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La importancia del trabajo de campo como rito de paso de la antropología


Enviado por   •  20 de Septiembre de 2016  •  Ensayos  •  3.392 Palabras (14 Páginas)  •  368 Visitas

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Pontificia Universidad Javeriana                        

Teorías Clásicas II

Omaira Andrea López Rivas & Maria Paula Uricoechea

Franz Boas y Bronislaw Malinowski: La importancia del trabajo de campo como rito de paso de la antropología

Introducción

Este ensayo tiene como objetivo examinar algunos de los planteamientos teóricos y metodológicos importantes para el desarrollo de la antropología como disciplina en las primeras décadas del siglo XX. En particular, la emergencia del trabajo de campo como el núcleo del quehacer antropológico y rito obligatorio para quien ejerza como antropólogo. Para esto se abordarán los aspectos más importantes del trabajo de Franz Boas –como parte del particularismo histórico norteamericano- y de Bronislaw Malinowski –fundador de la escuela funcionalista británica-.

En la primera parte del trabajo se realizará un bosquejo del contexto previo de la disciplina antropológica antes de la llegada de los autores mencionados, un campo cuya hegemonía estaba en manos del evolucionismo: cómo era, qué inquietudes caracterizan el período y qué elementos sobrevivieron con la antropología moderna.  

En la segunda parte se hará un recorrido por la trayectoria de Boas y Malinowski, señalando sus trabajos y conceptos más pertinentes, haciendo hincapié en los aportes al “trabajo de campo” a la antropología social y cultural, como también mostrando sus semejanzas y diferencias. Sumado a esto, se entiende el trabajo de campo como el rito de paso para la disciplina –considerado históricamente, en retrospectiva- y para el antropólogo –como experiencia personal de descubrimiento, pero también de legitimación ante la comunidad antropológica-, si se tienen en cuenta la noción de rito de paso, elaborada por Van Gennep (2008).

El documento cierra con una reflexión sobre el legado de ambos autores como representantes de dos corrientes teóricas –o dos modos de hacer antropología-, en especial la pregunta por los elementos vigentes al interior de la disciplina, así como una relación con el contexto colombiano y el desarrollo de la antropología en el país.

  1. La antropología del siglo XIX: Evolucionismo y el método comparativo

Durante la segunda mitad del siglo XIX, la antropología como disciplina científica empezó a cobrar impulso, bajo la sombra de dos procesos simultáneos: el imperialismo europeo, caracterizado por la colonización de territorios y poblaciones en África, Asia y Oceanía, y el esfuerzo por conocer y al tiempo ejercer poder sobre estas comunidades, a medida que son incorporadas al dominio occidental; en segundo lugar, la emergencia de las ciencias sociales como herederas de la Ilustración, las trasformaciones del mundo moderno y un campo de estudio para las nuevas ciencias. A lo largo de este siglo, las nuevas disciplinas –la sociología, la geografía, la ciencia política y la antropología- se someterían a un paciente proceso de institucionalización y profesionalización, a la par de la búsqueda de fundamentos epistemológicos, teóricos y metodológicos, y el esclarecimiento sobre sus objetos de estudio.

En este sentido se pueden mencionar como aportes para la antropología, los trabajos de Emile Durkheim, con la definición de un método y objeto propio para la sociología: los hechos sociales. La definición de “hecho social” como “toda manera de hacer, fijada o no, susceptible de ejercer una coacción exterior sobre el individuo; o bien, que es general en la extensión de una sociedad dada; conservando una existencia propia, independiente de sus manifestaciones individuales” (Durkheim, E., 2001: 16). Noción a la que también se acoge la antropología con el fin de estudiar la cultura. Es importante señalar la influencia de Durkheim sobre la obra de Malinowski y A.R.Radcliffe-Brown, con los conceptos de función y estructura social.

De otra parte, Wilhem Dilthey distingue entre Geisteswissenschaft  y Naturwissenschaft –o Ciencias del Espíritu y Ciencias Naturales-, estableciendo un método y objeto propio para las ciencias humanas. En síntesis, se trata de ciencias que basan su método en la hermenéutica, es decir, en la interpretación del sentido. El tránsito de Franz Boas en su formación, representa el camino de las ciencias naturales hacia las ciencias humanas, en el que la búsqueda de leyes generales fue reemplazada por el estudio de la cultura a partir de un entorno determinado.

Sin embargo, la antropología en sus primeros años estuvo marcada por la hegemonía de los paradigmas evolucionistas y difusionistas como teorías generales para explicar la cultura. El método comparativo establecía un esquema evolutivo universal para todas las culturas, en el que las sociedades no-occidentales eran clasificadas en un estadio evolutivo premoderno y primitivo.

La antropología hecha por los evolucionistas es llamada también “de diván”. Durante este período, el método de trabajo de Frazer o E.B.Tylor, estaba basado en informaciones traídas por corresponsales en las colonias. No existía todavía la investigación exhaustiva de una cultura en un área determinada. A comienzos del siglo XX, se empezarían a llevar a cabo expediciones, donde se comprendió la importancia de la recolección de información a través del contacto directo con las comunidades, el aprendizaje y estudio de las lenguas nativas y criollas, y la recolección y análisis del parentesco.  Un antecedente importante fueron las Notes and Queries, un cuestionario diseñado por Tylor para la recolección de información etnográfica (Stocking, G.W., 1993: 47).

Fueron precursores e influyentes Seligman, Haddon y Pitt-Rivers, en el desarrollo paulatino del trabajo de campo para la antropología. Franz Boas iniciaría su interés por las costumbres y tradiciones ligadas a un contexto específico, en su primera expedición entre los Inuit, al sumarse a una expedición de Haddon. Algunos de los métodos de Pitt-Rivers formulados en el período previo a la Guerra, están en Malinowski, como el aprendizaje de la lengua y la genealogía. Sin embargo, tendrían que pasar otros acontecimientos para que la experiencia etnográfica se convirtiera en el objeto del antropólogo. Para esto hubo que esperar que salieran a la luz algunos descubrimientos.

  1. Franz Boas y el particularismo histórico: la necesidad del trabajo de campo

Franz Boas nació en Alemania en 1858. Durante su juventud, estudia física y geografía antes de encontrar en la antropología un destino. En 1887 emigra a Norteamérica y trabaja como curador del museo del Instituto Smithsoniano, posteriormente participaría en una expedición geográfica en el Norte de Canadá, donde quedaría fascinado con el lenguaje y la cultura de los Inuit de las Islas Baffin, interesándose por la percepción del pueblo sobre el entorno físico. Este suceso, le permitió inferir a Boas, la arbitrariedad de los juicios de los Occidentales sobre las costumbres y tradiciones de otros pueblos. Más adelante realizaría trabajo de campo con los indígenas del Pacífico Noroeste entre los Kwaiutl, a lo cual consagraría exhaustivamente.  Desde 1899, fue director del departamento de antropología de la Universidad de Columbia. Se le considera el fundador del particularismo histórico, corriente teórica que se opuso al evolucionismo y propició la institucionalización de la antropología como disciplina en los Estados Unidos. Entre sus discípulos se encuentran Alfred Kroeber, Margaret Mead, Ruth Benedicth, Edward Sapir, entre otros. Durante su vida, Boas escribió más de setecientos artículos y media docena de libros. Muere en 1942.

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