17). Rudi Reinholf, un joven de origen alemán, de clase media, proveniente de una familia que había sufrido las consecuencias ocasionadas por la derrota de la primera guerra mundial. Crece en un ambiente tétrico, de necesidades como: desempleo, hambre, etc., y con un padre con ideas socialistas diferentes a la del hijo, que quería pertenecer a las Juventudes Hitlerianas, lo cual era motivo de discusiones entre ambos. Este viaje sería como una salida a la vida improductiva que llevaba, y decide probar suerte, sin importarle la causa que ocasionaría su ausencia dentro de la familia. A la madre no le gusta la idea de apartarse del hijo, pero comprendía que era lo mejor para el hijo, alejarse de la violencia que afectaba al país, y encontrar un trabajo útil. El padre consideró que era una idea extraordinaria y le deseó suerte.

En Tagua lo que le ocurre al joven alemán al dejar su lugar de origen, lo relaciono con la poesía “Felices los normales” porqué la voz poética manifiesta: “Pero que den paso a los que hacen los mundos y los sueños. Las ilusiones, las sinfonías, las palabras que nos desbaratan”. Rudi, un joven arriesgado, que vive la vida intensamente, sin riesgos, pertenece a este grupo, que no se detiene ante nada, decide probar suerte en un país que ni siquiera conoce y alejarse de los seres que ama.

Diez días más tarde, se despide de la familia, y emprende el viaje, desde el puerto de Hamburgo en el barco “Venturoso”, allí empieza una nueva vida, la familia consanguínea ha quedado atrás, durante el viaje que dura casi un mes, se encuentra con dos jóvenes compatriotas Klaus y Hans, con quien comparte el camarote, y forman una unión entre los tres, como una familia, ya que lo único que los unía era su nacionalidad y el mismo deseo que tenía Rudi por ir al otro lado del mundo, en busca de algo desconocido.

Esta historia del joven alemán la relaciono con el cuento “Banda de pueblo” de José de la Cuadra, en la que el autor nos narra: “Contando al muchacho, eran siete de la costa y dos de la sierra. Se habían ido juntando al azar, al azar de los caminos. Y ahora los unía prietamente un lazo fuerte de solidaridades….” (De la Cuadra, 2014, p.112). Los integrantes de la banda tuvieron que salir de su lugar de origen, abandonar a la familia biológica, para conformar la banda, e ir tocando por los diferentes lugares, a pesar que no los unía un lazo sanguíneo, y a pesar de sus diferencias culturales; este grupo de músicos formó una familia.

Cuando los jóvenes alemanes llegaron a Manta y fueron recibidos por Kurt Trepper, otro compatriota alemán y asistente en la Casa Tagua, los jóvenes se presentaron ante él, y éste les dio la bienvenida, luego los acompañó hasta el lugar donde se hospedarían. El autor relata

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