La familia en la sociedad industrial urbana

LA FAMILIA EN LA SOCIEDAD INDUSTRIAL URBANA

"La expansión del industrialismo, que produjo cambios en la es­tructura de parentesco, ha también afectado la vida familiar en todos los lugares en los que ha ocurrido. Desde el momento en que la tecnología industrial y la organización que usualmente la acompaña han impuesto algunas exigencias semejantes en toda sociedad, parecen producir resultados similares dondequiera que ocurren, no obstante las diferencias en cultura y en organización social.

"Al transformar los papeles y las relaciones ocupacionales entre el seno de la familia, una economía industrial disminuye la necesidad de una familia extendida o compuesta, la cual tenia funciones importantes en una economía agrícola o pastoral. En una sociedad industrial, las familias tienden por tanto a ser mas pequeñas orientándose hacia el tipo de la familia conyugal aunque en muchos casos, quizá en la gran mayoría de ellos, persisten importantes relaciones entre la familia conyugal y su parentela. Tanto la escolaridad mayor, que acompaña usualmente al desarrollo industrial, como la urbanización, que también es frecuentemente un resultado del desarrollo económico, contribuyen a disminuir la tas de natalidad. En las sociedades tradicionales, la mayoría de las familias desean tener muchos hijos; éstos son con frecuencia de gran utilidad económica o se consideran valiosos por razones de carácter religioso o de otra índole. Los nuevos valores de una cultura urbana, frecuentemente comercial –racionalidad, éxito material, mejoramiento social, moda, cultivo de las artes o del conocimiento- asignan menos importancia a las familias grandes y estimulan las actividades y los intereses fuera del círculo familiar.

Condiciones de proporcionar modelos importantes que puedan emular. La familia es entonces incapaz de llenar una de sus funciones tradicionales: La preparación de los niños para los papeles adultos que deberán desempeñar como miembros productivos de la sociedad. Esta perdida debilita además los lazos familiares, ya que los hijos persiguen intereses adquiridos en la escuela o en la nueva atmósfera multitudinaria, en vez de seguirlos que provienen de sus padres, sus ambiciones familiares o sus mayores mas cercanos.

“En la medida en que los deberes domésticos disminuyen o parecen tener menos importancia, las mujeres son atraídas cada ves mas –o en algunos casos impulsadas por necesidades económicas, que es una norma características de las clases trabajadoras—hacia el mundo industrial y comercial. El ingreso de las mujeres al mercado de trabajo se ve favorecido por la nueva tecnología hogareña –estufas de gas o eléctricas, aspiradoras, refrigeradoras, lavadoras, secadoras—y por los servicios comerciales que desempeñan tareas realizadas anteriormente en la casa: Enlatado de alimentos, lavandería, panadería, costura. (Sin embargo, en algunas sociedades industriales avanzadas la introducción de aparatos domésticos es parcialmente compensada por la virtual desaparición de los sirvientes).

“El trabajo remunerado incrementa la independencia de las mujeres frente a sus esposos; la actividad domestica no es ya la única salida respetable para una mujer, ni es ella totalmente dependiente del mantenimiento que le da su esposo. Esta nueva independencia –real o potencial –contribuye a la aparición de una relación igualitaria entre marido y esposa que también es estimulada por otras tendencias dentro de la familia y en el mercado más amplio de la sociedad. Como la familia no es ya una unidad básicamente productiva, con una división reconocida del trabajo, cambian los papeles familiares. Las nuevas ideologías –feminismo o igualitarismo –contribuyen a crear nuevos patrones de relación dentro de la familia, frecuentemente

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