LA FAMILIA URBANA

LA FAMILIA URBANA

LA REESTRUCTURACIÓN URBANA ACTUAL EN AMÉRICA

La familia de ciudad y su implicación en el desarrollo de la inteligencia emocional del individuo.

Las ciudades del continente americano están sufriendo una serie de transformaciones que no únicamente afectan a la dimensión espacial, sino también a la esfera personal de los individuos.

Los cambios urbanos generan nuevos comportamientos, actitudes, necesidades y hábitos que se manifiestan claramente en el núcleo de la sociedad: la unidad familiar.

La familia es una institución flexible que se adapta y modela de acuerdo a características de la realidad social. Los cambios sociales irrumpen en el sistema familiar y generan la necesidad de plantear situaciones para las que no existen modelos previos y se requiere de una de una remodelación y actualización del modelo de familia. De ésta forma la familia cumple unas funciones determinadas en consonancia con lo que dictamina la sociedad de la que es partícipe.

En la actualidad, las tendencias educativas señalan la mayor fuerza y poder que tienen los aspectos actitudinales frente a los conocimientos más academicistas. Estos factores actitudinales y de habilidades surgen del seno familiar y son los correspondientes a las habilidades vinculadas a la inteligencia emocional.

ESTRUCTURAS CONTEMPORÁNEAS DE LAS CIUDADES LATINOAMERICANAS

A partir de la década del 90 las ciudades latinoamericanas adquirieron las formas urbanas típicas de la ciudad norteamericana. En consecuencia, el paisaje urbano se caracteriza por distribuirse en círculos cerrados, por generar progresivamente la desaparición de espacios públicos y por transformar los hábitos de los habitantes.

La urbanización de las ciudades destacan dos momentos claves que produjeron transformaciones: años 70 y 90. Principalmente estos cambios se deben a que en la década del 70 hubo un descenso de movimientos migratorios internos, del campo hacia la ciudad que ocasionó una disminución del crecimiento de las urbes. Por otro lado los años 90 se caracterizó por el acontecimiento de reformas económicas surgidas de las privatizaciones de empresas públicas. Estas privatizaciones generaron la pérdida de poder por parte del Estado, hecho que generó un continuo descenso de su capacidad distributiva y en consecuencia, aumenta la distancia entre los diversos estatus sociales.

Este distanciamiento social implica una redistribución espacial que conduce a la organización en forma de urbanizaciones privadas.

Los complejos privados son un factor de expansión social en el que no solo participa la clase pudiente, sino la ciudadanía en general. Por ejemplo, la clase baja cerca sus espacios propios y comunes, y la clase media y alta participa en proyectos inmobiliarios privados.

De ésta forma, la nueva redistribución del espacio viene definida por la búsqueda, por parte de los ciudadanos, de una organización privada y eficiente que disponga de recursos que antes eran públicos.

Estas urbanizaciones privadas generan nuevos desarrollos urbanos insulares y cerrados.

Las formas urbanas tienen un carácter insular y algunas de éstas características son:

La construcción de complejos habitacionales vigilados para ciertas clases medias y altas.

La modificación de la infraestructura del transporte, observándose que los trenes poseen una influencia marginal en el desarrollo urbano.

El aislamiento de los barrios de clase baja.

La instalación de escuelas y universidades privadas cerca de las zonas residenciales.

Estas características generan una ciudad segregada y dividida, la metrópolis latinoamericana actual se desarrolla hacia una ciudad de islas. La división espacial se convirtió en un signo de segregación y desintegración social, y se observa reflejada en las barreras físicas y en las limitaciones de accesos. Cabe destacar que la creación de barreras físicas de acceso no es una innovación actual, sino que años atrás los countries eran un estilo de vida de una minoría de la población.

Dentro de las islas, la unidad dotada de vida propia que genera todos los movimientos es la persona y ésta pertenece a una familia determinada.

Por esto afirmamos que la ciudad es un conjunto de islas y cada isla está constituida por diversos islotes, que son la familia.

Así la estructuración arquitectónica crea una forma de relación entre los propios individuos y de forma progresiva, estas vinculaciones personales desarrollan nuevos comportamientos.

