La Obesidad
edgarfull30 de Marzo de 2014
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INTRODUCCIÓN.
Hoy en día se puede asegurar que todos los países desarrollados y subdesarrollados están expuestos a un gran problema de salud Pública como es la obesidad y el sobrepeso.
Este problema de salud es preocupante sobre todo cuando las nuevas generaciones están expuestas a crecer con malos hábitos alimenticios y físicos propiciando a tener adultos con enfermedades crónico-degenerativas, obesidad y sobrepeso teniendo como consecuencia una vida social inestable que los puede llevar a la depresión y la baja autoestima.
Durante los últimos años México estuvo compitiendo con Estados Unidos por el primer lugar de obesidad y sobrepeso, en las primeras semanas del año 2010 se declaró que México por fin había conseguido desbancar a Estados Unidos de su primer lugar como el país con más personas con obesidad y sobrepeso a nivel mundial, y así México logró vencer a Estados Unidos lo cual es decepcionante para todos los mexicanos.
Esto es a consecuencia de los malos hábitos generados por los adultos y los nuevos estilos de vida donde ya no es necesario esforzarse físicamente para realizar muchas de las actividades cotidianas y el exceso de la comida híper-calórica que los adultos proporcionan a los niños para mantenerlos tranquilos y contentos.
La obesidad y el sobrepeso se pueden combatir en los niños, pues tiene una mayor disponibilidad de corregir los malos hábitos alimenticios y los malos hábitos físicos.
Los nuevos estilos de vida como los videojuegos, las computadoras, los celulares o todo aquel objeto que nos de paso a estar por mucho tiempo en una sola posición por largos periodos, logrando con esto que se deje a un lado las actividades recreativas que dan pie a los esfuerzos físicos y por consiguiente al desgaste del exceso de calorías que se consumen en el transcurso del día llevando a cabo una realización de ejercicio en los niños de forma inconsciente.
¿Qué es la obesidad?
Es una enfermedad crónica originada por muchas causas y con numerosas complicaciones, se caracteriza por el exceso de grasa en el organismo y se presenta cuando el Índice de Masa Corporal en el adulto es mayor de 25 unidades.
La obesidad no distingue color de piel, edad, nivel socioeconómico, sexo o situación geográfica.
Anteriormente se consideraba a la persona con sobrepeso como una persona que gozaba de buena salud, sin embargo ahora se sabe que la obesidad tiene múltiples consecuencias en nuestra salud.
Con excepción de las personas que son muy musculosas, tal es el caso de los fisicoculturistas que pueden llegar a pesar 120 kg de puro músculo simétrico y definido, aquellas cuyo peso supera en un 20 por ciento o más del punto medio de la escala de peso según el valor estándar peso/altura, son consideradas obesas. La obesidad puede ser clasificada como leve (del 20 al 40 % de sobrepeso), moderada (del 41 al 100 por cien de sobrepeso) o grave (más del cien por ciento de sobrepeso). La obesidad es grave en solamente el 0,5 por ciento de las personas obesas.
Sin embargo, cualquier persona que esté obesa y se encuentra en alguna de las clasificaciones mencionadas, tiene la probabilidad de no llevar una vida estable gracias al surgimiento de enfermedades que trae consigo la obesidad.
La obesidad es una amenaza para la vida, es una enfermedad progresiva y crónica de proporciones epidémicas que afecta a todo el mundo y puede ser causa principal de muerte en algunas personas.
La palabra obesidad deriva del latín: obesus, que quiere decir persona que tiene gordura en exceso. Esta se caracteriza por la acumulación y almacenamiento excesivo de grasa, principalmente en el tejido adiposo . Se manifiesta por un incremento de peso mayor al 20 por ciento del peso ideal esperado por la edad, la talla y el sexo.
La tecnología como causante del sedentarismo.
En la última década la tecnología nos está invitando a subir de peso, pues cuanto menos esfuerzo se realiza en las actividades laborales es muchísimo mejor, pero esto está afectando más a los niños, pues día con día los menores siguen el ejemplo de sus padres o familiares que llevan a cabo una mala alimentación y el sedentarismo que trae como consecuencia que incrementen su peso y el riesgo a ser adultos e incluso niños con enfermedades crónico-degenerativas. Los niños actualmente no se mueven fomentado por las ventajas que ofrece la tecnología, los juegos de video y la falta de espacio para realizar actividades físicas, anexando a esto a la inseguridad y las condiciones económicas actuales, los padres se ven obligados a trabajar para obtener un sustento económico estable, pero la consecuencia de esto es disminuir la convivencia con los hijos, descuidando en muchas ocasiones la dieta de los mismos, además que al encontrarse sin la custodia necesaria los niños pasan demasiadas horas frente a la televisión, jugando videojuegos, comiendo a lo tonto o con posibilidades de lesiones que pueden causarles la muerte.
