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La gestión del riesgo local ante las inundaciones en el litoral entre diciembre de 2015 y abril de 2016

Juanlosandes1984Monografía17 de Septiembre de 2016

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La gestión del riesgo local ante las inundaciones en el litoral entre diciembre de 2015 y abril de 2016

Resumen

Una de los modos de comprender la situación de la gestión del riesgo es explorar qué mecanismos se activan y en qué dirección ante la ocurrencia de un evento socio natural. Para esta comprensión también consideramos relevante explorar desde que perspectiva se abordan los desastres desde el Estado y hacia donde apunta la gestión del riesgo.

Entendemos que el avance de las ciencias sociales respecto de estas cuestiones puede colaborar en enriquecer las discusiones y poner en cuestión ideas que no han sido observadas con la rigurosidad necesaria.

Con este trabajo proponemos un abordaje exploratorio del estado de la cuestión, que aunque no tenga la profundidad necesaria no es menos relevante para lo elaborado hasta el momento sobre este tema.

En este caso abordaremos el modo de gestión durante el último gran evento hidrometeorológico, la inundación registrada en el litoral[1] argentino desde diciembre de 2015 hasta abril de 2016.

En la gestión del riesgo la respuesta es la gestión reactiva, es el mecanismo de activación de los sistemas indicados ante la ocurrencia de un desastre socio natural. Este mecanismo está vinculado con los mecanismos de prevención, mitigación y preparación que permiten disminuir la vulnerabilidad y aumentar las capacidades o resiliencia para contrarrestar el impacto de la amenaza. También identificamos los mecanismos de rehabilitación y reconstrucción.

Las decisiones que se tomen en la gestión del riesgo inciden en el escenario resultante, determinando las características de la sociedad del riesgo y marcando caminos de abordaje de la problemática.

Además, en relación con la gestión del riesgo intentaremos, de forma muy sucinta, hacer referencia a la matriz productiva agroexportadora, que desde los años ochenta se está desarrollando con la industrialización de la agricultura (monocultivo, pampeanización, deforestación) erosionando el suelo, disminuyendo su capacidad de absorción y aumentando la escorrentía, contribuyendo a que fenómenos climáticos como el Niño impacten en la población de forma más devastadora. Esta modificación de la mecánica del recurso natural suelo muestra como al momento de registrarse las lluvias y crecidas de los ríos (Paraná, Paraguay, Uruguay, Pilcomayo, etc), los impactos vinculados a la destrucción, degradación y afectación del espacio aumentan.

Marco teórico

Las causas de las inundaciones en el Litoral y sus consecuencias negativas, están vinculadas mayormente con fenómenos naturales extraordinarios, como a la cantidad de agua que trae el río, las lluvias  mayores a lo normal, el fenómeno del Niño o cambios de clima. Pero tal como sostiene Natenzon (2004): “(…) enfocar el problema de esta manera tiene como consecuencia directa la imposibilidad de resolverlo, pues al ser obra de la Naturaleza queda fuera de cualquier modificación producida por la acción social” (p.2).

El enfoque que proponemos para abordar esta problemática socio ambiental es el de riesgo social. Éste ha sido definido por Beck (1992) como un resultado imprevisto que sucede como consecuencia de nuestras propias actividades o decisiones, en lugar de serlo por obra divina, la fortuna o la fatalidad. (p. 38)

En la misma línea Natenzon (2004) afirma: “Hay riesgo cuando podemos cuantificar, cuando podemos establecer una probabilidad de ocurrencia de determinado evento. Cuando no es posible establecer esa probabilidad con respecto a qué va a ocurrir ya no nos encontramos en una situación de riesgo sino de incertidumbre y, en consecuencia, no tenemos posibilidades de predecir o prever qué va a acontecer” (p.2)

Parafraseando a Natenzon (2004), cuando hablamos de riesgo en el caso que analizamos, estaremos aludiendo a un proceso social de múltiples determinaciones. Tal como sostiene dicha autora: “Incorporar este punto de vista permite pensar que para afrontar catástrofes de las características mencionadas se debe incluir en el análisis todo el conocimiento existente a fin de determinar el riesgo que se corre” (p.2). Siguiendo con esta perspectiva teórica la autora explica que dicho conocimiento los podemos sintetizar en cuatro dimensiones centrales: peligrosidad, exposición, vulnerabilidad e incertidumbre. La primera está vinculada con la potencial amenaza de cualquier fenómeno físico-natural. La segunda, se refiere a las construcciones materiales y a la distribución de la población en el territorio. Mientras que la tercera, refiere a las estructuras socio-económicas; es un rasgo constitutivo de la sociedad que caracteriza la situación social antecedente al evento catastrófico. Finalmente, Natenzon explica que, cuando hablamos de incertidumbre nos referimos al  ámbito de la toma de decisiones, pues emerge de la falta de conocimientos sobre el riesgo en cuestión.