INSTITUCIÓN FAMILIAR

La familia es la unidad básica de la sociedad y el primer núcleo social de convivencia para el ser humano. También es considerada como el eje vertebrador personal y social del individuo y de la sociedad en general. De la sociedad, porque el vínculo existente entre la familia y la sociedad explica el lugar que ocupa esta entidad dentro de la organización social.

La existencia de nuevos organismos destinados a la formación y cuidado de los menores no rompe con las funciones de las familias, sino que ofrecen una ayuda y son marcos de referencia para ellas. A lo largo de los años se han escuchado voces que anunciaban la desaparición de la familia a consecuencia de la pérdida de funciones y de la creación de entidades destinadas al ejercicio de prácticas que hasta ese momento eran únicas de la familia o era en donde se aprendían.

La familia cumple una serie de funciones que Flaquer define como que “la familia es un grupo humano cuya razón de ser es la procreación, la crianza y la socialización de los hijos.

Por su parte Gimeno (1999) afirma que la familia es un sistema cuya organización obedece al cumplimiento de dos funciones: el desarrollo personal de los hijos y la socialización. Por otra parte, Pérez (2001) matiza que la institución familiar es un grupo complejo en continua evolución y que es un escenario en donde hay un sistema internalizado de relaciones, un marco para el aprendizaje y una matriz para el pensamiento.

Podemos afirmar entonces que la familia cumple tres funciones: función de protección, función emocional y función educadora.

1. La función de protección comprende acciones que asumen los miembros y van desde la gestión y la organización del hogar hasta el cuidado de los individuos que la componen. Esta función es la básica que ha de cubrir cualquier familia, aunque algunas presentan dificultades e incapacidad para alcanzar estas necesidades primarias a las que el niño tiene derecho.

2. La función emocional de la familia es fuente esencial de desarrollo de todo sujeto con el fin de funcionar de la forma más óptima dentro del marco social. y se define por experiencias favorecedoras de mecanismos introyectivos, por los cuales el sujeto goza de circunstancias que le enseñan progresivamente a afrontar y contener ansiedades, identificar sentimientos y problemas con la finalidad de gestionar la reparación y simbolización.

Los vínculos afectivos de los primeros años de vida configuran los pilares del desarrollo afectivo, social y cognitivo de la persona.

Goleman apunta que la vida familiar es el primer colegio de aprendizaje, es decir, es la cuna donde el individuo comienza a sentirse el mismo y en donde se aprende la forma en la que los otros reaccionan ante los sentimientos manifestados. Es el espacio donde se aprende a pensar en los propios sentimientos, en las respuestas posibles que se pueden dar en una determinada situación y en la forma de interpretar y expresar las esperanzas y temores.

Las figuras paternas, en la familia tradicional, son el primer agente socializador para las emociones del menor. Los niños aprenden competencias emocionales observando las interacciones emocionales de sus padres, que son los que van configurando la identidad individual y social de los individuos.

La implicación de los padres es uno de los factores con más poder de influencia en la formación de la autoestima, de la satisfacción personal y de la salud mental.

Doltó afirma que la originalidad del sujeto humano proviene del lugar que ocupa en el deseo de los demás, deseos que interpreta a través de las fantasías de satisfacción que conoce.

INTELIGENCIA EMOCIONAL

La importancia del desarrollo de situaciones favorecedoras para poner en marcha los mecanismos correspondientes a la inteligencia emocional está en que Reliman, Mischel y Salovey afirman que el coeficiente intelectual interviene solo en un 20% de los factores que determinan el éxito. El 80% restante corresponde a los factores que se relacionan con lo que se denomina inteligencia emocional. Es decir, el conjunto de habilidades que se hipotetizan para contribuir a una cuidada expresión de la emoción en uno y en los otros, la regulación afectiva de la emoción en uno y en los otros y el uso de los sentimientos para motivar, planificar y conseguir en la vida.

Goleman presenta cinco dimensiones de la inteligencia emocional:

- conocer las propias emociones (autoconciencia emocional),

- controlar las emociones (control emocional),

- motivarse a uno mismo (automotivación),

- reconocer las emociones de los otros (empatía)

- controlar y dirigir las relaciones.

Actualmente se considera que éxito en la vida depende más del nivel de coeficiente emocional que el del coeficiente intelectual. La inteligencia emocional es una forma de relacionarse con el mundo, en donde dominan los sentimientos y las habilidades que se relacionan con las dimensiones de la misma.

La sociedad de la información demuestra que lo más importante

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