La Malinche

La primera cosa que llama la atención al que quiere acercarse a la Malinche, es el reducido lugar que se le da en los primeros relatos de la Conquista. Pero esto no sorprende al que como podemos recordar, esas crónicas tienen tres objetivos primordiales: enrredar al pueblo español como el nuevo pueblo elegido; luego proponer una justificación de la evangelización y cristianización de América a través de las acciones heroicas de laicos o religiosos hispanos; y narrar tales o cuales episodios particulares para justificar los privilegios concedidos a los conquistadores y pues si nos damos cuenta, realmente eran muy desiguales. Estos tres objetivos estaban generalmente unidos para construir una historia de la salvación americana, dando la idea que paso eso normalmente. Por lo tanto, no nos debemos de extrañar que lo que queremos saber hoy esté ausente en ellos, ya que la historia actual no considera como prioritario explicitar el gran enfrentamiento entre el bien y el mal, entre las huestes cristianas, soldados y religiosos confundidos, contra las huestes demoniacas representadas en América por los guerreros indígenas. En verdad lo que hoy buscamos entender es a las antiguas culturas americanas y colocamos nuestra esperanza en saber lo que ocurrió en ese gran momento de la Conquista, más allá de las proezas individuales de tal o cual virtuoso personaje hispano. Si la Malinche fascina es porque, aunque nos adviertyen que jugó un gran papel en esa destrucción del antiguo mundo americano y en la victoria del mundo castellano cristiano, en realidad, si nos damos cuenta casi no hay información sobre ella, solo es la información basica, tanto de antes como de después del momento de la Conquista. Por lo tanto, cada autor se cree un tanto forzado a rellenar ese vacío, a darle un sentido, a construir y a contarnos su peculiar Malinche. Pero en ese conjunto de retratos debemos poner un poco de orden. Lo primero que llama la atención es no sólo la escasez de información sobre ella, sino también sobre su vida y origen; lo único certero es que por su bautizo se vuelve Marina. En si todos los autores que he leido se han preguntado sobre la indiferencia de Cortés hacia su intérprete y compañera de Conquista, ya que en sus Cartas de Relación sólo menciona: “Marina, la que yo siempre conmigo he traído, porque allí me la habían dado con otras 20 mujeres”. Entonces después de eso ya no hay más huellas de ella en los relatos de la Conquista, hasta que la Corona despues ataca directamente los privilegios de los conquistadores y éstos se ponen a redactar sus “relaciones de méritos”, y pues si nos damos cuenta, los sucesos o todos los acontecimientos son un tanto variados, lo que nos da otro enfoque menos general, es decir que su defensa como individuos y grupo social, ya que aspiran a seguir disfrutando de los beneficios de la Conquista, y pues ya entonces en 1544 es cuando Vázquez de Tapia sólo la menciona como intérprete,

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