Para pensar la producción social de riesgos en la sociedad actual y su vínculo con el desarrollo de las fuerzas productivas y la politización. Partimos de la perspectiva teórica de Beck (1998) quien plantea que “En la modernidad avanzada, la producción social de riqueza va acompañada sistemáticamente por la producción social de riesgos” (p.29)

El autor plantea que los riesgos y peligros de hoy se caracterizan por la globalidad de su amenaza y por sus causas modernas producto de la maquinaria del progreso industrial (p.33). Explica que “Los riesgos que se generan en el nivel más avanzado del desarrollo de las fuerzas productivas (...) se diferencian esencialmente de las riquezas. Estos riesgos causan daños sistemáticos y a menudo irreversibles, suelen permanecer invisibles y se basan en interpretaciones causales, por lo que solo se establecen en el saber (científico o anticientífico) de ellos, y en el saber pueden ser transformados, ampliados o reducidos, dramatizados o minimizados, por lo que están abiertos en una medida especial a los procesos sociales de definición. Con ello los medios y las posiciones de la definición del riesgo se convierten en posiciones sociopolíticas clave” (p. 34)

Respecto de la realidad de los riesgos, proyección y percepción, “los principales argumentos de Beck señalan que las definiciones de riesgo, aun las científicas, están sujetas a las luchas sociales por el monopolio de la visión legitima sobre los mismos. Este parece ser su significado acerca de la politización de los riesgos (…) No es que los riesgo no puedan determinarse científicamente, es que existen otros discursos que también participan minimizando, sobredimensionando, ocultando o resaltando la proyección de amenazas (…)” (Montenegro, 2006, p.123)

Al momento de pensar la relación entre el desarrollo de las fuerzas productivas y las inundaciones encontramos que en el documento de “Evaluación global sobre reducción de riesgo de desastres” (2015) se afirma que “En Sudamérica, puede observarse un proceso más complejo de degradación del suelo y de cambio en la cobertura vegetal (Erian et al., 2014). En especial, en algunas partes del Brasil, de la Argentina y del Perú se ha producido una notable degradación, dando como resultado un total de casi 500 millones de hectáreas de suelo degradado en Sudamérica” (GAR, p. 262)

En este sentido Morello, J. y Matteucci, S. al hablar de las irregularidades del territorio argentino, plantean que el territorio es asimétrico en cuanto al balance hídrico regional con áreas de relieve muy enérgico y otras donde no hay suficiente declive regional como para que el agua se mueva siempre en la misma dirección y quedando sometidas a inundaciones periódicas (2000, p.15).

Al hablar de la pérdida de estructura del suelo los autores hacen a las actividades de deforestación, a la falta de protección del suelo y a la falta de una política de manejo sustentable de los bosques. El avance de la frontera agrícola también ha sido causal de la fragmentación y achicamiento de los bosques (2000, p.18).

Estudio del caso

Desde diciembre de 2015 hasta abril de 2016, se registraron en el territorio argentino lluvias, crecida de ríos e inundaciones; eventos hidrometeorlógicos que también se registraron en otros países de la región, algunos limítrofes con la República Argentina.

Registradas como unas de las peores lluvias e inundaciones de las últimas décadas, con la crecida de ríos limítrofes, dejaron más de 170 mil evacuados en Paraguay, Argentina, Brasil y Uruguay.

La Organización Meteorológica Mundial (OMM) de la ONU anunció que los efectos del fenómeno meteorológico El Niño, resultante de la interacción entre el océano y la atmósfera en las zonas oriental y central del Pacífico ecuatorial, son los más virulentos desde 1950[2].

En el caso que analizamos, las explicaciones que se dieron desde los organismos del Estado ante el desastre no desestimaron este pronóstico, haciendo también referencia al cambio climático.

En el territorio argentino se conoció que unas 40 mil personas fueron afectadas desde diciembre de 2015 hasta abril de 2016, entre ellas, 11 mil personas tuvieron que ser evacuadas[3]. Hecho que no se da de manera aislada, por lo que vale la pena recordar que en junio de 2014 se registraron 14 mil evacuados en el litoral[4] y en el mismo mes de 2013, se informaron de unas 1300 personas evacuadas[5].

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