Así crecen los chicos hoy, y no es de extrañar que el sobrepeso y el sedentarismo sea un problema de epidemiologia . Un estudio realizado en España por investigadores de la Universidad de León determinó que cinco horas semanales de actividad física moderada ayudarían a prevenir la obesidad, ya que mejoran sensiblemente el índice de masa corporal (la relación entre el peso y la talla) en los chicos. Sin embargo, esto solo es un dato ya que las personas no son capaces de hacer ejercicio por la falta de motivación y responsabilidad que esto lleva. En su pensamiento solo existe la flojera y las excusas para impedir estar activo y llevar una vida saludable. En consecuencia es muy común escuchar a personas con obesidad decir que “están enfermos”, cuando realmente su incapacidad de progresar y ser alguien en la vida se los impide y no los deja ver la cruda realidad que viven de infelicidad y obsesiones.
Es justamente el desbalance entre la ingesta y el gasto calórico el principal causante del sobrepeso infantil. Los espacios para moverse son cada vez más restringidos en los hogares y en las escuelas la venta de comida chatarra es cada vez mayor, suprimiendo las horas de activación física que los niños requieren.
La inseguridad suprimió la calle como lugar de juego y la falta de medios o de tiempo aleja a las familias de los centros deportivos o espacios abierto. El sedentarismo y los malos hábitos alimentarios suelen estar asociados.
La mayoría de los niños no desayuna y el 85% no come frutas. Algunos llevan viandas o almuerza en el colegio, y entre los que almuerzan en casa, generalmente comen minutas (milanesas, salchichas, hamburguesas, fideos). Estas comidas rápidas y ricas en grasas e hidratos que deberían ser esporádicas se han transformado casi en un menú cotidiano que ayuda a no perder tiempo en preparar alimentos saludables para la ingesta adecuada para el desarrollo del niño.
Las extensas jornadas laborales conspiran contra una alimentación saludable y elaborada en casa, y también incentivan los pasatiempos pasivos como la televisión y los jueguitos. Un niño activo requiere más tiempo y dedicación, que suelen escasear cuando ambos padres trabajan o son familias donde uno de los progenitores es soltero. Sin embargo, hay cosas que se pueden hacer para mejorar la calidad de vida de los niños:
* La primera es tomar conciencia de los propios hábitos y actitudes, y predicar con el ejemplo. Ya que los niños están en una etapa donde la figura paternal o maternal es lo primordial a imitar.
* Hay que eliminar la ingesta excesiva de dulces o postres, inculcando el hábito de comer futas o verduras como la nueva manera de finalizar una buena comida.
* Evitar las gaseosas y jugos industrializados, y las comidas entre horas. Ya que las comidas entre horas no son aptas para los niños por que no requieren de energía excesiva. Esto solo puede aplicar para adultos que llevan una dieta para poder adelgazar o con fines de competición, tal es el caso de los fisicoculturistas.
* Poner límites a la cantidad de tiempo que miran TV o están frente a la computadora y los videojuegos.
* Darles una fruta o un sándwich casero para los recreos en lugar de dinero para que compren porquerías de alimentos que no los nutren.
En cuanto a la actividad física, “lo mínimo necesario en un niño es una hora diaria”. A la mayoría de los varones les gusta el fútbol, pero hay otros a los que no, y no se debe obligarlos. Hay otras alternativas como el básquet, el tenis, la natación y las artes marciales. Estas últimas son muy recomendables para los que tienen problemas de conducta y atención, ya que además de una técnica se les imparte una disciplina. Para las niñas, ahora están en auge las escuelas coreográficas y de comedia musical, donde se divierten mucho y también se mueven y llevan una vida saludable.
Lo ideal es hacer actividades al aire libre, en contacto con la naturaleza. Pero cada familia debe evaluar cuál es la actividad o deporte que está más al alcance de sus posibilidades. Realizando 60 minutos diarios de actividades moderadas o intensas, el riesgo de obesidad puede ser controlado. Como contrapartida, “el riesgo aumenta por cada hora de ver televisión, lo que suele potenciarse con el consumo de alimentos y bebidas de alto contenido calórico inducidos por la publicidad directa sobre ellos” .
Más allá de apuntar a la TV como gran culpable del sedentarismo y la obesidad, existen experiencias positivas de su uso como motivador para realizar ejercicio ya que programas infantiles pueden generar
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