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La Mujer Y La IGM

MarisaEB8 de Septiembre de 2011

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La mujer tuvo un papel muy importante en la Primera Guerra Mundial debido a que fueron las que tuvieron que sacar adelante familias enteras ya que los hombres se encontraban en los campos militares luchando por sus países. Al principio la mujer no fue muy bien aceptada para realizar el trabajo que se consideraba para hombres, pero debido a la escazes del género masculino en los países, se tuvo que terminar aceptando la introducción de mujeres en las fábricas, el comercio, en el área económica, etc.

Hasta antes de la primera guerra mundial el único papel de la mujer había sido estrictamente en las labores del hogar y en el ámbito de la familia o como simple acompañante a eventos sociales del hombre. Es verdad que la mujer había participado en el área laboral pero el numero era muy reducido el número que lo hacía y eran muy limitados los lugares en el que se permitía, como por ejemplo en las labores artesanales, pero con la Revolución Industrial el trabajo manual ya no era tan requerido gracias a las grandes y modernas maquinas, así que esto se tradujo a un retroceso en el avance de la mujer.

Cuando la mujer empezó a trabajar fue en oficios como deshollinadoras, conductoras de camiones agrícolas y, sobre todo, obreras fabriles de la industria. Pero para lograr esto hubo muchas dificultades debido a la competencia que había con los hombres ya que estos se negaban a que la mujer pudiera tener el mismo sueldo que ellos ganaban, pero entre los mismos hombres se contrariaban ya que un grupo se negaba a que se les aumentara el sueldo pero había grupos a los que no se les hacía justo el poco sueldo que obtenían por el trabajo que hacían, pero este mismo grupo tenía miedo al mismo tiempo que si se igualaban los salarios para ambos géneros en vez de aumentarles el sueldo a las mujeres a los hombres se les reduciría. Por lo tanto en julio de 1915 el gobierno francés estableció una ley en la que se decretaba un salario mínimo para la mujer que trabajaban en casas dedicadas a la industria textil, sector que había crecido de manera espectacular, dada la necesidad de uniformes militares. Después, en 1917 el gobierno decretó que los hombres y las mujeres deberían recibir paga por pieza trabajada. Sin embargo, a pesar de esta ley para el final de la guerra los salarios seguían siendo bajos para las mujeres.

Y si esto era malo para las mujeres era aún peor, ya que su lugar en los lugares de trabajo no estaban asegurados y en cualquier momento podían se despedidas,

Otro obstáculo para las mujeres era que no contaban con la misma fuerza física que los hombres, la mujer era fuerte pero en cuanto a maquinarias pesadas ellas no podían realizar la tarea al igual que los hombres y esto hacía que se dudara sobre la capacidad de las mujeres.

Al haber tantos hombres luchando en el frente, las mujeres fueron llamadas a asumir trabajos y responsabilidades que antes no habían estado disponibles para ellas. Esto incluyó ciertos trabajos de oficina que sólo un pequeño número de mujeres había llevado a cabo con anterioridad. Por ejemplo, en Gran Bretaña el número de mujeres que trabajaban en los bancos aumentó de 9500 a casi 64.000 en el transcurso de la guerra, en tanto que el número de mujeres en el comercio se incrementó de medio millón a casi un millón.

Las mujeres manejaban camiones, ensamblaban armas y empacaban municiones peligrosas, balas, bombas y proyectiles. Las mujeres también viajaron a Bélgica y Francia para servir en los hospitales militares.

Pero las mujeres no se limitaron al ámbito laboral ya que también se integraron al ámbito político en el que mujeres como Christabel Pankhurst, mujer inglesa que apoyaba que los hombres fueran a la guerra y quien fundo la “Unión Social y Política de las Mujeres” (WSPU por sus siglas en inglés) y en su periódico “The Suffragette” ella exigió el alistamiento militar en hombres

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