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¿La corrupción es el problema del sistema de justicia en México o el problema es el mismo sistema de justicia?


Enviado por   •  25 de Agosto de 2016  •  Ensayos  •  2.002 Palabras (9 Páginas)  •  310 Visitas

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     ¿La corrupción es el problema del sistema de justicia en México o el problema es el mismo sistema de justicia? El asesinato de una joven estudiante de secundaria es el punto de inicio de la novela de Gerardo Laveaga, Justicia y a través del cuál tanto el autor como el lector dan respuesta a esta pregunta. El asesinato de Lucero Reyes sería un caso más entre  las decenas de asesinatos que se dan diariamente en el distrito federal y los miles que se dan en el país si no fuera por un detalle: El cadáver de la joven es encontrado en un parque mientras se celebraba un evento político con la presencia del jefe de gobierno del Distrito Federal. A partir de aquí surgen una serie de eventos que entrelazarán la vida de los distintos personajes que aparecen mientras la historia se desarrolla. La ética, moral, religión, educación, experiencia, pericia, maldad, cobardía, valor y coraje de cada uno de los protagonistas así como la eficacia del ámbito académico, sucesos recientes con cierto toque de realidad, temas de discusión actual como lo son la eutanasia y los derechos humanos y el pésimo funcionamiento del sistema judicial en México son ilustrados de una manera cruda y realista en la novela de Gerardo Laveaga.

     La historia inicia con el procurador de justica del Distrito Federal Federico Ballesteros quien es el encargado de resolver el caso que se ha propagado gracias a la cobertura desmedida de los medios. Los errores de eventos pasados y la presión por parte de sus superiores provoca en el otrora profesor y defensor de los derechos humanos, la necesidad de capturar y presentar al culpable de este homicidio, ya sea atrapando o fabricando al culpable con el fin de calmar a una sociedad que ya exige su cabeza.

     Paralela a esta historia se encuentra Eric Duarte, un enfermero condenado a 40 años de prisión por practicar eutanasia a su madre enferma, quién es contactado para una oportunidad única de reducir su condena a la mitad: Confesando que él fue quién asesinó a Lucero Reyes.

     Aquí es donde aparece Rosario, una joven estudiante de secundaria y mejor amiga de Lucero. Ella conoce al verdadero culpable de la muerte de su amiga y desea que se haga justicia castigando al culpable y liberando al inocente, aunque su falta de conocimiento sobre con quién acudir la lleva hasta la suprema corte donde se encontrará con Emilia Miaja. Una estudiante de la Escuela Libre de Derecho que se encuentra en un debate entre si estudiar Derecho o seguir con sus clases de Música.

     La vida de Emilia Miaja se cruza con la de Rosario para tratar de hacer justicia por la muerte de Lucero Reyes. A partir de aquí, Emilia y Rosario inician una aventura para lograr que el verdadero culpable esté tras las rejas, en el cual se encontrarán con la intervención de ministros corruptos y trámites burocráticos así como el contexto político que el caso arrastra. Sin embargo, Justicia no trata del caso de asesinato de Lucero Reyes, el autor realiza a través de la novela, una sátira del sistema penal y de como se realiza realmente la impartición de justicia de la nación.

     De igual forma, el autor analiza la vida académica de las escuelas de derecho en México: “A quién diablos podían importarle, en pleno siglo XXI, las formas de liberar esclavos que se utilizaban en el imperio romano” (Laveaga, 2012) ¿Qué aplicación se le puede dar a la sentencia “Stichus liber esto, liber sit; Stichum liberum esse iubeo” en la actualidad? es la forma en la que el autor, a través de Emilia, critica el actual sistema de enseñanza que se imparte en todas las escuelas de derecho del país.

      El mismo autor, expone las ideas de los académicos tradicionales que se oponen al nuevo sistema de justicia de México a través de la respuesta que la  profesora le brinda a Emilia: “Todas estas ideas son imposiciones de Estados Unidos, no van a funcionar. ¿Cómo podría funcionar una justicia que se negocia?” (Laveaga, 2012).

     A través de justicia, no solo se nos muestra una realidad que se vive en las aulas, si no también en la práctica. Cuestiones de ética y moral son rápidamente olvidadas por los abogados que trabajan para el mayor postor. La importancia que tiene el abogado en el caso ya no es de prestar un servicio a la sociedad y de ayudar a su cliente si no de ganar reputación. Esto lo podemos ver claramente reflejado a través de Fer, el novio de Emilia.

     El autor también pone en evidencia como se manejan las cosas en la suprema corte. Como el máximo tribunal de justicia de México y la cabeza del poder judicial de la federación, comete arbitrariedades y solapa los intereses de grupos empresariales, pisoteando la constitución y repartiendo justicia al mejor postor. Los ministros utilizan su posición para realizar alianzas con el fin de conseguir sus objetivos o simplemente desprestigiar a alguno de sus enemigos.

     Justicia nos muestra como la suprema corte resuelve principalmente casos de menor importancia y que fácilmente pueden ser resueltos en juzgados de primera instancia y actúa como un simple ente regulador que rectifica la orden de jueces sobre casos de mediana importancia, como resuelve los mayores casos defendiendo algún interés político o privado y sin importar que tanto dañe a la sociedad mexicana.

     De igual forma, no sólo se nos muestra la realidad del sistema judicial mexicano sino también el autor nos habla de las fallas del sistema penitenciario del país y los abusos cometidos por los policías al momento de la detención.

     Parte de esto lo podemos advertir en los primeros capítulos de la novela cuando se narra en segunda persona como el personaje de Emilia Miaja visita un penal como parte de una excursión en donde se notará como los principales habitantes de aquél centro de readaptación son gente de escasos recursos. El autor nos hace énfasis en como gran parte de esta gente posiblemente llegó ahí: sencillamente porque no tuvieron los recursos necesarios para pagar un buen abogado  y el abogado de oficio no llevó su caso de forma correcta. Aquí también se hace énfasis en el hecho de que los abogados de oficio, al tener un sueldo ya asegurado, no llevan los casos asignados de forma debida al no importarles el hecho de que la vida y reputación de un ser humano está en juego.

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