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La Era De Las Turbulencias


Enviado por   •  31 de Julio de 2013  •  2.184 Palabras (9 Páginas)  •  1.222 Visitas

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En el apartado “La agenda de un demócrata”, nos comenta acerca de su contacto con el presidente Clinton y su esposa Hilary. Según Alan, dice que Clinton tenía una agenda económica ambiciosa, quería rebajar los impuestos sobre la clase media, reducir la mitad del déficit federal, estimular el crecimiento del empleo, aumentar la competitividad de los Estados Unidos, invertir en la infraestructura de la nación entre otras cosas.

Desde la perspectiva de la FED el déficit era con diferencia la preocupación que necesitaba una solución más rápida, esto Greenspan ya lo había hecho saber en el mandato de Bush y en esta administración era todavía peor. Se habían creado más de un millón de nuevos empleos desde principios de 1991, pero los tipos de interés a largo plazo seguían empecinadamente altos. Para la alegría de Alan, Clinton parecía comprometido, esa sensación se vio reforzada cuando Clinton anuncio como cúpula económica una serie de rostros conocidos.

Como toda nueva administración, la Casa Blanca de Clinton tuvo que correr para disponer con habilidad de su primer presupuesto, en diciembre la Oficina de Gestión y Presupuesto ofreció un análisis cuta

En este primer bloque de páginas del libro Alan Grennspan nos habla acerca de su paso por la FED (Reserva Federal de los Estados Unidos), como presidente.

Y nos dice que en si, su trabajo no era conducirla sino designar aun miembro de la junta para esto, lo que le dejaba tiempo para concentrarse en lo que le importaba que era la economía.

En la era de R. Reagan (El llamado lunes negro) la economía tenía claros indicios de inestabilidad, desde principios del 1988 el índice Dow Jones se había elevado por encima de los 2.000, la bolsa había subido más de un 40 por ciento y Wall Street vivía una banalidad especuladora, el enorme déficit gubernamental provoco que la deuda pasará de los 700.000 millones de dólares a hasta más de 2 billones de dolares en ese año, el dólar estaba cayendo.

Greenspan pensó que en esos momentos un aumento a los tipos sería lo mejor pero no lo manifestó por ser una decisión arriesgada, hasta que el 4 de septiembre en una reunión con la junta directiva se determino por unanimidad que la tasa pasara del 5.5 al 6 por ciento, intentando frenar la economía haciendo el dinero más caro para pedir prestado.

Pero en octubre hubo principios de pánico, ya que la bolsa patino y el viernes 16 el índice Dow Jones cayo 108 puntos, Alan tuvo que volar a Dallas para una convención de la Asociación Americana de Banqueros y las cosas seguían de mal en peor ya que al llegar lo primero de que se entero fue que la bolsa había bajado 508 puntos, la mayor perdida de la historia. En esta situación lo mejor era regresar a Washington y Howar Baker(jefe del Gabinete del Presidente Reagan) mando un avión militar para recogerlo.

Ante este panorama la bolsa planeaba cerrar, lo que le pareció una autentica catástrofe, pero no se llevo acabo ya que se materializaron compradores.

La FED ataco la crisis desde dos frentes, Gerry Corrigan (presidente de la FED Nueva York)se encargo de dialogar con los bancos de inversión y las gigantescas operadoras que no dejaran de hacer negocios, mientras tanto se seguía aportando liquidez al sistema. También pusieron manos a la obra en el frente político y Alan se reunió con Reagan en la casa blanca.

Poco a poco los precios de los diversos mercados se estabilizaron y en contra de los temores generalizados, la economía aguanto firme y creció a un ritmo anual del 2 por ciento durante el primer trimestre de 1988 y una tasa acelerada del 5 por ciento durante el segundo. Para principios de este año el Dow Jones se había estabilizado en torno a los 2.000 y las acciones retomaron una trayectoria ascendente, esto fue una primera manifestación del aguante económico que tanto se destazaría posteriormente.

Alan nos comenta que la FED y la casa blanca no son aliados y aunque todos sus directivos son nombrados por el presidente, sus cargos son semipermanentes.

Cuando George Bush gano la presidencia, Alan tuvo la esperanza de que la FED y su administración se entendieran, Bush por su parte en su discurso de aceptación dijo “Léanme los labios, ni un impuesto más”

La principal preocupación de la FED era que la nueva administración acometiese el déficit en el acto, ya que cuando el gobierno gasta de más tiene que pedir prestado para equilibrar sus cuentas y esto lo hace vendiendo bonos del Tesoro. Alan destaco el problema justo después de las elecciones, diciendo que el déficit ya no era problema del mañana, y que si actuaban enseguida los efectos serían cada vez más perceptibles, y con cierta inmediatez. El entendimiento esperado por Greenspan y la casa blanca nunca llego ya que sucedieron grandes cosas: la caída del muro de Berlín, el final de la guerra fría, una clara victoria en el Golfo Pérsico y la negociación del TLC de América del norte y como la economía era el talón de Aquiles de Bush esta relación fue nefasta.

Bush se las vio con un empeoramiento del déficit comercial lo que hizo faltar a su promesa de no imponer nuevos impuestos en julio de 1990 y en 1991 la recuperación fue lenta y anémica, lo que convirtió su lema en un medio eficaz para que Bill Clinton lo derrotara en la selecciones de 1992, a pesar de que la economía había crecido en ese año un 4.1 por ciento.

Entonces dos factores complicaron el panorama económico: el primero fue el derrumbe del sector estadounidense de las instituciones de ahorro y préstamo, la inflación de los 70 acabó con centenares de ellas. La inflación provoco un brusco aumento de los tipos de interés tanto a corto como a largo plazo lo que puso a estas instituciones en tremendos aprietos, el Congreso realizo intentos de apuntalar la industria pero solo logro empeorar el problema. Nadie sabía cuanto le costaría a los contribuyentes la limpieza final de del sector de las instituciones de ahorro y prestamos. La terea de intentar resarcir la parte de las perdidas recayó en la Resolution Trust Corporation (RTC).

Se habían vendido, sin problemas en el mercado, las hipotecas de las instituciones de ahorro y préstamo que aún ofrecían intereses, pero ahora faltaban los activos que nadie parecía querer, entonces surgió la idea de ventas creadoras que consistían en agrupar propiedades en bloques de 1.000 millones de dólares, y el paquete se vendió por poco más de 500 millones de dólares

El segundo factor fueron los bancos

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